Pronto su cabeza decidió que era un buen momento
para despedirse de tan buen entorno
y volver a empezar.
La rodearon los árboles,
la luna y el sol lloraron
y se convirtieron en polvo del cielo.
Pronto su cabeza decidió que era un buen momento
para despedirse de tan buen entorno
y volver a empezar.
La rodearon los árboles,
la luna y el sol lloraron
y se convirtieron en polvo del cielo.