Capitulo 4

9.6K 397 9
                                    

Sus ojos verdes me veían detalladamente, recorriendo cada una de mis curvas cubiertas por aquel vestido de Chiffon, su mirada enviaba escalofríos a mi cuerpo y no pude evitar estremecerme.

- ¿Que tal este? - pregunte sonriendo, sonrisa que él no me devolvió, desvío sus ojos de mi cuerpo y se aclaró la garganta.

- Le queda bien, señorita-yo me cruce de brazos y puse los ojos en blanco.

- Eso no es la respuesta que espero, pareciera que lo dijeras forzado quiero que me des una respuesta concreta, Tu opinión sincera- dije y él me miró, no disimulo lo oscuro que se volvieron sus ojos y me gusto que no lo hiciera.

- Le queda perfecto, esa es mi respuesta sincera- respondió viéndome fijamente, mis mejillas se tiñeron de rojo.

Entre de nuevo al probador y me lo quite, después me puse la ropa que tenía puesta antes y salí.

- Me lo llevo- se lo di a la encargada y le sonreí a mi guardaespaldas que me veía con sus ojos verdes más serios que nunca pero no fríos sino con algo diferente que no Supe interpretar.

Salimos de Allí con el vestido y caminamos en silencio hacia el auto, ese vestido lo usaría para la entrevista, de fondo se escuchaba all the low time una canción de jon bellion muy buena, como toda canción que conozco la comencé a cantar y me sorprendí cuando él también se unió, llegamos a la casa y subí las escaleras para preparar todo para el viaje, mi representante se iría en su auto, mientras yo me iba a en mi auto con ronnal, pues parece ser que aison es más guardaespaldas de mi madre que mio pero mejor así no quiero andar con tantos guardaespaldas, solo son necesarios los dos cuando tengo conciertos o presentaciones.

Después de tener todo me despedí de mi familia y me monte en el auto, todo el camino paso en silencio hasta que sorprendentemente él hablo.

- Veo que las cosas entre su prometido y usted van bien- hablo él con la mirada en la carretera, yo lo mire estupefacta.

- Si, él está raro pero lo prefiero así - él asiente con aprobación y no habla más, yo en cambio no quería pasar en silencio el camino, iba a ser largo el trayecto y así iba a ser aburrido y tal ves tengamos que quedarnos en algún motel, quien sabe pero no podía viajar con este silencio. - ¿de donde es? - pregunte acomodándome en el asiento.

- Italia

- Es bonito allá - afirme

- Si

- ¿y por que se fue?

- No tenía nada que me sostuviera allá - respondió con voz tensa.

- ¿le gusta estar aquí?

- Si, es muy hermoso aquí - respondió y yo asentí.

- Debería aportar en la conversación - dije ya molesta y él me miró sorprendido.

- Lo siento solo que no estoy acostumbrado a que hablen conmigo - dijo y yo alce las cejas.

- Así que es un ermitaño - inquiri, él arrugo el seño con una sonrisa en su rostro.

- No, lo que quiero decir es que normalmente las personas a las que cuido no hablan

- ¿Así que no quiere que hable? - le tomo el pelo y él me mira alarmado.

- No..... Señorita no quise decir eso.... Solo que... No me hablan a mi - hablo atragantadose con las palabras

- ¿ Entonces no quiere que le hable a usted? - seguí, mordiendo mi labio para no sonreír.

- Si.... Solo.... No soy bueno hablando - respondió con nerviosismo, yo solté una carcajada.

Mi Guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora