No corregí errores ortográficos.
La vio dormir placenteramente a su lado, quería quedarse ahí, pero no quería cerrar los ojos, la cubrió con una sábana y se puso el boxer, abrió la puerta con cuidado y se sento en él sofá.
Miró el reloj, las dos de la madrugada, se puso de pie y dio un par de vueltas por la sala, fue a la cocina y tomó un vaso con agua, después prendió el televisor y dejó los comerciales típicos de media noche que servían para casi todas las cosas, tonterías, la gente no encontraba que mierda inventar para hacer dinero.
- Dawson, no podemos hacer esto - Dijo uno de los soldados que se habia convertido en su amigo.
- Crees que no lo se, esto es una mierda, pero son órdenes, toma todo el equipo médico que puedas y los demás todas las municiones.
Todos acotaron sus órdenes, faltando cinco minutos subieron a los autos y condujeron por el espeso desierto.
- ¿Dónde esta la maldita base? - Preguntó irritado
- Se supone que a quinientos metros, sólo sigueme - Indicó el camino con la mano.
Llegaron al lugar que le indicaron, eso era miserable mierda, solo había pedazos de escombros, casas casi cayéndose, estaba a dos kilómetros de distancia de aquel pueblo, todos en cuanto pusieron un pie en aquellas tierras se pusieron armar el campamento, levantaron las maderas, las rocas, pusieron una base digna e improvisada.
- Mañana comenzaremos las rondas, Freddy, Paúl, Tommy y yo iremos por la mañana hasta el a noche ser, por las noches todos estaremos en la base, quiero que el resto haga un recorrido a las afueras por las mañanas, quiero que todos conozcamos estas tierras como nuestra palma de la mano. No por nada se llama infierno - Lo último lo dijo más serio, esas eran tierras muy peligrosas.
Todas las mañanas desde las cuatro su equipo se alistaba y emprendida viaje, la gente que veían les parecía normal, lo raro es que todos caminaran con la cabeza gacha, nadie hablaba entre sí, se podía oler el miedo en las personas. Para ser el peor pueblo de la región hasta ese momento era tranquilo.
- Es un maldito hijo de puta, tres muertos, tres inocentes muertos han aparecido mutilados de todos los dedos y sin ojos, juro por lo que más quiero que acabaré con él - Hablo Dawson rojo de la irá e impotencia que sentía. Habían encontrado los tres cuerpos en diferentes días, parecía que ese malnacido los dejaba desangrarse, un hombre mayor de algunos setenta, una mujer no muy grande tal vez unos cuarenta y un jovencito que no pasaba los veinte, todos en la misma parte y con el mismo mensaje.
Con el tiempo sabrá el mundo quien es su verdadero Dios. Alaba a tu creador o conocerás la furia de mi bendita sangre regada con la tuya.
Inconscientemente Dawson se levantó del sofá y comenzó a arrojar todo lo que sus manos tomaban, tenía los ojos abiertos pero estaban perdidos. Si lo hubieran dejado lo habría matado con sus propias manos. Charlie en la habitación se despertó asustada con aquellos ruidos, se asomó a la puerta y lo miró destruyendo todo lo que estaba en la sala, miro con caminaba hacía el televisor y lo arrojaba con una furia contra el piso.
- Dawson - Lo llamó desde la puerta, tenía mucho miedo, no sabía que lo había puesto así, él se giró, la sangre se le congeló, tenía los ojos bañados en sangre, sus pupilas azules eran negras, quiso huir de esa mirada asesina que tenía pero se aferró a la pared que tenía tras de ella, él camino con paso lento pero peligroso - ¿Estas... Estas bien? - Se atrevió a preguntar aun después del miedo que sentía, la sala estaba media iluminada por la poca luz que entraba por la ventana y la lámpara que apenas y si iluminaba en el piso.
Cuando llegó hasta ella la acorralo poniendo sus dos manos a cada lado de ella, la respiración se le fue, tuvo un miedo que no lo pudo ocultar, pero tomó valor y elevó una de sus delgadas manos y la posó sobre su mejilla, la acarició con lentitud, los ojos se le pusieron llorosos, ¿qué le habían hecho?, paso saliva tragando el nudo amargo que se habia formado en su garganta.
- Dawson... vuelve a mi, por favor... - Pronunció casi sollozando, bajo la mirada cuando no pudo contener más las lágrimas, él tomó la mano que reposaba en su mejilla y cerró los ojos con su cálido contacto.
Levantó su barbilla y con sus labios acarició los de ella, ambos cerraron los ojos al sentir lo cálido de aquel inocente beso que transmitía calma.
Él no sabía que le habia pasado, no supo por que hizo todo aquel desastre.
- Dawson tienes que decirme que te sucede, cada vez que regresas estas peor - Él negó.
- Sólo te diré que estuve en el puto infierno - Se alejó de ella entrando a la habitación y buscando un pantalón.
- Necesitas desahogarte, no puedes vivir así - Dijo Charlie entrando tras él.
- No, tu no podrías vivir si yo te contará todo... - Dijo en un susurro más para él mismo que para ella.
- Sólo quiero que estés bien, que seas él de antes... - Se abrazó a ella misma.
- Estoy bien - Se acercó a ella y la tomó por la barbilla para que lo mirase - Te amo, jamas, jamas te lo premeto que te hare daño, no tienes por que preocuparte, ¿si? - Asintió, él nunca se atrevería a lastimarla - Vamos a la cama - La tumbó sobre él.
No se dormiria, el sueño no lo venceria, él era más fuerte. Se quedaron hablando de cualquier cosa hasta las cinco de la mañana, ambos se quedaron dormidos, era de día, podía dormir aun que sea un poco.
Capítulo corto lo sé.
Espero y que le haya gustado.
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