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Ya no lloraba, porque no había motivos para hacerlo.

Solo quería amar a la persona que tenía enfrente de sí.

Su corazón le decía que sí, y su cabeza también.

Agarró de la mano al chico del arcoíris

y sin vacilar mucho

pronunció su nombre.

Lluvia - El eco de las voces mudasWhere stories live. Discover now