Capítulo 18: inspira, expira.

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Cuando Thor se marchó, no volví al campamento. Estaba cansada, exhausta, agotada. Me senté en una roca y miré hacia mis pies.

No era capaz de pensar en nada que no fuera la soledad. La sensación que se instala en tu pecho cuando sientes que todo lo que tienes se te escapa de las manos.

La soledad es un sentimiento triste, deprimente incluso aterrador. ¿Por qué aterrador? Porque es adictiva, una vez has probado que el estar solo, te engancha, necesitas estar solo, necesitas el silencio de tu alrededor y el sonido de tus pensamientos, necesitas la opresión de tu pecho, necesitas el pesar de tu cuerpo. Sencillamente la necesitas.

Odio sentirme sola rodeada de miles de personas, odio los demonios que me atormentan en mis sueños y fuera de ellos, odio la necesidad de callar por miedo a no saber que decir. Pero más odio que mi cabeza nunca se calle, que siempre haya algo en lo que pensar, que siempre esté mi propia voz atormentándome en mi mente.

El silencio me envuelve y la oscuridad me oculta. La noche es mi fiel compañera, tan fría y dormida pero a la vez tan hogareña y despierta.

Pienso en todo lo que he sufrido por Ian y una lágrima traicionera escapa de mis ojos. Pienso en las cosas que me ha dicho o que me ha llamado. Es tanto el dolor que pasé por él que ni si quiera tengo fuerzas para odiarlo. Sé en cuanto vuelva a Luna Blanca, Aiden me hará hablar de lo que me pasó, pero no sé si quiero tener que contarlo eso supondría revivirlo y... Siendo sincera, estoy cansada de siempre lo mismo. Estoy cansada de no poder avanzar.

Cuando siento que ya repuse las fuerzas necesarias para enfrentar lo que sea que vaya a pasar, me levanto de la roca y salgo de la seductora oscuridad del bosque para acercarme hacia las luces del campamento.

No sé cuanto tiempo estuve fuera, no sé cuantas cosas han rondado en mi cabeza, no sé porque la sensación de abandono no se disipó. Sólo sé que tengo que volver.

- ¿Dónde estabas Yanira? Me dijiste que volvías en un momento y estuviste más de tres horas fuera. - Me pregunta Chris con cariño en sus palabras.

- Fui a buscar a Thor - Me limito a responder.

- ¿Ah sí? ¿Y dónde está él? - Joder, parece un tercer grado.

- Se fue a casa. - Me limito a responder y antes de que siga preguntando, lo esquivo y sigo caminando.

Cuando veo a Aiden me informa de que todo el campamento ya está listo para marcharse y que en cinco minutos emprenderemos camino hacia la manada.



Estamos caminando hacia la manada, según he oído a la gente que camina delante de mí llevamos cuatro horas caminando en plena noche y aún queda otra hora más. Mis pies duelen, los gemelos me queman y siento que cada vez el cansancio puede más conmigo. Los ojos me pesan y el cuerpo cede a cada paso que doy. Temo desvanecerme delante de tanta gente así que paro mi caminata y reposo en un árbol.

- Ey preciosa - Esa voz tan tierna sé de quien es.

- Chris - Digo en un susurro.

- Ey, estás pálida. ¿Te encuentras bien? - Me toma la cara con sus manos y tan pronto la coge, la suelta.

No tiene que decirme porqué lo ha hecho, yo misma he sentido ese subidón de adrenalina que me ha dado su tacto, y no es justamente porque sea un dios griego, sino porque he absorbido su energía. Otra vez. Pero al menos me soltó antes de llegar a lastimarlo gravemente.

- Lo siento, lo siento mucho Chris. No sé que me ha pasado - Me disculpo mientras hago el intento de reincorporarme.

- Yanira, ¿te sientes cansada, verdad? ¡Te estás quedando sin energía! ¿Has comido?

- No... Tenía el estómago cerrado.

- ¡JODER YANIRA! PUES LO ABRES, ¿ERES CONSCIENTE DE QUE PUEDES VOLVER A QUEDAR EN "COMA"? - Me sobresalto por el tono que usa.

- Yo... Lo sé... Pero... Pero no pensé... ¿Qué hago ahora? - Mi voz suena en un susurro, cada vez siento más el cansancio.

- CÁPTALA DEL MEDIO, IMAGÍNALA Y ABSÓRBELA. ¡AHORA YANIRA!

Su pérdida de paciencia me altera a mí también y no me deja concentrarme como debería. No consigo visualizarla y sólo intentarlo me está provocando dolor de cabeza.... Joder, no quiero desmayarme aquí, aún sigue pasando gente de la manada.

- Voy a llamar a Aiden. Espérame aquí sentada.

- No, por favor no, él aún no sabe de esto. - Le suplico.

- Yanira, claro que lo sabe. Aiden no es Alfa porque sea gilipollas.

Y sin más se marcha dejándome ahí tirada. Aiden no es gilipollas, pero él tal vez un poco sí lo es... Puede estar muy bueno pero es un poco tontito.

Mientras pongo de vuelta y media a Christian en mi mente por dejarme sola, llegan Aiden y él corriendo hasta mí.

- Mi niña, tranquila, respira conmigo. - Me dice Aiden - Inspira, expira, inspira, expira. - Y así lo hago.

- Aiden... Me sien... Me siento cansada - Le informo.

- Mierda, es más grave de lo que pensaba si le cuesta hablar. - Informa Aiden a Chris. - Bien Yani, tienes que captar energía, tócame.

- ¿QUÉÉÉÉ? ¡NO! - Mi voz no sale tan alta y alterada como me gustaría, pero tocarlo no es una opción.

- No lo va a hacer Aiden, prefiere desmayarse que hacernos daño.

- Cariño, si no quiere tocarme, cáptala del medio, pero inténtalo de verdad. Visualiza una capa transparente de energía, una capa que rodea todo lo que ves, todo lo que sientes, brilla sobre los árboles, recubre las piedras. Vamos, mírala. ¿La ves? - Me pregunta Aiden

Y tal y como Aiden la describe, veo la energía, la siento y siento como las palmas de mis manos van directas a la tierra y por ellas corre la energía y toma cada célula de mi cuerpo. Siento como las activa y las saca de su estado de reposo. La energía está por todo mi sistema, la siento viajando en la sangre y llegando hasta el dedo meñique del pie.

Poco a poco me voy levantando sin ayuda de nadie, temo tocarles y dañarles. En cuanto me levanto, me mareo brevemente pero me repongo en cuanto me agarro de un árbol y sigo captando energía.

-¡ESO ES PRECIOSA, SIGUE ASÍ! - Oigo la voz de Chris.

- ¡MUY BIEN YANI, LO CONSEGUISTE! - Dice Aiden y me abraza, pero para sorpresa de ambos no capto nada de él, no le daño.

- Creo que ya sé porqué tu poder se manifiesta de vez en cuando. - Dice Chris.

- ¿Sí? ¿Por qué? ¡Dímelo, odio no saber si puedo dañaros o no.

- Antes tengo que comprobar mi teoría. Cuando sepa si es verídica, te la comunicaré. Ahora retomemos el camino.

- Malditochupachups - Digo rápido para que no me entienda don teorías.

- Te he entendido, chucho




El dolor de un rechazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora