Capítulo 18

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El viernes por la noche fue junto con Lía al aeropuerto a recoger a Garet, cuando lo vieron llegar arrastrando su maleta, tan guapo y tan inglés, no pudieron evitar abalanzarse sobre él para abrazarlo y llenarlo de besos. A él le encantaba esa espontaneidad española decía con su acento guiri. Fueron a su piso, donde cenarían esa noche, entendía que él estuviera cansado del viaje como para salir de fiesta. Le había dicho a Alan que ese fin de semana lo pasaría con un amigo de Londres, él lo aceptó de mala gana pero quería darle su espacio como ella le pidió aunque lo estuviera pasando bastante mal con esa situación.

El sábado lo dedicó por entero a Garet, lo llevó a los mejores sitios de Madrid. Estuvieron en el parque del retiro, el que muchos consideran el pulmón de la ciudad, salieron de él dirección a la puerta de Alcalá otro de los monumentos más representativos desde donde se podía divisar la fuente de la Diosa Cibeles, conocida por muchos por las celebraciones del Real Madrid. Tomaron la calle de Alcalá para ir a la puerta del sol donde le dio a probar uno de los típicos bocadillos de calamares acompañado de una mahou cinco estrellas. Por último fueron a la plaza mayor, tomaron café allí y se fueron a casa, en otra ocasión le enseñaría el resto. Querían descansar un rato para estar fresco por la noche.

A las diez de la noche lo llevaron a cenar al restaurante Clarita en Malasaña, un lugar muy cuco y acogedor donde a demás de buena comida puedes disfrutar de unos cócteles deliciosos. Para Garet el horario de comidas español lo estaba matando pero tenía que adaptarse.

Tras una cena agradable y divertida fueron a tomar unas copas a una discoteca donde bailaron y disfrutaron bastante, a Garet le llamaba la atención algunas canciones y cuando escuchaba bien la letra reía a carcajadas y es que el reggaetón estaba siendo demasiado para él. Cuando estaban en la discoteca notó como su móvil sonaba y al ver que era Alan el que llamaba decidió que ya hablaría con él al día siguiente. A él por su parte se lo estaban llevando los demonios, un amigo la había visto bailando con Garet y Lía y no dudó en mandarle un mensaje en el que decía que estaba en actitud cariñosa con otro hombre, incluso le mando una foto que hizo que su corazón diera un vuelco. Iba vestida igual que el día que la conoció, con su vestido negro y el pelo suelto en ondas, la veía increíble, pero era otro el que la tenía en sus brazos mientras a él le pedía espacio, eso lo estaba matando.

Sobre las seis y media de la mañana llegaron a su piso entre risas bastante perjudicados, Lía dormiría con ella y Garet lo haría en el sofá. A las diez de la mañana el timbre de su casa no paraba de sonar y es que Alan no podía más con la incertidumbre, necesitaba aclarar la situación cuanto antes, no había pegado ojo en toda la noche y tras dejar a Alex con su madre puso rumbo a casa de Gabriela, al llegar salía una pareja mayor y aprovechó para subir, por lo que estaba llamando directamente en el timbre de la puerta. Garet se despertó con tanto ruido y sin pensar abrió la puerta en boxes. Alan al verlo de esa forma se imaginó de todo, por lo que se le nublo la vista por la ira y lo cogió del cuello.

-¡Maldita sea, Alan, suéltalo! ¿Pero te has vuelto loco?- gritó Gabriela que salía con Lía de la habitación en ese momento, pero Alan parecía no escucharla y no soltaba su agarre.

-Tranquilo amigo, relájate- le dijo Garet con su acento guiri tratando de soltarse.

-Alan, suéltalo- le dijo Lía más tranquila, él al escuchar otra voz lo soltó confundido.

-Gabriela explícame esto por favor porque me estoy volviendo loco.

-¿Qué pensabas que había hecho? ¿Engañarte? ¿Esa es la confianza que me tienes?- le preguntó muy cabreada.

-¡Y qué quieres que piense! Anoche me mandaron un mensaje diciéndome que estabas en actitud cariñosa con otro hombre e incluso me mandaron una foto de vosotros dos agarrados bailando y hoy llego aquí porque necesitaba verte y me abre ese mismo hombre en boxes ¿sabes todo lo que se me pasó por la cabeza cuando lo vi así?

Por el sabor de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora