Capítulo 16

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La vuelta de Cádiz fue un poco triste, ambos sabían que al día siguiente por la tarde se separarían por una semana. Cuando llegaron al piso de ella, puso todas las lavadoras que pudo, tenía por delante el trabajo de hacer otra maleta con ropa muy distinta. Según les habían dicho Aitana y Mirtha, en Londres parecía otoño algunos días. Alan se quedó a pasar con ella la noche y la mañana del lunes, por la tarde la llevó al aeropuerto, donde se encontró a Leo dejando la Juls en los aparcamientos. Ojalá esos dos se decidieran de una vez, Leo lo estaba volviendo loco. Las chicas se despidieron de ellos en la terminal, la cual estaba llena de gente por todos lados, lo que venía siendo habitual en el aeropuerto de Madrid, incluso había gente durmiendo por allí esperando la hora de su vuelo, el domingo los esperaba allí para recogerlas.

Al llegar al aeropuerto de Londres estaba Aitana esperándolas, se abrazaron y saltaron como si fuesen niñas. Mirtha había encontrado trabajo cuidando a dos niños y no le daba tiempo de llegar, era un trabajo provisional hasta que encontrase algo mejor. Cogieron un taxi que las llevo hasta el piso que tenían alquilado, no era muy grande, tenía dos habitaciones, un baño y un salón-cocina, pero estaba en una buena zona. Se repartieron como pudieron, Juls dormiría con Mirtha, Gabriera con Aitana y Lía en el sofá cama del salón. Pidieron pizza para cenar y lo organizaron todo a la espera de que llegase Mirtha. Cuando esta llegó se lanzo a abrazarlas como ya hicieron con Aitana en el aeropuerto. Cenaron tranquilamente poniéndose más al día de sobre sus vidas, aunque hablaban casi a diario por whatsapp, no era lo mismo. Les contaron que habían conocido a un grupo de ingleses que eran muy simpáticos y divertidos. Se los presentarían al día siguiente en una cena informal en el bar de unos españoles que habían descubierto por su zona y de los cuales también se habían hecho amigas. La mañana la dedicarían a cuidarse en un centro de belleza del cual habían escuchado maravillas por parte de sus dos amigas y por la noche saldrían. En dicha cena lo pasaron genial, Paul, Thomas, Garet y Lora eran increíbles, les recomendaron los mejores sitios para visitar a parte de los típicos y se ofrecieron a hacerles de guía turística, se irían turnando por motivos de trabajo pero por las noches estarían todos juntos. Se sorprendieron al saber que todos veían la serie Juego de tronos, y hablando sobre ella acabaron la noche.

A la mañana siguiente empezaron el día con un buen desayuno inglés, después cogieron el metro hasta la parada de Westminster donde al salir del la misma se encontraron frente al famoso Big Ben y al lado de este la bahía de Westminster, donde habían quedado con el grupo de ingleses. Gabriela se hizo varias fotos que mandaría a Alan esa noche cuando tuviera conexión a internet. Desde la noche anterior había conectado muy bien con Garet, era guapísimo, rubio de ojos azules y muy gay aunque no se le notaba. Se agarró a su brazo y siguieron por el río Támesis hasta el puente desde donde se podía ver la famosa noria London eye, después de las correspondientes fotos caminaron hasta el parque de Saint James, lo cruzaron y llegaron al palacio de Buckingham, al llegar allí no pudieron evitar las bromas al típico guardia. Debido a la hora que era se fueron al Trafalgar Square donde descasaron un poco y comieron un almuerzo ligero para terminar las visitas del día. Por la noche debido al cansancio decidieron hacer una cena en el piso, pidieron comida tailandesa y cervezas para todos. Gabriela se dio cuenta del filing especial que había entre Mirtha y Paul, se alegró mucho por ella, había pasado por mucho y se merecía algo bueno. Al comentarlo con Lía no pudieron evitar soltarle algunas bromas que la hicieron sonrojarse hasta el pelo.

Antes de meterse en la cama Gabriela le mandó a Alan algunas de las fotos de ese día, el se alegró mucho por ella, se veía guapísima y la echaba terriblemente de menos. El día siguiente visitaron el Tower Bridge, el Bristihs museum y terminaron el día en Picadilly Circus, esa noche a Alan las fotos le incomodaron un poco, ella salía con un chico del que no le había hablado y con el que al parecer tenía complicidad, pero confiaba en ella así que alejó los malos pensamientos de su cabeza.

Por el sabor de tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora