Capítulo #2

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No le he podido contestar sobre lo que me acaba de decir. Me quedare sola, él es mi único amigo con el cual me paso y si él se va me quedaré más sola que un cactus en el desierto.

―Galiana―me llama, pero no respondo.

《―Me iré al acabarse este año escolar, no sé cuándo te volveré a ver luego de que me valla―me quedo igual de callada, no sé qué decir, ni mucho menos cómo reaccionar en estos momentos, estoy a punto de un ataque cardiaco―. Sé que no es fácil, para mí tampoco lo es. Eso no es algo que yo decido, yo no me quiero ir―dice cabizbajo.

―No lo puedo creer. ¿No serán una de tus bromas? Sí, es lo más seguro, vienes a mi casa para decirme malas noticias cuando son lo contrario. Ya dime, escúpelo―lo más seguro es una de sus bromas, no se la voy a creer siempre me ha cogido, pero esta vez no, ya no le creo.

―No Galiana, no es una broma. Estoy hablando enserio, no jugaría con esto.

―Daniel, dime la verdad, no seas imbécil.

―Lo dudaste, pero no, no es una broma.

―Me quedaré sola, no tengo a más nadie excepto tú. Si te vas no tendré a nadie, no haremos nuestras travesuras, los fines de semana cuando mamá me deja sola en casa ya no estarás tú. Estaré completamente sola―dije y mis ojos se cristalizaron al decir esas palabras.

―No lo estarás, siempre estaré en comunicación contigo―dijo acariciando mi mejilla mojada.

―Si lo estaré Daniel, no es lo mismo tenerte físicamente que hablar por una aparato inalámbrico. Ya no será lo mismo. Cuando tengas a alguien importante te olvidaras de mí y...―no pude continuar por un nudo en mi garganta que quiere salir.

Daniel se acerca a mí para abrazarme y yo poder recostar mi cabeza en su hombro mientras mis lágrimas no paran de salir de mis ojos. Es algo muy fuerte para mí, ya mañana comienzan las clases y el año no será igual al saber que luego que se acabe las clases él se marchará lejos de mí y no poder tenerlo cerca para reír, llorar y enojarme con él será muy difícil, pero será más difícil el día de la despedida. Saber que se marchará y que no volverá, me pone mal.

Ya mis lágrimas han parado de salir y me encuentro sentada en mi cama con Daniel a mi lado jugando con mi pelo. Estoy sin poder creer la noticia que me acaba de dar, desde que me lo dijo no he dicho nada ni él tampoco. Mi mamá aun no lo sabe y sé que cuando se entere se pondrá peor que yo al igual que mis hermanos. Daniel, es como parte de mi familia y saber que él se irá todo volverá hacer como antes. Volveré a hacer la chica seca, antisocial y hostil de siempre, obviamente que cuando llego Daniel me cambio por completo.

―Galiana, ya me tengo que ir. No he preparado las cosas para mañana y ya es muy tarde. Mañana te recogeré temprano para ir juntos como siempre a la escuela. Espero que estés bien y no hagas algo estúpido―dice algo preocupado.

―Estaré bien, no te preocupes. Te acompaño a la puerta.

Salimos de mi habitación y bajamos las escaleras para que Daniel se despida de mamá para luego irse a hacer sus cosas. Entramos a la cocina donde estaba mamá.

― ¿Ya te vas Daniel? Es temprano todavía―me ve y sé que noto que algo no andaba bien―, Pero está bien, tú tienes tus razones. Te quiero mucho y cuidado por ahí.

―Yo mucho más. Bendición―dice Daniel, para despedirse le da un beso en la mejilla a mamá.

―Dios te bendiga hijo―le dice mamá.

―Adiós Galiana. Te veo mañana―dice despidiéndose de mí con un beso en la frente.

Cuando Daniel se va decido subir a mi habitación, para darme una ducha rápida y ponerme mi pijama ya que ya es tarde y tengo que arreglar las cosas de mañana para no llegar tarde, pero mi madre me grita desde la sala.

Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora