Capítulo 17, parte 1.

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Cumpleaños.

Ya ha pasado un mes desde que sucedió el arresto de Dylan, a decir verdad he podido volver a respirar y espero que nadie indeseable se vuelva a presentar, pero tengo un presentimiento que solo subimos de nivel para ahora encontrarnos con el mismísimo diablo.

Estamos a un día de nuestro cumpleaños, Bruno prefiere no festejar nada ya que por mi descuido se enteró del envenenamiento y ahora tengo dos chicles siguiéndome.

Con molestia sigo avanzando por el parque mientras en mis manos llevo bolsas con comida, doce personas con una heladera no es lo más conveniente, aún más si ninguno quiere salir a comprar lo necesario para vivir.

Cuando voy a cruzar la calle distingo una cabellera rubia, no es Lauren, no es Brenda, no es Alaska. La miro fijamente pero sus anteojos negros no me dejan asegurarme de mi respuesta. Espero a que pasen los autos para acercarme y comprobarlo por mí misma, pero cuando cruzo ya no está.

Ignorando el reciente momento me dirijo hacia la residencia de la cual salen gritos. Al entrar logro ver a todos atacando a mi hermano.

-Claro, ensucien, luego limpio yo- digo sarcástica al ver la sala completamente desordenada.

-¡Este idiota no quiere festejar mañana!- chilla Scar golpeándolo con un almohadón.

-Ese idiota no quiere festejar porque yo se lo dije- mentí aunque yo sea el motivo no le iba a prohibir festejar su mayoría de edad.

-Y tienes razón- me apoya Chad saliendo de la cocina y ayudándome con las bolsas-, hace unos días empezaste con el nuevo medicamente y no sería conveniente mezclar alcohol con esa pastilla violeta.

-Es morada- espeto mientras él se va a dejar las bolsas a la cocina.

-Aún no nos dices porque tomas tantos medicamentes- interviene Matt.

-¿Les digo?- les pregunto a mi hermano y a Chad.

-Deberías no sería justo que se enteren como nosotros- explica Chad.

-Yo...

-¡Esta envenenada y tiene posibilidades de morir!- chilla mi hermano.

Todos intercalan sus miradas en nosotros tres.

-Sorpresa- murmura Chad haciendo manos de jazz.

-¡Podrías ser más sutil!- regaño a mi hermano.

-Está bien no me exprese bien- acepta mi hermano y se aclara la garganta-. Fue envenenada por Marizorra y tiene leves posibilidades de morir.

-¡Ese nombre lo invente yo! ¡Derechos reservados!- interviene Chad señalando a mi gemelo.

Linds se acerca corriendo a abrazarme mientras solloza.

-Soy una mala amiga, nunca note que estabas extraña que te estabas cuidando demasiado, pude haberte perdido y no me hubiera enterado.

-Tranquila, solo sufro algunos desmayos- explico abrazándola.

De a poco todos se acercan mientras dicen cuan arrepentidos están de no haber notado mi comportamiento extraño.

En cuanto todos me sueltan logro ver una cabellera rubia pasar por enfrente de la residencia.

Sospecha: El diablo es rubio y tiene que ver con Dylan.




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