Capítulo 13

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-Alan no puedes venir, Javi se ha presentado aquí un poco pasado de copas y no es buena idea que vengas, lo siento pero no podré irme contigo- se lo dijo todo súper rápido, no quería que su ex escuchase la conversación.

-¿Cómo? ¿Tú estás bien? ¿Te ha hecho algo?- sintió como si le faltase el aire y se atrevió a hacerle algo esta vez sí le partiría la cara.

-Yo estoy bien, tranquilo pero todavía sigue aquí. Ha empezado a encontrarse mal y no puedo echarlo de esa forma, tendremos que dejarlo para otra ocasión.

-¿Para otra ocasión? Gabriela por favor no me hagas esto, no te quedes con él, te ayudaré en lo que haga falta pero no te quedes con él- esta situación le dolía, se sentía tan furioso y celoso que por primera vez suplicó ser el elegido.

-Lo siento Alan de verdad, pero no puede ser, no puedo seguir hablando- escucho como Javi la llamaba y colgó.

-Espera Gab por favor- pero ya no había nadie al otro lado.

Volvió a llamarla, esto no podía estar pasando. El teléfono estaba apagado y no sabía si tenía fijo ¡maldición! Para una vez que empezaba a tener sentimientos hacia una mujer después de tanto tiempo, esta prefería quedarse con su ex, eso le pasaba por gilipollas. La culpa de todo la tenía esos ojos verdes y su necesidad de verlos brillar desde el día que la conoció. Volvería a su vida de antes, en esa no tenía ese tipo de problemas. Accionó el manos libres de su coche y llamó a Leo para salir esa noche. Este se sorprendió de la llamada pero no preguntó, estaba seguro de que había pasado algo con Gabriela para que cambiase los planes de forma tan repentina. Quedaron para cenar con unos amigos y después irían a una discoteca. Alan ya tenía en su mente el plan, cena, copas y chica con la que follar sin compromiso, él siempre hablaba muy claro antes de empezar, si la chica quería lo mismo bien, si no adiós muy buenas.

Gabriela se sentía mal por Alan pero no podía hacer más, ya lo llamaría para explicarle todo más detenidamente. Javi seguía encontrándose mal, así que le dijo que se diese una ducha y que durmiera en su cama hasta encontrarse mejor, ella se quedaría en el sofá. De repente se despertó sobre saltada, había tenido una pesadilla que no lograba recordar pero seguía en ella la sensación de angustia. Apenas había dormido dándole vueltas a todo. Fue a despertar a Javi, esperaba que estuviese en condiciones de irse a su casa. Al despertarlo, este hizo una mueca de dolor, la resaca debía de ser terrible por cómo se llevó las manos a la cabeza.

-Gabi este dolor es horrible.

-Te lo mereces por inconsciente- le dijo en tono serio- levántate a desayunar y te daré algo fuerte para el dolor- sin más se fue a la cocina a preparar café bien cargado, los dos lo necesitaban.

Al terminar de desayunar Javi volvió a la carga, no se daba por vencido. En un arrebato mientras discutían la agarró y la besó desesperado, ella no pudo evitar dejarse llevar.

-Déjame demostrarte que seguimos sintiendo lo mismo, que podemos intentarlo- le dijo entre beso y beso.

Gabriela quiso probarse a sí misma y se dejó llevar. Al llegar a la cama, una vez desnudos se descubrió buscando otra sensación y otros brazos que no eran los de su ex. La cordura llegó a ella y decidió parar aquello antes de hacer más tonterías.

-Por favor para, esto es un error- él se quedó quieto mirándola.

-Entonces es verdad, ya no sientes lo mismo por mí- le dijo un poco desconcertado y dolido.

-No- le dijo mirándolo a los ojos- te sigo queriendo pero no de la misma forma. Lo nuestro se terminó para siempre, por favor Javi no nos hagamos más daño- no le gustaba el dolor que vio reflejado en su cara pero era lo mejor.

Por el sabor de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora