III

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- Puedes retractarte ahora mismo - Charlie aun no aceptaba que se fuera, se encontraban en el estacionamiento de donde Dawson partiría.

- Volveré, ¿Si? - Beso la punta de su nariz.

- Prometelo - Resivio un guiño en respuesta.

- No te podría dejar sola nunca - Murmuró serca de sus labios, ella no lo pudo evitar y unió sus labios con los de él - No sabes cuanto te amo y te deseo en este momento - Intensificó más el beso y la pego aun auto cercano.

Habían entrado ya en el edificio, él la tomaba de la mano, había más hombres ahí dentro.

- Te hablaré cada vez que pueda, por favor cuidate, Charlie, en serio - La tomó por el rostro y la miró directo a sus ojos aguosos - Eres mi vida, cuidate, volveré... volveré para ver esa hermosa sonrisa que tienes, para hacerte enojar y reconciliarnos con sexo - Quiso reír cuando vio sus mejillas rojas - Para ver películas juntos, que duermas encima de mi, para que hagas lo que quieras conmigo, para eso volveré. Te amo, cariño.

- Te esperaré, no me importa lo que tardes en llegar.

- Escuadrón de nuevo ingreso, son solicitados al área de vuelo - Dijeron por un altavoz.

- Te veo pronto - Se besaron rápidamente para después verlo desaparecer por unas enormes puertas.

El dolor en el pecho aumento, Dios, ya no podía aguantar las ganas de llorar. En el auto se desahogo, condujo hasta el campus pasaría por Nat, sólo dormiria ese día con ella.

En las dos ultimas semanas fue mas amor que nada, discutieron dos o tres veces pero en segundos se reconciliaban, era demás el amor que Dawson le tenía a Charlie.

- Estará bien - Nat trataba de consolarla, ¿como lo sabían?, a ella nadie le habia firmado un papel afirmandole que el regresaría sano y salvo, sin ningún rasguño.

- Eso espero, no... no quiero ser pesimista pero he visto tanto de esto que me volveré loca - Paso su mano por décima vez por el mismo lugar.

- Sabes que Dawson es fuerte, ya verás que en unos meses lo tendremos aquí.
Paso casi toda la noche despierta, pensando en sí él estaba bien, o en donde estaría, etcétera. La cabeza le empezó a doler al punto de querer estallarele en mil pedazos, tenía que dejar de pensar en eso, él le habia prometido que volvería así que lo haría.

Las horas, minutos y segundos, se gundos se hacian eternos, tres semanas, tres malditas semanas y ni una notica de él, Dios, la habitación la asfixiaba, la oscuridad poco a poco se la tragaba viva, la cama era inmensa, y cada día dormía cuatro horas, eran demasiadas, la universidad, los trabajos y la espera la estaban volvido loca, parecía un robot programado, dormirse a las tres de la madrugada y despertar a las siete para a las ocho estar en su primera hora, salir a las dos y hacer los deberes y trabajos, y seguir esperando, comia poco. Emparedado de maní y zumo de cualquier sabor.

Miro la hora en el reloj, ya hina para la una con treinta cuando su móvil sonó.

- Diga - Respondió, la voz se le escuchaba cansada.

- Amor - El corazón casi se le sale por el pecho, las lágrimas no tardaron en aparecer.

- ¿Daw-Dawson? - Quizo confirmar para que su mente no le estuviera haciendo una broma cruel.

- Te he despertado, lo siento, cariño, pero hasta hoy me he podido comunicar, he intentado desde que llegué aquí pero la señal no es la mejor.

- Si, si, no te preocupes, estaba despierta aun - Estaba segura que en cualquier momento su cara se partiría en dos por la enorme sonrisa que tenia.

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