[ Capítulo 17 ]

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Narra Tauro

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Narra Tauro

Siento como un aire cálido roza mi cuello con suavidad y lentamente, provocándome cosquillas al momento. Me muevo mientras que una sonrisa rápida e inconsciente se forma en mis labios rosados y aun dormidos.

Al moverme me quedo atrapada entre un cuerpo y un brazo que me aferra más al mismo. Aspiro dormida un olor a colonia masculina, la cual me llena la nariz en apenas segundos, recordándome viejos y pasados recuerdos.

Flaskback

Nos separamos lentamente, sintiendo los labios del otro aun impregnados aun con el sabor del otro. Abro los ojos, ansiosa de saber como sería si volviésemos a besarnos, pero de esta vez con más intensidad.

Observo como Escorpio baja los ojos hasta mis labios, para luego sonreír lateralmente, un gesto que provoca en mi la misma acción.

- Besas de miedo.- pronuncia rompiendo el silencio, mientras que se deja posar en el hueco entre mi cuello y mi hombro.

En segundos empieza a dejar besos por toda la zona, haciendo que los escalofríos de mi espalda aumenten y que mi corazón golpee mi pecho con fuerza y rapidez. Cierro los ojos inconscientemente mientras que siento como sus labios dejan dulces besos en mi sensible cuello, una sensación que no me gustaría que dejará de hacer.

"Estas delirando, Tauro." pronuncia mi mente despertándome de repente de mi ensueño.

- Escorpio...- lo llamo casi en un susurro, ya que estamos al lado.

Hace que no oye, ya que conozco esa cara cuando no quiere oír algo; cierra los ojos y prosigue con lo suyo, como si no hubiese nada más y nadie más.

Sus manos bajan hasta mi cadera, donde se quedan unos segundos antes de que tire de ella para pegar su cuerpo al mio. Sus besos prosiguen ahora por todo el cuello, dejándome marcas moradas con cada paso que hace para explorar cada parte de mi cuello.

Me muero el labio para reprimir algún tipo de ruido extraño o vergonzoso, pero me es casi imposible resistirlos, ya que Escorpio sabe como besar lentamente para provocar que esas mariposas, que crecen en mi estomago, se vuelvan una manada de elefantes.

En algún momento Escorpio a introducido sus manos en mi camiseta, acariciando mi espalda con las manos poco a poco.

Empiezo a perder la cabeza cuando noto que estoy sentada encima de sus piernas y acercándolo más a mi instantáneamente.

- No sabes como deseaba esto.-susurra con dulzura y algo de picardía en mi oído derecho.

No contesto y aun menos, no dejo que vuelva al cuello, si no que lo beso rápidamente. Atrapando sus labios entre los míos con dulzura y ansiedad. Coloco mis manos a cada lado de su rostro, a trayéndolo aun más, hasta que no queda ni un hueco por donde el aire pueda pasar. Acaricio su rostro con los dedos pulgares mientras que nos concentramos en nuestra lucha de besos.

En un momento extraño siento como hace más profundo el beso, lo que me sobresalta, pero le sigo el ritmo al poco tiempo. Dejo caer mis manos en sus hombros para luego acabar alborotando su oscuro cabello. En segundos lo agarro, al igual que atrapo sus labios entre mis dientes, provocando que un gruñido salga de su garganta.

Sonrió al oírlo.

Nos dejamos llevar por un pobre beso inocente, pero todo acaba ahí, ya que un carraspeo se escucha por detrás nuestra.

Al momento me alejo un poco de Escorpio para observarlo, quien disfrutaba como un niño pequeño del momento, ya que tiene los ojos cerrados y espera a que el beso siga, pero no puede ser.

Abre los ojos extrañado cuando me alejo, lo que me provoca una sonrisa rápida, ya que su rostro de preocupación es graciosa. Me giro hacia el carraspeo y mi rostro se torna un tomate cuando veo al camarero de antes con el ceño fruncido.

Escorpio sigue sonriente.

- ¿Algún problema?- pregunta Escorpio.

Me sorprendo por su atrevimiento, cuando claramente estábamos besándonos apasionadamente en un cafetería. "¿En que estaría pensando para dejar que ocurriese esto?" pienso.

- Sí, no pueden hacer este tipo de cosas en público. Así que, les pediría que se vayan.- dice educadamente.

Mi rostro, más rojo de lo normal, se aleja del cuerpo de Escorpio.

- Lo siento.- digo extendiendo el dinero, para pagar la cuenta.

El camarero asiente, mientras que nosotros nos vamos por donde una vez entramos.

Al salir, mi rumor no baja, si no que aumenta. El pensar que nos acaban de ver besándonos de esa manera y más sabiendo que Escorpio no tenia intención de parar, hace que me sienta mal. Aun que, yo estaba bien.

- ¿En que piensas, hermosa?- pregunta Escorpio a mi lado.

Elevo la mirada para observarlo atentamente. Él no tiene ningún rumor en la cara, ni ningún signo de vergüenza. Admiro eso de él.

- Acabamos de besarnos delante de toda la cafetería.- digo en un susurro.

Escucho su notable risa.

- No te preocupes, eso no tiene nada de malo. Seguramente él también lo ha hecho alguna vez.- dice sacándole importancia.

Sus palabras me reconfortan al oírlas. Siempre tiene algo que decir y eso me gusta.

- Oye, ¿que tal si vienes a casa?- pregunto. Él sonríe lateralmente, como si yo quisiese dar ese paso tan grande. Niego con la cabeza ante ello.- No para eso.- aclaro.

- ¿Entonces para que?- pregunta.

Miro hacia otro lado, avergonzada de lo que voy a decir, pero es la verdad y es lo que siento ahora mismo.

- Para dormir juntos y eso.- susurro.

Él sonríe mientras que asiente.

Fin de Flaskback


Abro los ojos dejando los rápidos recuerdos atrás, para enfrentarme a la dulce realidad que ahora vivo. Me encuentro de lleno con una camiseta oscura, por lo que puedo deducir que al final durmió con la ropa de ayer.

Miro hacia arriba para encontrarme con un rostro tranquilo y profundamente dormido, ya que su respiración es tranquila y lenta.

Me acerco a su rostro dormido lentamente hasta que coloco los labios encima de los suyos, y sin hacer algún movimiento más, observo como sus labios se empezan a mover, al igual que sus ojos se abren perezosamente.

Nos separamos cuando empieza a hacer crujir su cuerpo, para luego quedar en la misma posición de antes, pero con una sonrisa perezosa, mientras que sus ojos están entrecerrados, luchando por no volver a cerrarse.

Sonrío.

- Pareces una marmota.- le susurro llamando su atención.

Al momento me mira confundido, pero sus ojos están cerrados por lo que solo tiene la mueca.

- Mmmm...mentira.- dice con un hielo de voz débil.

- Duerme un poco más marmota.- digo antes de depositar otro beso en sus labios.

Me muevo para luego salir de su agarre, lo que se me hace casi imposible porque me tiene bien sujeta contra su cuerpo.

Tauro y EscorpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora