Capitulo 28: Luces rojas.

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Verle ahí, despierto y desorientado fue un boom en mi corazón. Ya no había dolor, sólo felicidad en estado puro. ¿Era real ese sentimiento? Hacía tanto que no lo sentía que creí que había sido una ilusión

- ¿Dónde está mi Tessa? - Preguntó Thor con la voz ronca de haber dormido en exceso.

Christian fue capaz de salir de su asombro y señalar el patio trasero con el dedo índice, pero no salió tanto cuando no se tiró encima de Thor como creí que haría. Y para qué perder tiempo, yo sí me lancé a sus brazos.

Abrazar a Thor era sentir la calma después de la tormenta, era de ese tipo de abrazo cálido que sólo alguien que te abraza con el corazón sabe darte. Miré hacia arriba y vi su sonrisa de medio lado que me decía sin palabras "yo tambien te extrañé". Al oir una falsa tos, me separé como gran esfuerzo y miré a Chris con cara de poco amigos. Obviamente, él me ignoró y se dirigió a Thor para estrecharlo entre sus brazos y examinarle con un vistazo rápido. Tras ver la sonrisa de aprobacion de Christian, Thor salió tan rápido como pudo a ver a su hermana.

- ¡TAAAAAAAATO! - Gritó la voz de Tessa y supe que no cabía en sí de gozo.

Tras asegurarme que todos estaban bien, Thor despierto, Tessa pegada como una linda lapita a su hermano, Christian vigilando al "enfermo" a lo lejos y Aza contemplando el reencuentro de Thor y Tessa. Por lo que me propuse hacer una mochila con cuatro mudas y poco más, para salir lo más rápido que podía de la casa y dirigirme hacia la casa de la manada. Aiden parecía muy afectado.

- No tengo muy buenas vibraciones Yanira... Estoy preocupada, el lobo de Aiden no responde al link... Algo brave ocurre. - Me informa Sia, por su tono sé que está igual de preocupada que yo.

- Dejaré una nota y vamos para allí. - Me limito a responder.

- Sí, es un largo camino y hay que llegar cuanto antes. - Dice Sia y corta la conexión.

Ofú, esta loba cada día está mas rancia y menos habladora... ¿Podría cambiar su habla? No sé, por alguna más... divertida o entretenida. Quizá le pondría algún acento.

- Yanira, no soy jodido teléfono al que cambias el tono cuando te aburres. A veces parece que no das más de ti.... Cualquiera diría que te falta un hervor.

Me niego a responderle... ¿QUIÉN COJONES LE ENSEÑÓ MODALES? ¡Mi propia loba me llamó tonta! Pero bueno, la mando salir y nos adentramos en el ancho bosque para llegar hasta nuestro destino.

Tras largas horas caminando, la noche me alcanzó aún sin haber parado ni una sola vez. A lo lejos, diviso las luces de la mansión y me pongo tensa, no porque odie este lugar y lo que me recuerda, sino porque la iluminación es de luces rojas, luces que anuncian que la manada está perdiendo un miembro y todos deben estar dando su apoyo.

En mi forma de loba, llego lo antes posible para ver que está ocurriendo. Soy la gamma de la manada... Debería haber estado aquí antes.

Cuando llego, me transformo y me infiltro en la casa donde se oyen los sollozos de una mujer y un estruendo terrible. Se oyen platos, tazas y vasos romperse, caer estanterías,... Entro con la guardia en alto y veo a Ian destrozando la cocina y a Victoria sentada en una silla, con la barbilla sobre las rodillas, llorando como si le fuera la vida en ello. Me pregunto si otra vez Aiden me mandó aquí para solucionar los problemas de este hijo de su madre, porque ahí si que me voy para no volver. Pero de repente oigo la voz de Aiden "te necesitamos", "es Ana", recuerdo las luces rojas y miro a Ian, que tras captar mi olor, me mira y veo que el destrozo alrededor no es ni la mitad de lo destrozado que está por dentro. Corro por las escaleras siguiendo el aroma de Aiden y el leve rastro de Ana. Abro la puerta de par en par y la imagen que veo, me hace parar en seco.

Aiden con la cabeza posada en el hombro de Ana, ella mirándole con todo el amor del mundo y él mirando a ningún sitio en concreto, con los ojos rojos e hinchados. Sus miradas llegan a mí y veo a Ana blanca como la pared, delgada hasta el punto que los huesos de su preciosa cara están muy marcados, tiene una sombra azul-violeta bajo los ojos y la vitalidad que siempre desprendía, parecía haberse consumido casi por completo.

Lentamente, me acerco a la cama donde ambos se hallan y sin mirar a ninguno de los dos, preguntó en un susurro...

- ¿Qué te está pasando?

- Hola cariño, estás guapísima - Se limitó a decir Ana, pero esa no era su voz, sólo era un rastro de ella. - Que rápido viniste.

- Me dijisteis que era importante... Dime qué te pasa...

- La vida, mi niña, es caprichosa. Un día la tienes, y al otro no sabes si la tendrás y yo,... Hoy sé que mañana no la tendré.

- Qué? Pe... Pero por qué? Porque tú... - Digo intentando ocultar mi pesar pero el nudo de mi garganta me hace flaquear la voz.

- Hace unas horas, salí al jardín para reglar mis rosales y vi una sombra correr a lo lejos. No lo dudé y me dirigí hacía allí, era un vampiro de ojos tan rojos como la sangre, me miró y  dijo "Por ti ella volverá" y me disparó un dardo con veneno. - Hizo una larga pausa para retomar el aliento y continuó hablando despacio - El veneno está por toda mi sangre y no tardará en alcanzar mi corazón, no sabemos qué veneno es y no podemos combatirlo...

-No, tú no, no puedes, por favor, no lo hagas, no me abandones tú también, quédate conmigo mamá. - Le supliqué a Ana dejando que las lágrimas siguieran  curso que ellas querían. No podía retenerlas, otra vez tenía que despedirme.

Aiden rompió a llorar y Ana también, pero diferian en que él lloraba por tristeza y ella lloraba de  alegría.

- Me llamaste mamá - Se limitó a decir.

- Me cuidaste, me criaste con la abuela. Eres mi madre, por eso no puede dejarme, tienes que luchar. Evita esfuerzos para que la sangre no corra más rápido. Yo buscaré debajo de las piedras de la otra punta del mundo para salvarte. Pero no me dejes...

- Es tarde Yanira - Esta vez hablaba la voz desgarrada de Aiden - Oye el  latir de su corazón, se está parando... Se está yendo.

- No olvides nunca que te amé con todo mi corazón, mi niña, a lo mejor no fuiste querida por muchos, pero fuiste muy amada por mí, como decían en uno de tus libros.

- Yo también te amé y te amo... Haré que paguen por esto, te lo juro.

- Sé libre, no vivas escondida, eres fuerte, tú eres la razón, tú serás el cambio, no dejes de luchar por aquello que crees... Por y para siempre, te estaré esperando allá donde vaya.

Y con estas palabras, su corazón se realentizo hasta el punto de no retorno. Aiden seguía aferrado a ella como un ancla se aferra a la arena, me tumbé junto a él y lloramos por largo rato hasta que el sueño nos venció.

Soñé con Ana y mi abuela juntas y felices, sin dolor ni pesar. Pero de repente ellas me apuntaban con el dedo y me decía a gritos "¡ES CULPA TUYA, ES CULPA TUYA!". Me desperté sobresaltada y grité desgarrándome la voz ¡es culpa mía!, cuando recordé lo que leí en el libro... Y entonces entendí que la consecuencia de traer una vida, es llevarse otra.

***
Después de lo que parece haber sido una eternidad, retomé la escritura. Siento haber desconectado tanto... Pero no creía estar haciéndolo bien y me desanimé y decidí dejar de escribir, pero ayer me puse a leer vuestros comentarios y me animasteis a seguir, voy a seguir escribiendo y respondiendo a todos los comentarios que dejasteis... ¡Gracias por vuestro apoyo y ánimo!
Seguid comentando y dando vuestra sincera opinión, son las palabras que más valoro.
Espero que os guste este capítulo igual o más que los anteriores.
¡Buenos días y un besito para todas!

El dolor de un rechazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora