O n c e

21.1K 1.1K 49
                                    

La miré desde la cama entrar a la habitación con su pancita un poco mas crecida de algunos cuatro meses, su mirada se posó en mí y me sonrió para volver a fruncir el ceño.

— ¿Cómo te fue, nena? —Le pregunté con una sonrisa.

—Bien, Emily y Scarlett son muy buenas personas, y ni hablar de los gemelitos, son una ternura junto a Jack. —La veo quitarse sus zapatos antes de subir a la cama, y luego subir en mí.

—Zoe. —Murmuré débil.

—No lo sé, a veces pienso que me engañas, es que... —Cerró la boca de golpe. —Dos meses sin sexo es mucho tiempo, además cuando quiero entrar a bañarme contigo no me dejas.

Me acomodé en la cama dejándonos sentados a ambos, la única diferencia de que ella está encima de mí, besé sus labios bajando los besos por su cuello.

—Tengo una sorpresa. —Le suelto sin más, ella me mira a los ojos.

— ¿Dónde está?—Pregunta con ese brillo en sus ojos que me encanta siempre ver.

—Tienes que desenvolverlo. —Le digo mientras me apunto. Ella sonríe con picardía y asiente.

Sus hábiles manos pasan por mi pecho desnudo acariciándolo lentamente, se baja de encima mío y me hace pararme, sus ojos oscurecidos unos cuantos tonos más, atrapo su cara en mis manos y la beso, la beso como tenía días que no lo hacía, la beso con pasión y mucha lujuria.

Sus dedos finos y excitantes entran dentro de mi pantalón de pijama, gimo cuando aprieta mi trasero en sus manos.

¿Qué?

¿Nunca han leído que una mujer le aprieta el trasero a su hombre?

Sus manos caminan dentro del pantalón hasta dar con mi miembro. Me separo de su boca y la miro para ver su reacción, de un momento a otro sus ojos se abren de sorpresa y yo gruño cuando pasa su dedo por la punta de este.

— ¿Un piercing?

Mr. VólkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora