*Novela ganadora en la categoría Yaoi de los Premios Gemas Perdidas 2017.*
Bradley Donovan que tiene hobbie peculiar, el cual consiste en llevarse a la cama a chicos jóvenes -en especial si son vírgenes-, los apunta en una libreta que tiene asignán...
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El momento había llegado, al fin iba a casarme con Bradley, y hoy sería el día en que vería su rostro por primera vez, estoy tan emocionado, esperé tanto tiempo este día.
Estaba parado frente al espejo sonriendo para mí mismo por no poder contener tanta felicidad; con mi lindo y delicado peinado, mi traje blanco y un hermoso moño rojo carmesí, con una rosa de su mismo color en el bolsillo, hoy sería el mejor día de todos. Ajusté un poco el moño para que quedara perfecto, ya que todo tendría que ser perfecto este día. Salí de la habitación una vez me avisaron que debía hacerlo. Caminé junto a mi padre hasta salir afuera de la casa donde se encontraban todas aquellas personas, todas posaron su vista en mi, estaba tan nervioso. Y allá estaba el junto al padre a lo lejos, esperándome con su hermoso traje del mismo color que el mío, aunque en el se veía perfecto. Su cuerpo tan alto y masculino y su rostro, tapado con un velo negro. El sonido de aquella canción típica de las bodas hizo que mi corazón saltara de emoción y a la vez me hizo saber que ya era hora, así que mi padre y yo comenzamos a dirigirnos hacia mi futuro esposo, antes de caminar miré a mi padre y su sonrisa calmada me hizo saber que todo estaría bien. Con cada paso mi corazón latía más fuerte cada vez, y al ver la mirada de todas las personas que allí se encontraban posadas en mí, la mayoría tratando de contener las lágrimas de emoción, el mejor día de mi vida, el día que tanto esperé. Ya estábamos llegando, estaba a solo unos pasos de el, jamás pensé que este día llegaría. Llegamos luego de unos minutos o segundos caminando que a mi parecer fueron eternas horas.
Mi padre se retiró y allí quedé yo con el, solo éramos nosotros dos y el padre, o eso quería yo pensar.
Todo el mundo se puso de pie, y una vez hecho esto el padre comenzó con el casamiento, ambos dijimos nuestros votos matrimoniales, y luego, la pregunta más esperada fue pronunciada.
- Brian, ¿acepta usted a Bradley como su esposo, para amarlo y respetarlo en la riqueza, en la pobreza, en la salud y en la enfermedad?.- concluyó y todos posaron su vista en mi, así que sin pensarlo dos veces dije la palabra mágica.
- Acepto.
- Bradley, ¿acepta usted a Brian para amarlo y respetarlo, en la riqueza, en la pobreza en la salud y en la enfermedad?-mi corazón latía a mil por segundo en espera de su respuesta.
- Acepto.
Una vez dicha esta palabra, Bradley procedió a quitarse el velo negro que le cubría el rostro y yo no podía estar más nervioso.
El asombro, la sorpresa y el horror invadieron todo mi ser al ver lo que se ocultaba detrás de aquel velo, era horrible. Una horrible cara deforme con una sonrisa siniestra de oreja a oreja, miré hacia todos lados y las personas que allí se encontraban reían y reían macabramente. Tenía una cara de horror y estaba muriendo del miedo. Comencé a retroceder pero Bradley se acercaba más a mí, miré al padre y este sonreía de la misma forma macabra que los demás.
