Debía olvidarlo

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Narra Hipo

No había salido de mi cabaña en toda el día, pensando en cómo iba a remediar la situación para que dejaran de insistir en ese matrimonio.

Debía arreglarlo. Y sólo se me ocurrió una forma.

Llamé a Astrid, debía convencerla que ella también se oponga al matrimonio, de esa manera habría más posibilidades que desistan en tan absurda idea.

- ¿Me buscabas Hipo? - Dijo Astrid entrando por la puerta.

- Sí Astrid, necesito que hablemos sobre... ya sabes... lo que pasó hoy - dije algo tímido a lo que ella asintió con la cabeza.- Astrid, mi padre y los pueblos amigos quieren que me case para ser jefe, pero eso no es lo que quiero.

- ¿No quieres ser jefe? - preguntó

- No quiero que para ser jefe deba casarme, y creo tu piensas lo mismo ..- era difícil decir que no me quería casar con ella, no quería que sonara mal lo que iba a decir.

- Yo pienso que es una gran oportunidad - dijo ella, me quedé sin palabras, estaba en medio de la confusión y la sorpresa. No esperaba ese tipo de respuesta.

- ¿A que te refieres?- pregunté

- Todo esto Hipo, es una gran oportunidad, tú Jefe de Berk, yo tu esposa, yo estaría feliz de serlo y además tener la confianza de los pueblos vecinos y traer beneficios a Berk. - Sonrió ella

- Astrid, ¿Porqué te casarías conmigo? -

- Hay varias razones, eres inteligente, diferente a los demás, tú cambiaste nuestras vidas, debo reconocer que te encuentro atractivo, por eso hay tantas chicas en el pueblo que mueren por ti, además que si no me casara contigo el próximo en la lista sería Patán - dijo haciendo una mueca.

- Pero tú siempre has apoyado el hecho de casarse por amor, no lo entiendo - dije confundido

- Ese es exactamente el problema Hipo, no entiendes, nunca has entendido mis sentimientos- alzó la voz poniéndose una mano en el pecho - Creo que es momento de decirlo - suspiró

- ¿Decir Qué? - pregunté

- ¡Decir que me gustas! Estoy enamorada de ti desde hace mucho tiempo - exclamó acercándose para abrazar mi cuello hasta quedar a sólo pocos centímetros.

No sabía qué decir, a decir verdad nunca me lo hubiera imaginado, ¿Cómo le podría romper el corazón a una amiga?
Pero...

Debía hacer lo que mis sentimientos decían.

- No lo hagas - dije frío zafándome de sus brazos.

-¿Qué cosa? - preguntó

- No te enamores de mí - respondí firme.

- Es tarde, nuestro matrimonio ya se acordó y enamorarme de ti ya lo hice - seguido a eso se acercó a mí con decisión y me besó.

Cuando sus labios tocaron los míos, escuché un sonido en la puerta, algo se había caído. Me separo de Astrid y ambos dirigimos la mirada a la puerta que estaba semi abierta.

Justo lo que temía.

Elsa estaba ahí, vio el beso y supo lo del matrimonio, unas moras que creía extintas estaban desparramadas en el suelo.

¿Qué hago? Debo explicarle.

- Elsa yo... te lo puedo explicar- dije acercándome a ella, pero al hacerlo ella corrió, se subió a Nébula y voló.

No sabía que hacer en ese momento. Llamé a Chimuelo y me subí en él para ir tras Elsa.

- Hipo, déjala... Ella debía enterarse tarde o temprano.- Dijo Astrid impidiendo que Chimuelo despegue.

Astrid tenía razón, Elsa debía enterarse, pero no quería que fuera de esa manera. Debía arreglarlo.

Chimuelo alza el vuelo y buscamos a Elsa y a Nébula, pero no la encontramos.

- ¡Elsa! - Gritaba buscándola.

Pero no la encontré.

¡Demonios! ¿Dónde estás?

Narra Elsa

- Es tarde, nuestro matrimonio ya se acordó y enamorarme de ti ya lo hice - seguido a eso Astrid besa a Hipo.

¿Matrimonio? ¿Se van a casar?
Para los vikingos el casamiento es una unión sagrada que dura toda la vida. Así que debes escoger bien a la persona con quien compartir esa unión. Por eso mi corazón se contrajo, no podía imaginarme a Hipo casado con Astrid. Mis ojos seguían mirando aquel beso.

- Elsa yo.. te lo puedo explicar - dijo Hipo.

No sabía cómo reaccionar. Simplemente salí corriendo, subí a Nébula y huí. ¿Adónde iba?

No tenía idea.

Llegué a la parte más aparada de la isla, con vista a la puesta de sol, para la cual aún faltaban un par de horas.

No sé porqué las lágrimas salían, sentía algo por Hipo.

Sí, me gusta Hipo.

Pero no imaginaba que el sentimiento era tan intenso como para sentirme de esa manera, pero ya era tarde, Hipo y Astrid se iban a casar. Además no había razón para llorar de esa forma, Hipo no era nada mío, no era mi novio, sólo mi amigo.

Debía olvidarlo.

Limpié mis lágrimas y me quedé a ver la puesta de sol, haciéndome la promesa de que lo olvidaría. Tenía que hacerlo.

Volví a la base con los demás, necesitaba una cabaña con urgencia, pero esta noche decidí quedarme con mi amiga Brutilda.

¡Toc, Toc, Toc!

Abre Brutilda.

- ¿Dónde has estado? Te hemos buscado todo el día. - Dijo Brutacio al lado de su hermana.

- Yo... Salí a dar un paseo. - Mentí

- Vaya amiga te ves terrible, pareciera que lloraste demasiado, algo así como cuando se murió tu yak mascota a los 9 años. - Dijo Brutilda invitándome a entrar.

- Yo..

- Así que ya te enteraste del matrimonio de Hipo y Astrid. - Dijo Brutacio a lo cual asentí con la  cabeza.

- Hoy no quiero ver a Hipo ¿Puedo quedarme aquí está noche? Mañana construiré mi cabaña - pregunté

- ¿Estas bromeando? Eres como nuestra tercera hermana, nuestra casa es tu casa - Dijo Brutacio, oír eso me alegró pero no podía sonreír, no después de todo lo que pasó.

Esa noche la pasé en la casa de los gemelos. Estaba a punto de dormirme cuándo alguien tocó la puerta. Brutilda fue a abrir.

Era imposible no reconocer su voz.

Era Hipo.

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HOLA HICCLESASLOVER (?) AQUÍ LES TRAIGO UN NUEVO CAPÍTULO, ESPERO QUÉ LES GUSTE, HOY FUI A UNA CONVENCIÓN DE CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN QUÉ HABÍA EN MI CIUDAD Y REALMENTE ME ENCANTÓ. QUERÍA COMPARTIRLES ESO. ESTÉN ATENTAS ATENTAS PRÓXIMO CAPÍTULO  IDEAS Y SUGERENCIAS SERÁN ACEPTADAS.

Hold me Tight  { Hiccelsa ♡}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora