Capitulo 9

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Cuando recuerdo las cosas que Sagara y yo hicimos en nuestra juventud para lograr conseguir el dinero para la cirugía que tanto anhelábamos, las recuerdo con gracia, pues éramos muy jóvenes y nunca se nos pasó por la cabeza pedirle plata a mis pap...

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Cuando recuerdo las cosas que Sagara y yo hicimos en nuestra juventud para lograr conseguir el dinero para la cirugía que tanto anhelábamos, las recuerdo con gracia, pues éramos muy jóvenes y nunca se nos pasó por la cabeza pedirle plata a mis papás y a los de Sagara sino hasta mucho después. Estábamos tan enamorados y sumergidos en nuestro mundo, que queríamos resolver todo nosotros dos, creamos una realidad donde ella y yo éramos los únicos habitantes, los únicos que decidían en nuestro reino.

Hicimos todo lo que se nos ocurrió, por ejemplo: Sagara pintaba y vendíamos sus pinturas, cuando lo hacíamos decíamos que fueron hechas por una persona ciega, al parecer ese detalle hacia que la gente los comprara. También vendimos postres. Con Sagara imprimíamos camisetas, ella que era una poeta talentosa, me pasaba frases y las poníamos en ropa.

Así duramos creo que tres o cuatro años, pero nunca perdimos la fe, siempre había otra cosa que hacer. HÍbamos al parque que quedava a las afueras de la ciudad, nos acostábamos sobre el barro o sobre el pasto que nos llegaba hasta la rodillas, y pensábamos, imaginábamos que más podíamos hacer para conseguir más dinero, se volvió un juego de niños y así poco a poco olvidamos cual era nuestra meta inicial, estabamos nublados por el amor.

Un día lleno de viento y oscuridad, a Sagara se le vino la realidad encima, y ella no dudo en compartírmela a mí,penso que nunca lo lograríamos y nos separamso por lo idiota que habia sido. Fueron días duros, pero los atravesamos, como siempre hacíamos.

Estábamos acostumbrados a superar cada piedra del camino, y cuando pensábamos que ya teníamos la carrera ganada volvíamos a perder, pero no se puede hacer nada al respecto, así es la vida, a veces puede ser un arcoíris doble al frente de tu ventana, otros ratos simplemente puede ser un sonido agudo he incesante en tus oídos. Durante todo el viaje que emprendí con ella aprendimos con cada paso, aprendimos que temerle al fracaso es lo único que te separara de la victoria y que a veces es mejor no tener expectativas muy altas, es más, en algunas ocasiones es mejor solo lanzarse al agua sin saber que pasara, que decepcionarse cuando te hayas hundido totalmente y veas que no se puede retroceder, eso me lo enseño Sagara de la forma mas vil y cruel pero asi tenia que ser.

Al final de la meta el resultado no fue lo que yo esperaba, nadie esperaba nada de lo que paso después.





Holi espero que le haya gustado y los haya llenado de intriga jeje si es así porfavor comenten 

la lunatica se despide : *

El mundo de sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora