Capítulo 28

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Dos capítulos seguidos... no hay de qué. B)





- ¡Maldito!- le grité mientras sentía mis ojos cargados de lágrimas, las cuales posteriormente salieron resbalando sin control por mis mejillas.- Déjame salir de aquí, ¡o llamaré a la policía!, pagarás muy caro, ¡maldito psicópata!- gritaba mientras pateaba y golpeaba frenéticamente el auto.

Bradley frenó de golpe haciendo que mi cabeza chocara con el asiento de enfrente.

- ¡Oye, el no tiene la culpa de nada!- gritó para luego tomarme por las muñecas deteniendo así mis constantes movimientos.- ¡Tranquilízate!

Mis ojos cristalizados se cruzaron con los suyos mientras me observaba atenta y fijamente, lo único que podía escucharse era mi respiración entre cortada y la de él, tan calmada.
Sentía que podía viajar mediante aquellos increíbles ojos azules grisáceo que me transmitían una paz que jamás había sentido antes.

Su rostro parecía haber sido moldeado por los mismos dioses. Era tan perfecto.

¿Cómo una persona tan hermosa podría hacer tanto daño?

Su cara comenzó a acercarse lentamente hacia la mía, sabía lo que el iba a hacer, entonces cerré los ojos. Sentí sus labios rozar levemente los mios...

Y una bofetada como jamás había dado antes le fue propinada en una de sus mejillas, dejándole allí plasmada la marca de la palma de mi mano envuelta en un tono rosa.

- ¡Ahh!- gritó llevándose una mano a su rostro.- ¿por qué demonios lo hiciste? Ahh.- exclamó acariciando su mejilla abofeteada.

- ¡Imbécil!, ¿quién te crees que soy eh?- pregunté alterado dispuesto a golpearlo nuevamente si decía una idiotez.

Sonrió de lado mostrando sus blancos dientes que parecían brillar en la oscuridad.

- Una zorra.- dijo sin más y quizás el supo lo que iba a suceder a continuación.

Salté sobre él posicionándome en la parte delantera del auto mientras lo estrangulaba con ambas manos lo más fuerte que podía.

- ¡Te voy a enseñar quién es la zorra!

Si el mató a mis amigos, quien iba a acabar con su existencia era yo en este mismo instante.

- ¡Será mejor que me digas que hiciste con mis amigos, en este mismo instante!- gritaba frenéticamente mientras aún no soltaba su cuello.- ¡Habla de una vez maldito!

- Ahg... ahg.- era lo único que podía decir, su cara estaba roja.

Entonces me di cuenta de que si quería que hablase debía soltarlo. Y lo hice, pero mi puño no se despegaba de su ojo izquierdo.

- Tranquilo...- habló mientras buscaba llenar de aire sus pulmones desesperadamente.- ¡Demonios que fuerte eres!- hubo un silencio corto y lo único que se escuchaba era su respiración forzada, entonces sonrió, y dijo,- y eso me excita.

- ¡Ya me estás colmando la paciencia!, será mejor que hables de una buena vez.- grité con ardor en mis mejillas mientras apretaba con fuerza el cuello de su camisa.

- Tranquilo, ¡que me arrugas!, sólo estaba bromeando, C-chad nos está esperando en el restaurante.

- ¿Y Saúl?- pregunté propinandole una de mis miradas fulminantes.

- ¿Qué?, no lo sé, aún no lo he visto, te lo juro.- me temía y eso me gustaba, podía sentirlo en su mirada.

Lo sentía en aquellos encantadores ojos azúl grisáceo.

Manzana Prohibida (Yaoi) #PGP2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora