No corregí errores ortográficos.- Charlie, Charlie - Grito Dawson, no se podía mover a penas y podía parpadear - Charlie corre - La apuro.
- ¿Que sucede? - Llegó agitada, se quedó en shock cuando lo vio de pie - Dios - Susurro.
- No, no se como demonios lo hice pero... - Los ojos se le llenaron de lágrimas - Siento mis piernas Charlie.
Ella se movió hasta llegar a su lado y lo abrazo.
Llamaron al doctor después de un rato pero su asistente le dijo que ella le pasaría el recado, el medio llegó media hora después pues apenas había salido de una cirugía.
- Esto es magnífico. Señor Cole, haremos unos chequeos y después necesitará terapia para que sus músculos de empiecen a desarrollar nuevamente - Le dio una palmadita en el hombro.
Para la noche Charlotte ya había preparado pasta Alfredo y una carne al horno que tanto le gustaba a Dawson. El pequeño Masson estaba muy inquieto gracias a los caramelos que su tía Fer le había dado a escondidas de su madre.
- Ten cariño - Puso un plato con la pasta delante del niño.
Dawson cortaba la carne y se metía un torso en la boca. Aún usaba la silla de ruedas pero sus piernas ya estaban funcionando de apoco, intentó caminar pero parecía que ellas no recordaban como hacerlo haci que callo al suelo, sólo podía mantenerse en pie.
Cenaron en paz, con un que otro berrinche de Masson por no querer comer como se debía.
- Mamá, mamá - Masson estiraba los brazos para que lo cargará.
- ¿Quieres darte un baño? - Dijo cuando lo tomo en los brazos y lo llevaba al cuarto de baño.
Jugó con el mientras lo baño y después lo recosto en la cama de ella y Dawson, sabía que el niño aún no se dormiria por tanta azúcar que había comido.
- ¿Puedes quedarte con Masson mientras termino de limpiar aquí? - Dawson miraba un partido en el televisor de la sala.
- Ahora voy - Apago el televisor y deslizó la silla hasta la habitación, el pequeño miraba una serie infantil en la enorme pantalla que tenían en la habitación.
Con mucho esfuerzo de levantó de la silla y dio un paso a la cama y se acostó junto a su hijo. Masson tomaba un biberón con leche tibia. Desvío la mirada del televisor a él Y sintió un escalofrío recorriendole el cuerpo. Parecía que su hijo le quería decir algo con aquella mirada, sacó el biberón de sus labios y le sonrió.
- Papá - Con uno de sus deditos le tocó la mejilla y Dawson Cerro los ojos ante el tacto de su hijo y dejo salir un suspiro. Era el más grande amor que había procreado con su amada Charlotte.
- Te amo - Dijo con la voz entre cortada, la culpa por haberlo tratado mal antes lo estaba destrozando.
Ese pequeño no se merecía ver tenido un padre como él. Masson se puso de pie y se acomodó en su pecho dándole un abrazo, su padre no dudo en responderle de inmediato.
Cuando Charlie entro en la habitación se sorprendió de verlos dormidos juntos, sonrio y se acercó con cuidado a ellos, le acomodo un cabello a Masson que estaba en su frente y otro a Dawson que caía hasta su párpado cerrado, eran tan iguales, suspiro, era una imagen tan linda que quisiera que se guadara en su mente para toda la vida así, tan llena de paz.
- ¿Que hora es? - Susurro Dawson con voz ronca y pesada.
- Pasa de las once - Él miro hacía el pequeño que dormía en su regazo.
- Ven - Golpeó el otro lado de la cama vacío.
Se acomodó a su lado.
Un mes y medio después Dawson ya caminaba mejor y sin la ayuda de unas muletas temporales mientras sus piernas tomaban la fuerzas necesarias.
- Me han mandado llamar... - Charlie levantó la vista del emparedado que le preparaba a Masson.
- Por favor, dime que no iras.
- Yo... - Soltó un suspiro - Sólo iré a ver que es lo que quieren...
- Acabas de recuperarte Dawson por favor... - Lo miró con ojos suplicantes.
- Acompañame - Dijo no muy convencido de su propuesta.
Hubo un pequeño debate de miradas pero termino sediendo.
- ¿Mudarnos a Inglaterra? - Estaba que no se lo creía.
A Dawson le habían propuesto un nuevo trabajo en Inglaterra, en una oficina militar y buen sueldo, sin riesgo alguno.
- Cambiariamos de aires, de rutina, de todo, Dawson, sería genial.
- Estar encerrado en una oficina 8 horas al día, Charlie no es lo mío, me volveré loco.
- Loco ya estas - Le dio un corto beso en los labios - Hay que intentarlo - La sonrisa de sus labios era radiante la idea le había encantado desde que la escucho de su boca.
- Charlie - Dijo y torció la boca - Todo por tu felicidad - La beso con intensidad ahí afuera de ese edificio de ladrillo rojo.
Un capítulo corto lo se.
Y otra noticia más.
Queda uno o dos capítulos más y después vendrá el epílogo.
PREGUNTAS.
¿Cuando entran a la escuela?
¿Dulce o postre preferido?
¿Comida preferida?
¿Lugar que les gustaría conocer?