#Day 11.

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Jimin Pov 

Dos cadáveres y un cuerpo inconsciente. Mi ficha policial iba a ser de los más interesante cuando nos descubrieran. ¿Ocurrirá eso algún día?

Vas  a ir a la cárcel, al igual que tu amiguito.

¡Cállate, haré hasta lo imposible para que Yoongi no acabe tras la rejas de una mugrosa celda!

-Jiminie -Me llamó dulcemente, arrodillándose delante del sofá en el que me había sentado minutos atrás- ¿Es esto mucho para ti? -Asentí sintiendo como las palabras se me quedaban atascadas en la garganta- De acuerdo...

-Vamos a matarlo ¿verdad? -Mi voz salió más débil de lo que pretendía.

-Sí -Afirmó sin vacilar, cosa que inquietó un poco. En mi cabeza siempre estaba la constante idea de que Yoongi había enloquecido, y peor era que yo estaba enamorado de un desquiciado- Creo habértelo dejado claro desde el principio pequeño -Sonrió con ternura mientras qué acariciaba mi mejilla.

Quizá no sea malo sentir amor por un loco.

-Tienes razón, lo siento -Acomodé mi cabeza en el hueco de su cuello olvidándome, por un mísero momento, que teníamos a Jihoon en la habitación contigua- Creo que deberíamos ir a echarle una mirada.

-¿Ah Jihoon?

-No, a Kyung no vaya a ser que le de por salir corriendo ... -Bromeé sin mucho éxito cayendo en la cuenta de la gravedad de la situación- Lo siento.

Cada día eres más patético.

-Esta bien, no pasa nada -Besó mi frente y se levantó de entre mis piernas para tenderme su linda mano y ayudarme a ponerme en pie. Gesto inútil, yo era capaz de levantarme por mi mismo, pero de alguna manera mis dudas desaparecían cuando hacíamos contacto.

Entré detrás de él, estaba seguro que aún no se había despertado ya que si hubiera sido así hubiese gritado tras ver el cuerpo de su "amante" inerte atado a su lado, cortesía de Yoongi.

-¿Cuánto crees que tarde en abrir los ojos? -Pregunté sentándome en una silla al lado de la televisión.

-Mmm... -Se aproximó a nuestra víctima zarandeándola violentamente- Espero que pronto- Siguió con lo que hacía un par de minutos más hasta que comenzó a dar señales de vida- Menos mal, ya pensaba que lo habías matado.

Bueno, uno más uno menos ...

No, yo no soy un asesino.

Eso díselo a Taeil y a Kyung.

-¿¡Kyung!? -el grito de Jihoon resonó por toda la habitación, indicando que estaba más que despierto- ¿E-esta muerto...? -Afirmó más que preguntando.

-Chico listo -Yoongi se sentó en el bordillo de la cama- Claro que está muerto estúpido, y si tú no hubieras entrado .. nah, también lo estarías también tarde o temprano -Estalló en carcajadas antes de levantarse hacía la mochila.

-Eres Yoongi, Min Yoongi ¿o me equivoco? -Esa pregunta llamó nuestra atención. Que se acordara de mi era lógico pero hacerlo de él era realmente raro- Y él que está sentando en la silla es Jimin, nuestro pequeño pasatiempos, que bien lo pasé destrozando tu pequeño y feo cuerpo... -No le dio tiempo a decir más ya que el puño de Min impactó reiteradas veces en su cara, desfigurándole ligeramente. Su nariz ya no parecía serlo y era incapaz de abrir uno de sus morados ojos.

-¡Cállate, no eres nadie para hablar de él! -A la velocidad de la luz, y dejándome totalmente impactado, un cuchillo atravesó  su estómago- Esto iba a ser lento y tortuoso pero has conseguido cabrearme, pedazo de mierda.

Mi estómago se revolvió y sentí grandes ganas de vomitar lo poco que había comido hoy.

-¿Crees que las torturas que sufrió Jimin todos estos años fueron solo culpa nuestra?- Continuó riéndose como un verdadero loco.

Anda mira, como ustedes dos.

Déjame en paz, desaparece de un maldita vez, nosotros no somos, ni nunca seremos como ellos.

-¿De que coño estás hablando? -Escupió Yoongi lleno de rabia.

-Mejor pregúntale a tu querida madre sobre la verdad -Miró en mi dirección, llenándome de dudas.

-¿M-mi m-madre? -Me atreví hablar por primera vez.

-Dios, que pena me das -Me contestó recibiendo otra puñala, esta vez en un lugar diferente.

-¡Yoongi! -El llamado desenterró el gran objeto de su cuerpo y me miró dubitativo- Deja que hable.

-¿Estás seguro pequeño? -Asentí- Habla maldita rata y más te vale, por tu asquerosa vida, que lo que tengas que decir nos aclare las dudas.

-No creas que tú madre es la santa que dice ser, y tampoco creas que tu adorable hermanito es cien por cien de tú sangre, aunque bueno, las aventuras que haya tenido tú madre no me incumben. Ella te odia, bueno rectifico, odia a tu padre por haberla engañado, por haberla humillado como mujer y por haber dejado a otra mujer embarazada cuando ya te habían concebido. Ni te imaginas el dinero que nos pagó por hundirte la vida, por humillarte a cada hora, a cada segundo, por hacerte pensar que no vales nada, y oye, tenía toda la razón, tu no vales una maldita mierda -Yoongi enterró el la filosa cuchilla en su hombro, arrancándole un grito desgarrador.

-Te dije que si tus argumentos no me convencían ibas a pagarlo muy caro.

-Yoongi tranquilo -Me acerqué a él y limpié un poco de sangre que le había salpicado en la mejilla- Sus asquerosas palabras no me hacen daño, ya no.

Anda, pero mira que gratificante sorpresa, ni tú propia familia te quiere, ¿puedes estar seguro que tu mejor amigo lo haga?

¡Él si lo hace! ¿¡Acaso no estas viendo todo lo que esta haciendo por mi!?

¿Estas seguro que lo hace por ti y no por que esté loco?

El no esta loco, si fuera así estaría en algún centro psiquiátrico y no aquí fuera, a mi lado.

-Dejad de intercambiar miraditas amorosas que esta estupenda historia aún no ha terminado-Continuó- Es verdad que tú madre odiaba a tu padre, pero sobre todo también te odiaba a ti.  Tú eras el mejor amigo de Yoongi, persona que deseaba ver más que muerta y al que enviaron al hospital psiquiátrico de Busan porque...-

El cuerpo de Jihoon empezó a convulsionarse debido a otra cuchillada de Yoongi, su cuerpo cayera inerte en el colchón.

-¡¿Que haces?! ¡Estaba a punto de decir algo más! -Grité levantándome de la silla.

-Estaba diciendo tonterías -Su fría mirada envío miles de escalofríos a mi cuerpo- No decía nada coherente.

-Yoongi, ¿a que se refiere con lo último que dijo? -Miles de preguntas sin respuesta asaltaron mi mente.

-¡Nada, está mintiendo! Olvídate de lo que dijo.

Soltó el cuchillo con rabia encima del cuerpo y salió de la habitación, dándome claras señales de que no quería ser seguido.

¿Realmente puedes confiar en él?

¡Por supuesto que puedo, el nunca me escondería nada! Me quiere.

¿Estas seguro?

PSYCHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora