Lluvia se dejó llevar
por el calor del aquel beso
que sabía a frutas.
Era su manzana prohibida,
era el jardín del Edén
en todo su cuerpo.
Lluvia se dejó llevar
por el calor del aquel beso
que sabía a frutas.
Era su manzana prohibida,
era el jardín del Edén
en todo su cuerpo.