XV

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No corregí errores ortográficos.







Dos semanas habían pasado desde ese día, sólo faltaba una para que él partiera de nuevo aquel infierno.

Él no había cambiado mucho después de expresar un poco todo aquello que vivía, sólo que ahora la pesadillas eran casi escasas y no despertaba con aquella violencia de siempre, sólo se sentaba en la cama o la abrazaba con más fuerza.

Los días los pasaban en casa, sólo ellos dos, sus tardes eran de películas, salidas al mercado, noches de pasión, todo lo que hacían era desenfrenado.

Dios, era la mujer de su vida, de sus sueños, la anhelaba todo el dia todos los días. Para ella las horas en la universidad eran eternas, de vez en cuando faltaba, ya iba retrasada en dos materias que le costarían las vacaciones del verano, pero no era por malas calificaciones si no porque muchas veces esas dos materias eran las primeras del día y ella no llegaba a tiempo.

- ¿Entonces partiras mañana por la madrugada? - Preguntó Charlie sobre él en el sofá, Dawson asintió con pocas ganas. Acercó sus labios al cuellos de ella y le dio un leve rose.

- Aun hay tiempo para hacer muchas cosas - Lamio y mordisqueo el lóbulo de su oreja, la piel se le erizo. Se movió provocativa sobre él y gimio cuando sintió aquel enorme paquete de bajo.

- Podemos empezar en este momento - Lo beso desesperada, lo necesitaba como una adicta a la heroína, no sabía como iba a sobrevivir sin él.

Dawson había dicho que sólo lo habían pedido por seis meses, esperaba que eso fuera cierto.

Ya eran casi las doce de la madrugada y ambos morían de hambre.

- ¿Tocino y huevo? - Dijo Dawson divertido, a esas horas a Charlie se le había ocurrido preparar eso.

- Y un poco de tostadas francesas - Puso todo sobre la cama y se sentó junto a él.

- ¿Ya te he dicho que eres el amor de mi vida? - Preguntó con la boca llena Dawson.

- Pues - Se encogió de hombros - Si - Se metió tostada y tocino en la boca, nunca había tenido tanta hambre pero durar sin comer nueve horas y todavía hacer el amor con el hombre de a lado habían logrado que comiera como hace mucho tiempo no lo hacía - ¿Si volverás, cierto? - Cada vez que lo pensaba se le formaba un nudo en la garganta.

- Claro que lo haré, Charlie no volvamos al tema de hace una semana - Siguió comiendo tratando de evitar esa mirada de tristeza odiaba verla vulnerable y llorosa.

- Te amor, Dawson - Susurro con la cabeza pegada en su hombro. Él dejó lo que tenía en sus manos y la abrazo.
- Y yo a ti, Charlotte - Beso su frente apretandola con fuerza pegada en su pecho.

Dejaron la poca comida en la mesa y se prepararon para dormir, élla colocó sobre su pecho, a los minutos los dos estaban perdidos cada uno en sus sueños.

Despertó de golpe, corrió al baño casi tropezando, vomito como si fuera bomba de agua a presión.

- ¿Charlie estas bien? - Dijo Dawson acercándose a ella, eran las tres con veinte de la madrugada.

- Creo que voy a morir, la cabeza me da vueltas y las náuseas no se van - Bajo la tapadera del baño y después a la palanca.

- Era muy tarde cuando cenamos - Le tendió una toalla cuando se la no la boca y se humedecio el cuello y la cara.

- Lo se, creo que no lo volveré hacer nunca más - La sostuvo y la llevo de nuevo a la cama.

- Estas un poco tibia, traeré el termómetro.

Después de unos minutos el termómetro marcaba treinta y ocho, tenía un poco de fiebre.

- Te pondré trapos húmedos, tienes que comprar medicina para estas ocasiones - La reprendió. Ella asintió sin muchas ganas, se sentía realmente mal.

La temperatura bajo dos horas después.

- Charlie no puedo dejarte así - Ya era hora de alistarse é irse.

- Estaré bien, ya me siento mejor - Le dedico una sonrisa que no lo convenció del todo.

- Llamaré a Nat, no me iré hasta que este alguien contigo.

- Tranquilo - Le acarició el rostro, tenía los ojos adormilada aun, se veía hermosa con sus mejillas aun rosadas.
- No me perdonaría si algo te pasara - Susurro serca de sus labios.

- Sólo es un mareo y vómito - Terminó la distancia para besar sus labios.

Una hora despues Natalia ya estaba tocando la puerta.

- Cuidala bien - La amenazó con la mirada, cuando se lo proponía era realmente intimidante, pensó Nat.

- Lo haré mejor que tu - Dawson rasgo los ojos por las palabras que la rubia había dicho.

- No lo creo - Gruño, ella casi se partió de la risa, hacerlo enojar era muy fácil - Por favor, responde cada vez que te llame, si no me preocupare muchísimo - Miro a su novia desde arriba, ella estaba recostada, minutos atras habia tratado de levantarse pero se mareo y casi cae al piso, lo bueno que él estaba a un par de pasos para sostenerla.

- Estaré bien, cariño - Nat salió del cuarto para darles privacidad.

- Te marcare todos los días y espero que entre la maldita señal - Beso sus labios desesperado, le dolía dejarla de esa manera.

- Esperaré por esas llamadas - Él beso su frente con tanto cariño, sentía una incomodidad en el pecho. Le dio un último beso que la dejó helada, expresó tanto con tan sólo ese beso que fue mejor que si hubiera dicho mil palabras. Se puso de pie y se despidió con una última mirada, ella no pudo evitar soltar un para de lágrimas.

Antes de irse le dio unas cuántas indicaciones a Natalia y esta no hacia más que rodar los ojos, ella sabía como cuidar de una persona.

Ninguna de las dos fue a la Universidad, a Charlie no se le iban los mareos y Natalia por advertencias de Dawson no la dejó sola.

- ¿Estas segura? - Nat pregunto arriba del auto, eran casi la siete de la tarde y Charlie había querido ir a una farmacia.

- Si, tengo que comprar algo para esto que siento.

Su amiga asintió y en silencio después de conducir por un rato llegó a una, bajaron las dos y ya en ella tomaron lo necesario, a Charlie no se le escapó tomar una prueba de embarazo, ya había pasado una semana de su regla y Dawson no había notado que no habia menstruado.

Llegó a casa y lo primero que hizo fue hacer la prueba, espero los minutos que dicen en la cagita.

¡Oh Dios!

Sintió la vista nublada, se tapó la boca con una mano y las lágrimas salieron, estaba... estaba embarazada.




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