Capítulo #4

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La semana pasó tranquila y sin problemas, al contrario, fue una de las mejores semanas, no nos dieron mucha tarea en la escuela y no hubieron conflicto entre ninguno de nuestros amigos. Sí, porque ellos de tan solo mirarse ya se quieren matar. Llego el fin de semana a lo que mi mamá se tuvo que ir a trabajar y yo esperar a lo que Daniel, el ovni, llega a mi casa ya que mis hermanos no están y estoy sola y aburrida. Subo a mi habitación cojo un libro y me siento en la cama a leer. Cuando en esos mismos momentos tocan mi puerta, sé que es Daniel porque él tiene llave para poder entrar ya que él es parte de la familia y le tenemos mucha confianza.

―Entra, mono―dije. El abre la puerta y lo recibo con un abrazo.

―¿Cómo estas, enana?―pregunta y se sienta en mi cama.

―Bien por que llegaste, me estaba muriendo del aburrimiento. Bueno, no tanto porque recientemente cogí este libro para leer a mi novio―dije sentándome al lado del y recostándome en su hombro―. Te extrañe mucho en estas pocas horas que estuvimos separados.

―No digas esas cosas que me pones rojo―dice a lo que yo me volteo, lo miro y si, si estaba sonrojado. Se ve tan tierno, me encanta como es. Ósea, es mi mejor amigo, me cae súper bien.

―Es que no es nada malo, te digo la verdad. Te extrañe mucho.

―Ya cállate. ¿Cocinamos?―propuso.

―Sí, vamos.

Bajamos a la primera planta y vamos para la cocina. Daniel, quería hacer pasta, sacamos los ingredientes que necesitábamos y preparaba la comida a lo que yo hacía un mini-pastel de limón para los dos. Enciendo la música para no tener un ambiente monótono y con el ritmo de la música yo me puse a bailar como loca y Daniel me observaba y se reía por lo mona que llegaba a ser. Así pasamos toda la tarde a lo que terminamos de hacer la comida. Al pastel le tenía que decorar lo que le puse crema de decorar y como Daniel estaba tan concentrado, me dio con ponerle la crema en su mejilla, el voltea y me ve con una cara de 《Te mataré》a lo que coge crema y me la pone en la punta de la nariz y así comenzamos una guerra de crema de decorar.

―No Daniel, para. Ya es suficiente. Yo no te eche mucho―dije riendo.

―Pero empezaste tú ensuciándome a mí. Así que tienes que aguantar a que yo te ensucie ahora―dijo burlándose.

― ¡Ay dio!

Seguimos en la guerra por un largo rato hasta que decidimos que era suficiente y era hora de comer. Preparamos la mesa y servimos la comida.

―Mmm...Te quedo deliciosa la pasta. Espero que no me muera―dije comiendo mi primer bocado.

―A ti también te quedo bueno el pastel―dijo llevándose otra cucharada de pastel a su boca. Pasando sus labios carnosos y rojizos por la cuchara para no dejar nada en ella.

"Galiana, reacciona y céntrate en tu pedazo de pastel. No lo mires así, que pensará."

"Cállate conciencia de porquería. Yo miro lo que yo quiera, pero es verdad, a él no."

Me centré en mi pastel y comencé comer de él. Terminamos de comer y lavamos los platos y subimos a mí habitación.

―Galiana ¿qué tal una tarde de películas con palomitas?―dijo sacando películas de su mochila, al parecer las compró antes de venir a mi casa.

―Sí, perfecto.

Puso una película, por cierto es un drama, se llama P.S. I love you. Bajo a la cocina para hacer las palomitas y traerlas a mí cuarto para ver la película.

Y varios segundos, minutos y horas después yo estaba aquí llorando y peleando.

― ¿Por qué hizo eso? Yo rompería todas las cartas y las quemaría. No soportaría estar en los lugares que me recuerden a él, aun sabiendo que está muerto y que no estará conmigo. Es un maldito por hacer eso de regalo de cumpleaños. Mis sentimientos, idiota―dije llorando luego de que se acabó la película. Aunque la verdad lloré desde que empezó la película. Daniel solo me miraba y pasaba su mano por mi pelo para que me calmara.

―Galiana tranquila, es una película, no es para tanto.

― Tus sentimientos, ¿dónde están? Me dan ganas de meterte un bofetón. Pareces un viejo amargado, no tienes sentimientos. Esa película da con llorar, de deshidratarte por las lágrimas que derramaste y tu ahí tranquilo, eso es para estar igual o peor que yo.

―Changa del diablo.

―Cállate, idiota. No me faltes el respeto de esa manera―dije con una mano en el pecho y seguí llorando. Esa película había llegado hasta el fondo de mi corazón. Me dirán dramática lo sé, pero ¿sabes qué? No me importa. Estuve por un buen rato así hasta que me quede dormida encima del pecho de Daniel quién me tocaba el pelo.

(...)

Me desperté y Daniel no estaba en la cama conmigo. Comienzo a buscar el celular con las manos por toda la cama y no lo encuentro. Me desespero. Me paro y comienzo a revolcar toda la cama buscando el querido celular, pero no lo encuentro ya parezco un gato jugando con una bolita de lana. Levanto la frisa y algo se cae al piso para los pies de la cama.

― ¡Aleluya!― agarro el celular del piso.

― ¡Café puya!―grito Daniel desde el baño.

― ¡Sin azúcar!―grité.

― ¡Cállate!

Cojo mi móvil y verifico la hora, eran las ocho de la noche. Voy al baño de mi cuarto abro la puerta y veo a un Daniel con la toalla en la cintura, me friso y lo que hago es cerrar la puerta de cantazo y salgo de mi cuarto y entro al de mamá para poder usar el baño. Al salir de la ducha me seco y me envuelvo en la toalla, voy para mi cuarto para buscar mi ropa, no veo a Daniel por lo que debe de estar aún en el baño. Busco mi ropa, suelto la toalla de mi cuerpo y me coloco la ropa limpia. Me volteo para ir a acostarme en la cama, cuando veo a un Daniel en bobilandia observando mi cuerpo completo.. Me sonrojo al pensar que lo más seguro me haya visto en ropa interior.

― ¿Desde cuando estás en mi cama?

―Lo suficiente para decir que linda ropa interior. De monitos ¿eh?―dijo con tono burlón. Me sonrojo porque me llego a ver en ropa interior, pero a la vez me enojo porque se está burlando de ella. Me volteo y me tapo la cara.

― ¿Porque te tapas?

―Veo un coreano, un chino y un japonés. Ya lo sé distinguir. Ay, me está hablando. Chi, chodo chien. Chy chu? Che chueno. chay ―Daniel suelta una carcajada por lo que yo me volteo y lo fulmino con la mirada. Camino y me siento en la cama y le doy un puño en el hombro, sé que no le duele ya que no soy Hulk y no tengo súper fuerza.

Me acuesto y el también, no es la primera vez que lo hacemos, pero de que me haya visto así en ropa interior, sí.

¡Oh Dios, no lo voy a superar nunca!

Cierro los ojos y me caí en los brazos de Daniel, digo de Morfeo cara de viejo.

(...)

Otroo!

Espero les guste.

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(...)

Otroo!
Espero les guste.
Vota y comenta. 💚

Estoy pensando hacer un maraton de 3 partes. Comenten y me dejan saber si es bueno hacerlo o no. Tambien pensaba hacer un capitulo en el punto de vista de Daniel. Solo comenten y me dicen que seria mejor.

Los amo. 💜

-jocygali

Mi Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora