Capítulo 8

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No puedo creerlo, mi mente se hacía más clara con cada minuto, empezaba a recordar todo; Stiven, la fiesta, borrachera, sexo.

Empezaba a recordar cada detalle de la noche anterior, aunque no podía pensar con claridad debido al dolor que estaba acumulado en mi cabeza. Quería hundir mi cabeza en la arena de la vergüenza, lástima que aún seguía en el autobús. Sentía un ardor acumularse en mis mejillas, sentía mucha vergüenza, aunque no puedo negar que me gusto tener sexo con Stiven, me sentí en las nubes.- ¿Qué estoy pensando?.

¿Por qué se había ido así tan de repente?, sin ninguna explicación, dejándome solo en casa de un desconocido, solo y desnudo.

Me asomaba constantemente por los ventanales para saber por dónde iba el autobús, tampoco quería perderme, ya eran demasiadas cosas en tan poco tiempo, aunque debo reconocer que no sabía con certeza en donde me encontraba, eso pasa cuando pasas toda tu vida dependiendo de un chofer. Se me ocurrió preguntarle al chofer del autobús en donde nos encontrábamos, si estábamos cerca de mi dirección, o más bien de la dirección de Brian. Pero sentía vergüenza, no sé porque soy tan tímido. Pensaba una y otra vez en preguntarle, mientras temía el haberme perdido. No podía preguntarle, ¿Por qué soy así?, no es como si el conductor fuese un come personas, aunque más bien tenía miedo de que la mirada de las personas presentes se clavaran en mí, era eso a lo que temía en realidad.

Señor, ¿Podría decirme en donde nos encontramos?.- No, debía pensar en algo mejor.- Señor conductor, ¿Podría usted decirme por favor en donde nos encontramos?. No, tampoco, demasiado cortés.

Luego de varios minutos pensando en que decir, al fin me decidí, iba a preguntarle sin pensarlo, total, no perderé nada.

- Señor conductor.- todas las personas presentes pusieron su mirada en mi, mis manos comenzaron a sudar.- D-do-do ¿Dónde e-estamos?.- pregunté bastante avergonzado y ocultando la mirada, sentía estar sonrojado, dios, qué vergüenza,

¿Por qué nada me sale como lo pienso?.

El conductor respondió a mi pregunta, entonces, me di cuenta de que estaba realmente perdido.

Perdido.













•••••

















(Brian)

Estaba ya todo listo para la fiesta, a excepción de los bocadillos que Juana estaba preparando todavía, Kath y yo habíamos preparado todo, al menos la cuestión de decoraciones y todo eso. Kath se había portado muy bien, bastante, no sé qué hubiese hecho sin ella, además de que me ha ayudado a lo largo del día para mantenerme distraído, aunque no resultaba del todo.

Las horas avanzaban; Chad no volvía. Temía que algo le pudiese pasar, he pasado todo el día pensando en el, le he enviado como cien mensajes al celular, he llamado miles de veces, pero me salía la operadora, estaba asustado. No me perdonaría si algo le fuese a pasar.

Mientras hacía los deberes se podía notar la preocupación en mi rostro, Kath me decía que todo iba a estar bien, más no estaba tan seguro.

Chad es como un niño, no podía imaginarlo solo y menos lejos de mí.

Nos acostamos ambos en el sofá para tres personas, Kath iba a poner una película para pasar el tiempo, Juana nos llevó dos limonadas que con gusto tomamos, pues habíamos trabajado mucho y era un día bastante caluroso.








•••••







(Chad)


Sentía el molesto sol chocar en mi rostro, hacía mucho calor, bastante, combinado además con mi dolor de cabeza, estaba mareado, lejos de casa, sentía mucha hambre, y ahora estaba perdido.

Alteradamente e inconsciente de lo que hacía, baje del autobús, al enterarme de que estaba perdido, cabe destacar que no tenía dinero para pagar el autobús, así que salí corriendo lo más rápido que pude de allí, contribuyendo así esta acción a mis mareos. El conductor me había dicho en donde estábamos y que estábamos bastante lejos de mi destino así que no tuve otra opción que detenerlo y bajar de allí.

Me senté en una banca que se encontraba en la acera, por suerte tenía un techo que me tapaba del molestísimo sol.

Observe a mi alrededor, estaba en un barrio, un barrio no muy aparente.

La gente pasaba frente de mí, hombres de piel oscura con muchos tatuajes en todo el cuerpo, dilataciones literalmente por todos lados, con los pantalones más abajo de las nalgas, y las mujeres ni se diga, me observaban extraño y sin disimular se reían de mí.- Genial.

Las horas pasaban y yo aún seguía sentado en la banca cabizbajo, perdido, sin saber qué hacer.

- Oye.- sentí unas manos tocar mi cabeza, en ese momento solo pensé lo peor.

Levanté asustado mi mirada.

- ¡No me asalte!.- me pare de la banca alejándome de aquella persona, que más bien era un chico.- Por favor.- supliqué asustado, mi corazón latía a mil.










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Holaaaaa! o(^^)

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Bai..

Manzana Prohibida (Yaoi) #PGP2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora