Athim no pudo evitarlo, el frío lo paralizó, se quedó inmóvil, sin capacidad de reacción, se notó a si mismo temblar si embargo, no era miedo, era la gélida esencia de aquellas apariciones que helaban la palabra en la boca. La chica Lenit ni siquiera miraba, evitaba el contacto visual con aquellas incoherencias del mal con forma humana, pero sentía su cercanía, con tal fuerza que apenas podía respirar. El aire, esencia de vida, ahora era muerte, cada vez que inspiraba le quemaba la garganta, los pulmones se cerraban y su pecho se contraía, náuseas y espasmos sacudían su menudo cuerpo, la sola presencia de aquellos seres adulteraban el aire creando un clima ponzoñoso. La chica, de un momento a otro dejaría de respirar.
La sombra creía estar fuera del alcance de la visión de aquellos monstruos, pero al igual que el joven Athim estaba inmóvil, no se atrevía a moverse, no podía, el frío engarrotaba sus extremidades, solo miraba y a través de su visión de tonos grises, veía el negro más profundo que jamás pudo imaginar, además de verlo, sentía que la oscuridad emanada podía absorberlo y licuarlo por completo en un instante.
Thed hizo un verdadero esfuerzo para ponerse en pie. Incrementó su voluntad asombrando a sus compañeros y arremetió contra el primer mago oscuro, estaba claro que aquellos seres no esperaban esa reacción, mucho menos procedente de un patético y débil humano, de esta manera el chico logró clavar un puñal en el lo que supuestamente era el pecho de aquella horrenda forma, el hechicero negro ni se inmutó, lanzó un revés a la cara del joven que a pesar de su estado, pudo esquivar. Hace un momento estaba exhausto, pero actuaba con fuerza renovada, Athim reaccionó al ver a su amigo, no iba a permitir de nuevo que le hicieran daño. Necesitó un gran esfuerzo, pero su voluntad le respondió, notó menguar el frío en su cuerpo, también recuperó el control del mismo.
No perdió ni un instante, actuó tajante, esta vez fue en el rostro donde se clavó el puñal, estaba tan cerca del mago oscuro que tan solo tuvo que dar unos pasos, el acero atravesó la oscuridad de la capucha, pero fue Athim quien sintió un pinchazo, un quemazón en la mano que se extendió a lo largo del brazo hasta llegar al hombro, igual que avanzó retrocedió sujetando el brazo dolorido con la otra mano. El cuchillo se quedó clavado, suspendido, hendido en el oscuro rostro. En un instante se deshizo, desapareciendo en un fino y oscuro polvillo. La tétrica figura avanzó como si aquel contratiempo ni siquiera hubiera sido una molestia, al caminar, la oscuridad se acentuaba a su paso, menguaba el ánimo en los chicos, a pesar de todo se mantuvieron firmes, esperando la acometida del encapuchado. Athim sintió nuevamente el frío clavarse en sus hombros, como si una cuchilla muy fina lo estuviera abriendo por la mitad. El segundo de los magos estaba tras el, aquella negra mano que sujetaba su hombro lo hacía convulsionar, los ojos se le pusieron en blanco y perdió la conciencia.
Thed vio caer a su amigo, una mueca de agudo dolor trazó su rostro, estaba solo, Athim caído a escasas varas de él, Laina no se movía, no mostraba signos de actividad. La sombra no estaba. Solo el chico quedaba aún en pie. El mago que había derribado a Athim se acercó a él amenazante, el otro, estaba quieto, dejaba hacer a su similar.
Thed estaba desarmado, cerró los puños con fuerza, apuntaló firmemente los pies en el terreno y espero. Cuando estaba a pocas varas del joven, el mago oscuro levantó una mano y Thed solo pudo gritar de dolor, cayó de rodillas con un sufrimiento insoportable que se instalaba en cada parte de su cuerpo. Pensó en su vida, en su amigo, en las personas a las que últimamente les había tomado cariño y creyó que de un momento a otro aquella fuerza lo iba a partir en dos.
También pensó que el el diablo negro estaba jugando con el, ya podía haberlo matado y aún seguía con vida. Por un momento el dolor fue tan intenso que no pudo pensar, cuando creía que no podía aguantar más, oyó un rugido, lo oyó muy lejos como si naciera del interior de la tierra y entonces aquel dolor cesó de golpe.
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EL CUARTO MAGO. LIBRO II. Magos oscuros
FantasyLa historia de Athim, Thed, Wonkal, Noath... continúa.