El niño del arcoíris saltó de un brinco,
corrió como nunca antes
y abrazó a Lluvia.
Y esta, lloró.
Pero por una vez eran
lágrimas de alegría.
El niño del arcoíris saltó de un brinco,
corrió como nunca antes
y abrazó a Lluvia.
Y esta, lloró.
Pero por una vez eran
lágrimas de alegría.