Capítulo 31

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(Brian)


El día de hoy ha transcurrido bastante aburrido, por así decirlo. Me la he pasado encerrado, comiendo, acostado viendo películas y no he salido de la habitación en todo el día. Lo único que se ha escuchado es un constante movimiento de personas en toda la casa, al parecer mis padres están organizando algo; que realmente no me interesa.

Me dispuse a revisar el móvil por primera vez en todo el día; eran las siete treinta y dos de la noche. Tenía varios mensajes de Kath preguntando que me pasaba y por qué no ha sabido de mí en estos días. Le contesté que todo estaba bien y que luego hablaríamos con calma. Puse el celular en la mesita de noche y volví a centrar mi vista en el televisor.

El sonido de alguien tocando la puerta de la habitación llamó mi atención.

- Pase.- me limité a decir mientras cambiaba repetidamente los canales del televisor, sin esperar ver nada realmente, solo lo hacía.

Pude ver de reojo que era David, mi hermano, quien había entrado.

- Vístete. Tendremos una cena importante del trabajo de mamá.- ordenó acercándose a mi cama.

- No quiero.- contesté sin prestarle atención mientras seguía cambiando el televisor.

- Que te vayas a bañar.- se acercó a mi para luego arrebatar con brusquedad el control de mis manos y apagar el televisor.

- Oye.- le miré sorprendido.

- Hueles a pollo sudado.- dijo con cara de asco.- ¿Qué es eso?.- preguntó poniendo cara de serio mientras tocaba una parte de mi cuello, haciéndome sentir un leve dolor que a la vez me hizo recordar cuando Alan me estranguló en el baño.

- No es nada.- me limité a responder como si el hecho de que Alan me estrangulara fuera de lo más normal en el mundo.

Aunque tomando en cuenta las veces que lo ha hecho...

- Brian, andas en malos pasos.- se quedó esperando una respuesta de mi que nunca obtuvo.- Apuesto mi vida a qué eso es culpa de tu noviecito ese, pero como me entere de algo se las va a ver conmigo. Avísale.

- Si ajá.- me senté sobre la cama.- Como si te importara.

David es tan raro. A veces me trata mal, y otras veces se preocupa demasiado por mi. Eso me confunde. Pero bueno, supongo que así son los hermanos.

- Brian.- se acercó hacia mi para acariciar con ternura mis cabellos.- Eres mi hermano. Me importas más de lo que crees, y sabes que siempre puedes contar conmigo.- dijo como si leyese mis pensamientos dibujando una cálida sonrisa en sus labios.

- Lo sé.- corroboré no muy convencido de mis palabras.

- Bueno, anda vístete y trata de ocultar ese moretón de tu cuello. Yo también iré a prepararme. Si no nos presentamos allí abajo esta noche nuestros padres nos matarán.

- Está bien.- contesté sonriente y este salió por la puerta cerrándola tras de si.

Me dirigí perezoso hacia el baño soltando algún que otro bostezo. Comenzaba a sentir mucha hambre ya que casi no había comido en todo el día. Abrí el grifo para que el agua se fuera cayendo mientras me quitaba la ropa. Una vez me desnudé por completo, me miré en el largo espejo que quedaba en frente de mi; estaba tan delgado y pálido. Metí un pie en la ducha sintiendo automáticamente el agua caliente rosando mi piel y seguido me metí por completo bajo el grifo. Se sentía tan bien. Tardé unos diez minutos y salí dirigiéndome a la habitación con una toalla envuelta a mi cintura. Comencé a buscar algo que ponerme.

Esta noche no iba a ser algo fuera de lo normal; yo ya estaba acostumbrado a las cenas u actividades ejecutivas de mis padres en las que hacía un esfuerzo sobrenatural por no dormirme y mantener una sonrisa fingida ante cada alago hipócrita de los presentes.

Solo pido al cielo que esta vez acabe lo antes posible.

Me coloqué un saco azul marino por encima de una camisa blanca de mangas largas, un pantalón fino (del mismo color que el saco) y unos zapatos negros. Peiné mi cabello castaño (que parecía ser negro por el gel que me había puesto) hacia atrás y sonreí al verme en el espejo.

- ¿Ya estás listo? Hay que bajar, las personas ya están llegando.

Era David quien había regresado, aunque el ahora estaba cambiado con un hermoso traje negro y corbata roja.

Tenía un hermano muy guapo ahora que lo pensaba.

- Vamos.-sonreí y le seguí el paso por el pasillo hasta bajar por las escaleras. Las miradas de los empresarios y personas allí presentes se posaron en nosotros sin mucho disimulo.

- Te ves como todo un hombrecito.

- Es lo que soy.- le sonreí a mi hermano mientras bajaba el último peldaño.

Habían personas reunidas en pequeños espacios de la casa tomando y riendo "elegantemente", mientras el personal de servicio colocaba sobre la mesa el gran festín de comida de la cual no comeremos ni la cuarta parte.

Me dirigí junto a mi hermano hacia donde estaban las bebidas para servirme una copa de vino.

- ¿Y sabes a qué se debe esta reunión, cena, o cómo se llame?- le pregunté mientras nos dirigíamos ya con nuestras copas hacia un lugar más apartado.

- Bueno, creo que elegirán al nuevo presidente y vice presidente de la empresa en donde trabaja mamá. Como candidatos estoy yo y otro chico hijo de la socia de mamá. Hemos estado preparándonos durante los últimos meses.

Simplemente asentí mientras daba otro sorbo a mi bebida y pensaba en lo orgulloso que estaba de mi hermano por al fin decidir qué hacer con su misteriosa (por así decirlo) vida.

- Mis dos hombres.- era mamá quien se dirigía hacia nosotros con alguien más.- Chicos, el es Bradley Donovan, hijo de mi socia más importante.



Continuará...

Manzana Prohibida (Yaoi) #PGP2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora