Capítulo Final: Rostros Descubiertos.

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Annabeth

El gritó horrorizado de Finch casi me dejó helada en mi lugar, de no haberme dado una cachetada mentalmente para salirme de mi estupor de seguro el puñetazo que se dirigía directo a mi cara iba a impactarme de lleno. Esquive haciéndome a un lado rápidamente ahogando un chillido sobresaltado y me alejé de él trastrabillando cuando volvió a intentar darme una buena tunda, era una suerte que tenía rápidos reflejos y mandé un arco que a punto estuvo de arrancarle un dedo de no haberse movido rápido a su vez.

Percy llegó corriendo como un toro mecánico y embistió a Finch con una fuerza demoledora y ambos cayeron rodando por el suelo, cada uno tratando de atinarle un golpe, y romperle los huesos al otro, Finch incluso había desgarrado el hombro de su camiseta y ahora colgaba la tela incómodamente creando una clara desventaja para Percy.

- ¡Quítate de encima mío, bastardo! - Empezó a atinarle golpes por un lado de su rostro. - Quiero destrozarte esa cara de la que tanto presumes.

Busqué con la mirada a Luke y antes de que pudiera gritar su nombre, él ya estaba corriendo en un borrón para ayudar a Percy a deshacerse de Finch, giré la daga en mis manos mirándolos pelear atentamente mientras trataba de encontrar un hueco para meterme entre ellos e insertarle mi daga a Finch en medio de sus testículos tal vez.

Los observé pelear sin ocultar mi admiración por ellos... Ellos se sincronizaban tan perfectamente que pensarías que podían leerse la mente el uno al otro, sus movimientos eran ágiles, veloces y certeros como si no cupiera la duda ni un segundo. Luke agarró el brazo de Percy y jaló de él justo a tiempo antes de qué Finch le hubiera cortado la mitad de su nariz con su propia cuchilla, luego Luke envío una tajada directo a su muslo izquierdo y el chico se desmoronó en el suelo con un gemido de dolor, y allí estaba el hueco, allí estaba él totalmente desorientado al haber fallado un golpe y recibido otro. Apreté con fuerza mi daga y di dos pasos veloces y luego de repente mis pies habían dejado de tocar el suelo porque alguien (una mujer teniendo en cuenta el nauseabundo perfume que casi bastó para dejarme inconsciente) había aparecido prácticamente de la nada y me tacleo contra la tierra.

Choqué contra el suelo duramente soltando un resoplido y sintiendo sus manos femeninas subiendo rápidamente por mi cuerpo desesperadas por alcanzar mi pelo, buscando una pelea de gatas como solo una gata podría hacerlo.

Ah no, el pelo que a mi novio le encanta, no. No lo tocas con tus mugrosas manos. ¡¿Quién sabe dónde habían estado solo hace minutos?!

- ¡¿Annie?! - Percy me llamó en tono alarmado.

- ¡No me ayudes! - Le grité mientras luchaba al mismo tiempo en mantener sus manos alejadas de mi cabello. - ¡Qué dejes mi pelo, mierda!

Le di una patada tal vez justo en sus riñones y ella escupió saliva encima de mí. Mierda, qué asco. La quité de encima mío y busqué la cara de mi agresora para poder identificarla.

¡Qué agradable sorpresa! (qué se noté el sarcasmo hasta Grecia por favor)  Era esa maldita prostituta que me había enfrentado e intentado echarme de la cabaña y había conseguido un espléndido puño mío en toda su payasa cara. ¡Oh, mira esa belleza! La pobre chica ahora lucia una bonita fractura en la nariz que combinaba perfectamente con el resto de su cara. Le sonreí con burla sabiendo muy bien que era meter más cizaña al fuego, ella se incorporó del suelo y volvió a poner empeño en tratar de agarrarme una vez más por los pelos. 

- ¡Aléjate de mi Percy! ¿Desde cuando estás con él, eh? - Chilló furiosa como si fuera una novia indignada. - Él es mío, yo lo reclame primero, ¿cómo te atreves a acercarte a Percy. ¡Me estorbas, imbécil!  -

PERCY PUNK - PERCABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora