𝐸𝓃𝑒𝓇𝑜
Tauro siempre ha sido el tipo de persona que esconde sus sentimientos para no salir dañada; el amor que siente hacia su mejor amigo, Escorpio, no es correspondido.
Escorpio, en cambio, intenta alejar sus sentimientos por ella.
Por este...
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Narra Tauro
Los días pasan y con ellos las semanas.
Sin embargo, lo que más rápido está pasando es el curso, ya que mañana es nuestra graduación y ambos estamos exhaustos por los exámenes finales que tuvimos que hacer esta semana.
Ha sido una semana llena de aburrimiento, ya que apenas he podido ver a Escorpio. Pero, por fin se ha terminado y ahora solo nos queda el verano para poder disfrutarlo juntos.
- ¿Qué llevarás puesto para la graduación?- me pregunta Géminis, quien ha dado el paso para decir quien en verdad es.
Nadie se lo ha tomado mal. Sus padres lo apoyan en su decisión y las chicas del instituto ahora lo adoran mucho más. Es una lastima para los jugadores de fútbol.
Lo miro pensativa, aun no me había planteado que vestido llevar.
- De momento no tengo nada.- digo dejándome caer en la silla.
Esta es nuestra última hora de clase y mi aburrimiento empieza a sobrepasar limites. Suspiro mirando hacia delante, observando como el profesor George está con una buena montaña de papeles, mientras que a nosotros nos deja hablar e incluso estar con el móvil.
- ¿Quieres que te ayude?- me pregunta Géminis.
Me giro hacia él y sonrío levemente.
- Me serías de gran ayuda. Así tengo más opiniones que contar.- suelto una leve risa, provocando que Géminis sonría.
- Vamos esta tarde antes de que se termine todo.- aclara.
Asiento.
El timbre suena y todos empiezan la típica avalancha de alumnos cansados del profesor. Yo, en cambio aguardo a que salgan todos. No quiero perder un zapato en el medio de tanto caos.
Mientras que espero noto como una mano se posa en mi hombro derecho, lo que me hace reaccionar y mirar hacia el individuo. Sonrío ampliamente cuando lo veo, incluso con esas ojeras de cansancio está hermoso.
- ¿Vamos?- me pregunta.
Asiento para a continuación levantarme. Nuestras manos se unen y vuelvo a sentir la calidez de una sensación nueva y hermosa.
Caminamos por lo anchos pasillos esquivando gente, pero nunca sin soltarnos de la mano. Como sí nos soltarnos fuéramos a perdernos. A decir verdad, odio mucho dejarle ir. Es decir, no me gustan las despedidas, aun que al día siguiente nos volviésemos a ver, pero aun así, no me gusta. Le extraño.
- ¿En que piensas?- me pregunta cuando pasamos el umbral de la puerta del instituto.
Elevo la mirada hacia él, quien sigue mirando hacia delante con una sonrisa amplia.
- En que no me gusta que te vayas.- aclaro.
Él se gira hacia mi y me mira preocupado. Desvío la mirada hacia otro lado, no me gusta que me vea así. Esta semana estoy con el período y me siento mucho más sensible ante todo.
