capitulo 20

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Ronnal Pov

Si sales por esa puerta con ella lo nuestro se acabó, te olvidas de mi.

Sus ultimas palabras antes de que saliera de la casa me atormentan  y una inquietud de que las cumpla no me deja pensar.

Tiene que entender cuando le cuente que lo hago por nuestro bien, por nuestro futuro.

Conseguí que la universidad a la que quería entrar para comenzar de nuevos mis estudios como ingeniero me aceptara, la ultima vez los deje a la mitad y tenia que terminarlo para formar una vida con berenice.

También estoy viendo las ventas de una casa en una buena residencia al sur por donde está la playa a la que tanto le gusta ir berenice, la va a amar.

Estoy pensando en pedirle que viva conmigo y quiero tener todo preparado, esperanzado de que diga que si.

Todo lo lograre con la ayuda de ginebra que es dueña de un inmobiliario aquí en Sidney y aunque no lo crea ella va ayudarme a conseguir algo al buen precio, todo por la culpabilidad que siente de lo que nos hizo hace unos año, por berenice y el futuro que quiero construir con ella aceptare su ayuda y sus disculpas, todo por mi estrellita.

No quiero vivir toda la vida con rencor y odio hacia una persona, sea quien sea esa persona, quiero vivir mi vida en paz y tranquilidad sin ningún veneno enterrado en mi corazón, porque sentimientos como el odio no sirven sino para hundir más.

Entre berenice y yo, yo fui él que salio más perjudicado, un embargo sé que ella no me perdonara hasta que le de razones de porque lo hice, porque la traicione.

Ginebra me ayudara en muchas cosas, incluyendo en ayudarme a que me acepten.

Es difícil que lo hagan cuando en mi expediente hay una gran mancha de cuando estuve en prisión, ella me ayudara a limpiarlo y a que me acepten para después conseguir un trabajo decente y de buena paga.

Berenice no sabe nada de esto y por mi esta bien, quiero que sea una sorpresa, quiero que se sienta orgullosa de mi así como yo estoy orgulloso de ella.

Tengo miles de sorpresas para ella y quiero que sigan siendo así, unas sorpresas.

- Entonces, tenemos la casa cerca de la orilla y otra mas alejada, donde están las rocas que bajan hacia donde rompen las olas, también está la de la colina donde se aprecia......- corto las palabras de ginebra que no ha dejado de hablar desde que salimos de casa de berenice.

- Puedes mostrármelo cuando lleguemos.

- Oye, calma solo quería explicarte, estas molesto con ella, no conmigo- alza las manos a la altura de si cabeza en señal de paz y resoplo.

Creé que porqué le permitió ayudarme de la noche a la mañana me volveré su mejor amigo, tan equivocada...

- No estoy molesto con ella, de hecho estoy molesto con tu imprudente bocota.

- Tienes razón no debí haber hablado - se encoge de hombros y yo decido callar hasta que llegamos a la costa donde se ve claramente los veleros y yates, el sol escondiéndose en el horizonte dejando que un tono anaranjado bañe nuestra piel y puedo imaginarme aquí, con berenice; abrazándola, besándola y haciéndole el amor todos lo días de mi vida. Dándole amor como solo ella se merece. - Para aquí - me señala un lugar vacío frente a la costa y estaciono.

Bajamos y ella me hace seguirla por todo el lugar hasta bajar unos escalones y tocar la cálida arena.

Me lleva hacia una casa, escalones de madera dura y grandes troncos, una cabaña podría decirse, una mecedora en la terraza con cojines tapizados. Entramos y el interior me sorprende un poco más, muebles de tapizado floreado y madera dura, un televisor pantalla plana y un librero en la sala, la cocina, encimera de mármol granizado marrón con  blanco, una nevera de acero inoxidable al igual que todo los electrodomésticos del lugar, una casa bien equipada.

Mi Guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora