Carrera accidentada

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Narra Elsa

La noche se hizo y ya todos estaban durmiendo, Hipo me acompañó a mi cabaña, una vez ahí sabía que era tiempo de despedirse lo cual me ponía triste.

- ¿Qué tienes? ¿Estas bien?- Preguntó Hipo mientras me tomaba la mano.

- Si, es sólo que no quería que la noche termine - dije cabizbaja

- Yo tampoco, me gusta estar contigo - me sujeto la barbilla y me dio un dulce y corto beso. - Pero sé que esto no será el fin, los demás aún no se pueden enterar, no hasta que arregle unos asuntos - dijo mirándome a los ojos

- Entonces... ¿Esto será un secreto? - pregunté

- Será nuestro secreto - seguido a esto me abrazó con mucha fuerza, haciendo que mi cabeza calce perfectamente en su pecho.

- Hipo, ¿No crees que estamos muy cerca? Alguien nos podría ver así..- refiriéndome al abrazo.

- Mientras no sientas los latidos de mi corazón, no estamos lo suficientemente cerca - me susurró al oído

Puse atención, y detrás de su armadura latía un corazón que al juntar con el mío hacían una hermosa melodía. Latía rápido y fuerte, latía por un nosotros, latía por que era real.

Me aferré a él y ese fue un "Hasta luego". Entré a mi cabaña y me preparé para dormir.

Sabía que ahora que nos habíamos dicho lo que sentíamos sería difícil fingir que nada pasó frente a los demás, es como cuando pruebas de la fruta prohibida y quieres más, pues Hipo era mi fruta, y quería más de él.

La noche pasó rápido y sin darme cuenta la mañana llegó, subí a Nébula y me fui a bañar a la laguna, esta vez tomando mis precauciones.

Me vestí y fui a ver a Patapez quién catalogaría a Nébula para ponerla en el libro de dragones como nueva especie.

- Es increíble como produce en su interior esas toxinas para emanarlas en forma de un gas de similar consistencia al de la niebla. - dijo entusiasmado mientras anotaba todo. - Elsa, tú eres su jinete, cuéntame que más sabes sobre ella.

- Sus dientes son tan afilados que corta hasta metal, en vez de hierba de dragón le tranquiliza las flores rojas y que le toquen debajo de las alas, así te ganarás su amistad y su llama es azul...¡Ah! y no olvides que es muy rápida. - Dije mientras Patapez anotaba todo.

- Eso ya lo veremos... - apareció alguien detrás de nosotros.

Patapez y yo nos dimos la vuelta y ahí estaba Hipo, montando a Chimuelo.

- ¿Es un reto? - sonreí de forma pícara

- Eso es, a menos que estés tan asustada de perder - dijo haciéndose la burla.

- En realidad, me parece una gran idea, Chimuelo es el dragón más rápido hasta ahora, veamos lo que Nébula puede hacer. - Dijo Patapez

- ¿Escuché carrera? - Patán había entrado a la conversación - Yo entro.

En ese momento llegaron Brutacio, Brutilda y Astrid montados en sus respectivos dragones.

- ¿Nos perdimos la carrera? Si es así es culpa de Brutacio - dijo Brutilda mientras pegaba a su hermano, ya saben, cosas de hermanos.

- ¡Ouch! Eso dolió, me gusta  - dijo Brutacio a lo cual Brutilda repitió el golpe.

- Igual me gustaría probar la velocidad de Tormenta, he estado experimentando en su alimentación para que sea más rápida - Dijo Astrid.

- Muy bien, yo seré el juez, deben rodear la isla y el primero que llegue aquí será el ganador - Dijo Patapez

Al parecer todos iban a competir, y yo estaba lista para que vean de lo que Nébula es capaz.

- En sus marcas, listos, ¡Ya! - dicho esto todos los dragones levantaron vuelo con rápidez, Hipo tomó la delantera sin complicación, pero Nébula lo alcanzó con facilidad.

- Nada mal, pero Chimuelo recién esta calentando - dijo Hipo aumentando la velocidad.

Vi hacia atrás y no muy lejos se encontraba Astrid, al ver que se acercaba peligrosamente Nébula aumento velocidad.

Ya habíamos recorrido la mitad del trayecto, en unas piedras en la costa tuvimos que esquivarlas a lo cual Patán y los gemelos quedaron desclasificados.

Éramos sólo los tres: Astrid, Hipo y yo.

Volví a alcanzar a Hipo y nos miramos, ambos sonreímos siendo cómplices, pero Hipo se adelantó de nuevo al dar unas vueltas, lo cual no me preocupaba, yo sabía que Nébula podía alcanzarlo sin mucho esfuerzo, quedé a la altura de Astrid.

- Parece que tu comida esta haciendo efecto - grité en forma de cumplido.

Ella murmuró algo que no pude oír y poco a poco se fue juntando a mí.

- Astrid, estamos muy juntas - grité en signo de precaución.

Cerca a la meta venía la última curva, a lo que Astrid aprovechó la proximidad de nuestros dragones para desequilibrar a Nébula con un empujón.

Nébula perdió el control y caímos a una velocidad vertiginosa.

- ¡Nébula trata de nivelarte! - grité con todas mis fuerzas sujetándome a ella.

Chocamos con rocas, árboles y arbustos para terminar el recorrido en el lodo.

- ¡Ouch! - miré a Nébula y se veía algo herida. - Nébula, ¿Estas bien? - me levanté preocupada a ver a mi dragón, quien tenía rasguños de ramas por todas partes, y al parecer se había lastimado un ala.

- Tranquila nena, estarás bien - la tranquilicé, pero yo estaba preocupada por Nébula.

Poco tiempo después todos nos habían encontrado y aterrizaron sus dragones, incluída Astrid.

- ¡Tú hiciste esto! - fui hacia Astrid y le hubiera pegado si no fuera que Hipo me hubiera contenido. ¡Ella hizo esto! - las lágrimas de impotencia comenzaron a brotar, a mí podían hacerme lo que quisieran, pero no se debían meter con mi dragón.

- ¿Es verdad eso Astrid? - dijo Hipo con voz seria y todos la quedaron mirando.

- Fue...fue un accidente, estábamos muy cerca y Tormenta perdió el equilibrio y chocó con Nébula dándole un pequeño empujón - se excusó y pareciera que todos le creyeron.

Eso significaba que ella lo tenía todo calculado, quedarse cerca mío hasta esa curva, juntar a los dragones y empujarnos. Eso me dio más rabia.

- Parece que tiene el ala herida, Patán, lleva a Nébula al establo, yo iré con Elsa - ordenó Hipo

Me subí a Chimuelo y me abracé a su cintura.

Volamos y Chimuelo aterrizó en la cabaña de Hipo.

- ¿Qué estamos haciendo aquí? - pregunté - debemos ir al establo a curar a Nébula - Hipo bajó de Chimuelo y me extendió la mano para ayudarme a bajar.

- Lo haremos, pero - bajé de Chimuelo y al tocar el suelo sentí un dolor agudo en mi rodilla, lo cual me hizo caer en los brazos de Hipo.- debemos curar tus heridas primero.

Al ver mi rodilla estaba toda rasguñada y cubierta de sangre, sin contar que todo mi cuerpo tenía rasguños de ramas, pero la rodilla era lo que más me dolía.

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HOLA! AQUÍ LES DEJO OTRO CAPÍTULO ¿ASTRID LO HABRÁ HECHO A PROPÓSITO?
¿NÉBULA SE SANARÁ? ¿ELSA Y HIPO DURARÁN JUNTOS?

Hold me Tight  { Hiccelsa ♡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora