Luna y sol, dados la mano,
seguían de cerca los pasos
de Alexei y su enfermedad.
Lluvia lloraba,
y las nubes, también preocupadas,
así lo hacían.
Luna y sol, dados la mano,
seguían de cerca los pasos
de Alexei y su enfermedad.
Lluvia lloraba,
y las nubes, también preocupadas,
así lo hacían.