Hold me Tight { Hiccelsa ♡}

El Rescate

Narra Elsa:

- Despierta, mi reina. Llegó el día de nuestra separación - Viggo entró a la habitación victorioso. - Espero que hayas dormido bien.

A duras penas pude abrir los ojos, dormir era la mejor forma de escapar de ese lugar, pero sueñe lo que sueñe, siempre terminaba en el mismo lugar, con Viggo.

-Ya conoces nuestro trato, ni un poco de hielo y nadie saldrá herido. Prometo que después de hoy no me vuelves a ver en tu vida - salió de la habitación dejando entrar a unas damas con todo lo necesario, ellas me arreglaron para la boda.

Por más que lo pensaba, no tenía escapatória. Si lograba escaparme de Viggo, ¿Cómo escaparía de él? Debía robar algún dragón, pero no tenía las fuerzas para correr lo suficiente. Me atraparían.

¿Qué hago? Piensa Elsa...

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La boda empezó, la gente estaba ahí, algunos temerosos aún, otros sorprendidos ya que Hans no escatimó en gastos. Él llenó el salón de lujos.

Miré al frente y estaba Hans, que por un segundo pude ver claramente a Hippo en su lugar.

Hippo esperándome en el altar, con su mejor vestimenta, sonriendo al verme. Todos alrededor, celebrando nuestra unión, por un momento pude escapar de la realidad, un sueño se realizaba, aunque sea solo parte de mis fantasías. Pero todo se derrumbó al estar frente de aquel hombre, desconocido, codicioso y egoísta.

- Estamos hoy reunidos aquí para celebrar la unión de dos reinos, pero más que eso, de dos corazones. - La boda había empezado.

Quería llorar, escapar, yo no quería casarme con él. La impotencia empezó a aflorar en lágrimas, Hans al verlas se acercó y las secó con sus manos.

- Disculpenla, está emocionada ppr la boda - Hans fingía interesarse por mi, pero como puedo confiar en un hombre que me compra para quedarse con un reino. - Continúe.

- Hans de las Islas del Sur, ¿acepta a Elsa de Arendelle como su esposa y reina? - Todas las miradas se posaron en él.

- Acepto.

- Elsa de Arendelle. ¿Aceptas a Hans de las Islas del sur como tu esposo y tu Rey? - Todas las miradas se posaban en mí.

El corazón me latía demasiado, estaba debil y empezando una crisis nerviosa. Tardé en responder, miré a Hans, a Ryker, a la gente y finalmente a Viggo, quien me miraba fijamente y me indicaba que acepte, mientras subía su mano listo para dar la orden de matarme si me negaba.

- Yo... Yo... - Miré de nuevo a Hans. No podía imaginarme una vida sin Hippo. - Yo...

Repentinamente un estruendo hizo temblar el lugar haciendo que la gente gritara y muchos tambalearan casi al punto de caerse, seguido a esto se escuchó un rugido de dragón que había oído tantas veces que me resultaba imposible no reconocerlo.

"Chimuelo.... Hippo"

Todos en la sala se habían alarmado, y por el miedo a más dragones se volvió un revoltijo humano, mezclado con gritos y personas intentando correr.

Viggo había mandado a hombres a ver lo que sucedía. No sé cómo pero sabía que este era la única oportunidad que tenía de escapar, tomé fuerzas que no sabía que tenía y empecé a correr hacia la salida mezclandome con el alboroto.

- ¡Corran! ¡Salgan a un lugar seguro! - Pedía a la gente que salgan del lugar y buscaran refugio. - ¡Váyanse! - Intentaba no ver a Viggo, solo mirar hacia adelante.