Dedicado a @yaril26 y @mariasanchezmr gracias por estar siempre ahí os quiero chicas
Varios meses más tarde.
La relación de Alan y Gabriela se fue afianzando poco a poco, cada vez compartía más cosas y pasaban más tiempo juntos incluso cuando estaba Alex, el cual le había cogido mucho cariño a Gabriela. La relación de Juls y Leo seguía en un tira y afloja en el que ninguno de los dos daba su brazo a torcer y ni reconocían lo que realmente sentían. Cuando Gabriela le preguntaba a Juls por qué seguía actuando de esa forma, ella le respondía que lo hacía porque que Leo todavía no se había dado cuenta de que ella era la mujer de su vida. Por otro lado su madre ya estaba totalmente recuperada físicamente pero emocionalmente era otra cosa. Con el apoyo de sus hijas empezó a ir a una asociación de mujeres maltratadas en la que empezó a sentirse mejor cada vez que iba. Allí tenía apoyo psicológico cuando lo necesitaba y realizaban diversas tareas que le servían de entretenimiento. Seguía viviendo en casa de Blanca, sabía por los vecinos que su marido estaba en la casa así que volver no era una opción.
Llegó el mes de agosto y Gabriela estaba feliz porque se iba una semana con Alan a una de las playas de Cádiz, la otra semana que le quedaba iría a Londres a ver a sus amigas acompañada de Lía y Juls. Se encontraba terminando la maleta, Alan pasaría en un rato a recogerla y como siempre había dejado algunas cosas para última hora. Solo esperaba no olvidarse de nada. Cuando el portero sonó cogió todas sus cosas y bajó rápidamente. Al salir se encontró a un Alan guapísimo con un estilo playero increíble, este la saludo con un beso en los labios y la ayudo a meter las cosas en el maletero del coche. Les quedaba un largo camino por delante.
Al llegar, el hotel le pareció más increíble que en las fotos que había visto, se encontraba en primera línea de playa, tenía tres piscinas al aire libre y un spa. Se registraron en recepción y subieron las maletas a la habitación. Las vistas desde su habitación eran preciosas. Se fueron al restaurante del hotel, comerían y descansarían un poco del viaje para después pasar la tarde en la playa en la que estuvieron jugando en el agua como dos niños y relajándose tomando el sol. Por la noche fueron a cenar a uno de los restaurantes más típico de la zona, estaba decorado al estilo marinero, en sus paredes se podían ver fotos de pescadores de la zona y de la playa de distintas épocas. Disfrutaron mucho de la comida, sobre todo del pescado que estaba buenísimo. Se tomaron unas copas relajados en una de las terrazas que había cerca de la orilla, en la que no pararon de darse besos y contarse confidencias, incluso se imaginaban historias sobre la gente que los rodeaba. Se sentían felices. Una vez de vuelta a la habitación por fin podrían disfrutar como llevaban deseando toda la noche. Se desnudaron mirándose a los ojos donde podían ver el deseo que sentían, Alan se acercó a ella lentamente, acarició su brazo con el dorso de la mano disfrutando de su suavidad lo que a Gab le provocó un escalofrío. La besó suave al principio pero a medida que los besos se iban sucediendo aumentaban la intensidad.
-Quiero saborearte nena- le dijo mientras se tumbaban en la cama.
Bajó por su cuerpo dejando un reguero de besos hasta llegar a su clítoris y el primer contacto con su lengua hizo que ella arquease la espalda debido al placer, siguió lamiendo y dando pequeño mordiscos mientras introducía en ella dos dedos de golpe. El placer que le estaba dando la estaba desbordando hasta tal punto que desató un orgasmo intenso que Alan saboreo hasta que dejó de contraerse.
-Me encanta tu sabor- le dijo mirándola con las pupilas dilatadas.
Volvió a besarla y ella aprovechó para agarrarse a él muy fuerte, le gustaba sentir su piel pegada a la suya. Se excitó todavía más cuando notó su propio sabor en la boca de él. Alan se retiró para buscar un preservativo.
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Por el sabor de tus besos
RomanceGabriela quiere empezar una nueva vida, pero no para de tropezarse con su pasado una y otra vez, pero alguien inesperado llega a su vida para darle un nuevo sentido, no sabe si bueno o malo. Ha perdido la confianza en lo hombres ¿Será capaz de dejar...