VI

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No corregí errores ortográficos.



Era jueves por la noche, no podía dormir, la ansiedad por verlo la estaba aniquilando, lo unico que quería era ya tenerlo y que nunca más la volviera a dejar sola. Se puso de pie y fue al baño, se lavo la cara y se observó por unos minutos, tenía la piel pálida, los ojos marrones un poco más oscurecidos, los labios secos y partidos, las pecas no eran tan visibles de lejos pero de serca se podían notar, el cabello lo había cortado un poco más arriba de los hombros, quería que él notará un cambio. ¿Le gustaría?, solo esperaba a que si. Fue al armario y busco que ponerse, al menos si no podía dormir haría algo de provecho. Saco todo lo que tenía, después de una larga hora entre un debate mental sobre jean o vestido, optó por el vestido, era bonito, color verde obscuro, no era pegado al cuerpo, era holgado con manga tres cuartos y forma rectangular en el cuello.

Se quedo dormida pasando la media noche, habia soñado tanto con ese día que parecía un sueño nuevamente. Despertó sobresaltada a las siete con treinta, el comunicado decía que a las nueve darían la bienvenida y contarían el himno. No comió, se dio una ducha, se puso el vestido con unas sandalias con pedrería negras, ondulo su cabello un poco y se maquillo algo natural. Subió al coche a las ocho con cuarenta, demonios, se le había hecho tarde poniéndose bonita para él.

El lugar estaba con más o menos unas cincuenta personas. Madres con sus hijos esperando a sus esposos, padres esperando a sus hijos y algún que otra chica como ella esperando a sus novios.

El presentador hablo por el micrófono.

- Por favor, pongámonos de pie para recibir la bandera - Todos en silencio hicieron caso, en cuanto entró la bandera detrás venía el escuadrón donde en su campo de visión apareció Dawson, sintió que las rodillas le temblaron, no podía creer que lo estaba viendo por primera vez en casi un año, quiso correr y arrojarse a sus brazos. Sus miradas coincidieron y la piel se le erizo, parecía que sus ojos hablaban queriendole decir cuanto la había extrañado, tuvieron que armarse de valor para no salir huyendo del lugar y abrazarse por días.

Después de un largo discurso en agradecimiento dejaron irse.

- Hola - Al fin estaban frente a frente. Las palabras no le salían Charlie.

- Estas aquí - Pudo decir al fin. Él sonrió, la tomó por la nuca y la beso como si en ese lugar no hubiera nadie más, no fue un beso cálido, si no uno apasionado y feroz.

- Te dije que volvería - Ella aun tenía los ojos cerrados.

- Vamos a casa - Abrió los ojos y lo miró asentir, beso su frente antes de separarse por unos instantes para recoger su equipaje.

En el auto le abrió la puerta con caballerosidad, condujo en silencio, la miraba de vez en vez.

- Se ve perfecto - Paso sus dedos por el cabello corto. Ya se encontraban en la privacidad de su apartamento.

- Creí... que no te gustaría - Dijo con sinceridad.

- Todo en ti me encanta - Él había cambiado no mucho era solo físicamente, sus brazos estaban más marcados, sus facciones más masculinas, ya no parecía un chico de veintiuno, si no de más edad.

- ¿Quieres comer algo? - Se sentía nerviosa, hacia casi un año que vivía sola y ahora tenerlo la hacia sentir extraña. Negó.

- Iré a poner esto en la habitación - Beso su frente. Se dejo caer en el sofá, después de unos segundos él se sentó junto a ella.

Parecía que no había palabras, él la tomó por la barbilla y la comenzó a besar, la saborio, tal como la recordaba, paso una mano por su cintura y la sentó a orcajadas sobre él, deslizó sus grandes manos por su cintura hasta llegar a su trasero y lo apretó logrando que con eso ella gimiera en su boca, siguió su recorrido hasta llegar al extremo de su vestido y se lo sacó, la observó por unos instantes, ese conjunto de ropa interior negra con encaje lo prendió aun más como si fuera una mecha de explosivos a punto de estallar. Él se quitó el saco militar, le sacó las bragas, ella le desabrocho el pantalón, él con un simple movimiento se sacó su miembro sin necesidad de quitarse el boxer y la penetró, gimieron por el encuentro, ella echó su cabeza hacia atrás y Dawson aprovechó para besar el cuello hasta llegar a sus senos, con su boca torturó sus pezones, después volvió a subir a sus labios y la volvió a devorar, cada embestida era más fuerte y salvaje, ella gritó su nombre al llegar al orgasmo y reposo su frente en el pecho de él, solo su respiración se escuchaba.

Charlotte abrió los ojos y se encontró en el brazo donde Dawson había recibido una bala, se incorporó y con ambas manos y los ojos bien abiertos reviso la herida ya cicatrisada.

- No fue nada grave - Ella lo miro.

- Fuiste herido y dices que no fue nada grave - Se cruzó de brazos, aun estaba desnuda sobre él.

- Ni siquiera dolió - Ella rodó los ojos.

- Dawson... - La silencio con el dedo índice.

- Estoy aquí y en una pieza, es lo que importa - Le dio un corto beso.

- No supe de ti en mucho tiempo - Dijo casi en un susurro, bajo la cabeza para ocultar un par de lágrimas.

- Fueron unos meses difíciles, lo intente un par de veces pero no pude.

- También te mande cartas, me sentía desesperada por no saber de ti - Él levantó su mentón y beso sus ojos lagrimientos.

- No llores, estoy aquí, estoy aquí - Le hablaba con ternura como si fuera una niña pequeña, la acurruco en su pecho y la escucho sollozar por largos minutos, lloraba de felicidad por tenerlo de vuelta.

Cuando sintió que respiraba acompasamente, la recosto en la cama y la tapó con la sábanas, se recosto aun lado de ella y la observó tal vez por una o dos horas. Su piel pálida con aquellas hermosas pecas que adornaban su cara y que él adoraba estaban un poco menos visible, sus ojos tenían unas leves ojeras, su nariz respingada, sus perfectos labios estaban ligeramente abiertos, su cabello desordenado estaba regado en la almohada. Bajo a su cuerpo, estaba as delgada de lo normal, la clavícula se le resaltaba asombrosamente, le dio un beso, después bajo hasta el medio de sus senos y volvió a besar, se deslizó por todo el vientre y se detuvo en el ombligo. Charlie soltó un ligero gemido que lo hizo detenerse y sonreír, seguía dormida.

Se acomodó y la puso sobre su pecho, no tardó mucho para que él también se quedará dormido, hacia tanto no dormía así, con aquella tranquilidad y silencio.




¿Que piensan sobre el reencuentro?

No comentaron pero quiero saber ¿que opinan de lo que paso con Marcus y Natalia?

Comenten por faaaaaaa.

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