–Diego me contó lo mucho que habías bebido– comenzó –Para entonces todo lo que sabía de ti es que eras un vampiro novato, sin control sobre sí y estimulado en exceso por una cantidad de sangre ingerida a la que no estabas acostumbrada. Era difícil entender por qué no recordabas, la sangre te embriaga pero jamás suprime la memoria. Sabíamos de primera mano que habías asesinado y que era un desastre por tus fachas sucias, pero sin tu ayuda, sin que les dijeras a Diego o a Eli lo que pasó, era casi imposible saber. Al menos con el tiempo tan limitado. Las horas pasaban y el riesgo de que las autoridades humanas encontraran los cuerpos iba en aumento.
Hizo una pausa.
–Para entonces no lo sabíamos, pero una pequeña familia asentada en tu ciudad tenía ascendencia de cazadores. No eran acechadores activos, pero algunos de sus parientes más lejanos radicados en otros países sí. Al parecer, uno de los miembros más jóvenes de ésta familia, un hijo, murió a manos de un vampiro. Me atrevo a decir que de Dieter o su compañero, puesto que fuera de Diego y Athir, son los únicos de quiénes tenemos constancia estuvieron en tu sector, además de que las fechas de los hechos coinciden. Ellos, aunque pasivos y practicantes más de la protección espiritual que de la física, denunciaron a sus parientes cazadores activos lo sucedido con su muchacho. Como consecuencia natural, viajaron para dar la caza– suspiró –Fue muy, muy, MUY– alzó la voz –Irresponsable e imprudente que salieras sola. Claro que no sabías nada de esto, pero aún así, inexperta como eras... O eres– me señaló con sus manos –Es arriesgado que hagas esa clase de cosas.
–¿Que tienen que ver los cazadores con lo que pasó?
–Al final descubrimos lo que habías hecho, pero no pudimos descifrar tu método de matanza. Entre los asesinatos estaba el de dos cazadores, y lo más peculiar fue el aspecto de los cuerpos. Tardé mucho en entender, pero cuando supe lo de tu sangre sivreugma, conecté todo. En algún punto de la noche te encontraste con ellos... O más bien ellos te encontraron. Intentaron ejecutarte, pero tus instintos anómalos recién adquiridos tomaron posesión de ti. Por eso el aspecto inexplicable de los cadáveres, por eso tu ausencia de memoria, por eso tu descontrol. Cuando regresaste a casa, poco más consciente, ya no estabas en alerta sino simplemente bajo los efectos naturales de la ingesta excesiva de sangre.
–¿Qué pasó con la familia de los cazadores?– inquirí.
–Asumimos que están al tanto de sus muertes. Mi personal encargado de seguir sus actividades están preparados en caso de que haya nuevas consecuencias. Por supuesto que cuando hayas terminado tus entrenamientos y tengas el control sobre tu alto poder, nos serás de gran ayuda. Los enfrentamientos con ellos nunca han sido a gran escala, pero es un enemigo que no se debe subestimar. A menudo hay bajas en nuestras filas gracias a ellos. Me gustaría alguna vez adelantarnos a dar un golpe y exterminarlos por completo. Tal vez ahora que te tengo, eso pueda ser posible.
Extendiendo su brazo hasta la bandeja, tomo un par de fresas para sumergirlas en el chocolate derretido. Acto seguido, las llevó a mi boca. Saboreando la fruta, comí de su mano y apenas tragué, me volvió a besar.
Una vez más volvía a ser dedicado conmigo, acariciándome cual si fuera de algodón. Sus labios saltaban con lentitud, centímetro a centímetro por mi mentón, mi cuello, el borde de mi cara, mi nariz, y de nuevo a mi boca, donde dedicó largo rato. Derretida entre sus brazos, cedí por completo a sus caricias. Mis manos buscaron su espalda y las suyas se enredaron en los amarres de mi vestido. Sentí parte de la tela deslizarse de mi brazo y sus besos continuaron rodando por mi piel hasta llegar a los hombros. Su lengua intentó colarse poco más abajo de lo que mi escote a medio desatar le permitía, pero cuando sus dedos quisieron liberar mis cintas, volvió a acomodar su rostro a mi nivel.
–Tengo una idea– dijo, besándome suavemente.
–¿De qué se trata?– murmuré, hipnotizada por él.
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Diosa Roja | Libro 4
VampireContinuación de "Festival de Cadáveres" Muchos son los rumores que corren entre los vampiros. El gobierno Zansvriko niega la tragedia del festival, por lo que ésta se ha vuelto un mito. La hipótesis de que el Zethee prepara una nueva arma provoca la...