Después de considerarme ahora abiertamente como un ángel, las cosas comienzan a caer por su propio peso. El término ángel en algunas religiones es la persona o servidor que esta a disposición de Dios y esta al tanto de sus ordenes; pero yo, ¿de quién soy servidora?¿De Dios en su fase oscura o de aquel que fue expulsado del cielo por pecar? supongo que soy servidora de aquel que fue mandado para darle el equilibrio al mundo, soy servidora de aquel que sencillamente esta destinado a causar caos en aquello que Dios tiene bajo su control.
Como Astorga es un pueblo pequeño, los rumores de la chica que fue ''atacada'' en la escuela comenzaron a correr rápido, todo el pueblo lo tenía en su tema de conversación, incluso me comenzó a ser demasiado difícil pasar totalmente desapercibida. Mi padre gracias a un puesto gobernativo que consiguió siempre me mantenía vigilada, después de mi muñeca fracturada lo que menos quería es que me pasara algo de nuevo, entonces siempre había un guardaespaldas cerca de mi. Y las miradas comenzaron a seguirme y sabía que hablaban de mi ''ella es la hija del nuevo alcalde'' ''parece que es demasiado rara'' ''será que por eso siempre la vigilan''. Nunca me había gustado ser el centro de atención, y la verdad odiaba serlo, se notaba que era diferente, se notaba que algo pasaba en mi y era odioso.
Un día frío de invierno caminando por los callejones de Astorga, un tipo comenzó a seguirme; ese día había conseguido al fin salir sola, sin ningún guardaespaldas, completamente sola y comenzaba a pensar que fue mala idea. Me seguía muy de cerca, incluso entraba a los mismos lugares que yo, no me perdía de vista. Me senté en una banca a observar una fuente, en una plaza no muy concurrida, me gustaba sentarme en lugares en donde meditar era posible; él tipo se sentó en la misma banca, sabía que era un humano porque las demás personas podían verlo, y tenía un aroma de puro, su respiración estaba agitada, suspiró y comenzó a hablar:
-Si no me equivocó, tú eres Zoe- dijó con voz demasiado grave.
-¿Cómo sabes mi nombre?-Dije, asustada, tal vez incluso sorprendida.
-Esa no es una de las preguntas que tengo permitido responder-Demasiado técnico para ser lo que esperaba.
-Ah, entonces que puedes responder?-pregunté.
-Cosas respecto a tu iniciación y ya sabes, tu cambio- parecía que realmente sabía lo que pasaba conmigo. Llevaba una gabardina negra con capucha entonces me era dificultoso ver su cara, sus zapatos se asomaban un poco por aquella gabardina y distinguí unas botas como las que escuche en el laboratorio el día que aquella chica fue tocada.
-¿Eras tú?-Pregunté.
-El día del laboratorio? No tardaste en descifrarlo, eres más inteligente de lo que él dijo- contestó.
-¿Él? ¿Quién?- pregunté, ansiosa.
-Con calma, tenemos aún bastante tiempo para que lo descubras- dijo. Comenzó a quitarse la capucha y una larga cabellera apareció, era negra azabache, su piel era blanca, casi pálida con unas mejillas rojizas por el frío del ambiente, una barba tupida y rizada, una nariz puntiaguda y delineadamente perfecta, pestañas rizadas, cejas pobladas y unos ojos color azul zafiro que me fue imposible ignorar. Lo miraba con la boca abierta por que la perfección de su persona era inevitable no mirar.
Él se dio cuenta de que lo miraba, río ampliamente y dijo:
-Que no te distraiga mi apariencia, no soy lo que ves-dijo, como si estuviera acostumbrado a que lo miraran.
-No me distrae, simplemente te miraba porque estoy tratando de descifrar quien eres- dije, volteando hacía otro lado.
-Aja, como sea, necesito llevarte a un lugar- dijo, cambiando de tono.
-¿A dónde? yo de aquí no me voy a mover hasta que me des una explicación de lo que esta pasando- mi voz paso de ser fuerte a ser como la de una niña pequeña
-Eres demasiado ingenua, te daré una explicación rápida porque tenemos que irnos-Dijo, parecía que comenzaba a ponerse furioso.
-Soy un ángel-demonio, así es como tu nos llamas, pero realmente nos llamamos angelos caduto, ángeles caídos, relativamente mandados para darle el toque de maldad al mundo para que tenga el equilibrio que se necesita para llevar una vida normal en tu mundo el de los mortales. Pero somos muy pocos, entonces estamos ''reclutando'' se podría decir así porque realmente ustedes no deciden formar parte de esto, pero al final se tienen que acostumbrar, porque es algo de lo que no te puedes curar-volteo a verme y sonrío, como si supiera que es lo que yo estaba pensando.
-Vamos, debería ser suficiente lo que te dije- se levanto con una velocidad impresionante de la banca y me miró, tentativamente, me levante con miedo de que pudiera atacarme; comenzamos a caminar, mientras más avanzábamos me daba cuenta de que la ciudad iba cambiando como si estuviera en plena transición para convertirse en una totalmente diferente ante nuestros ojos.
Él, me miraba de reojo y reía, sabía que se burlaba de mi, pero justo ahora después de todas mis apariciones y todo el dolor sufrido, las cosas comenzaban a encajar, había sido elegida para darle dolor al mundo, no sabía si debía sentirme bendita o maldita.
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un ángel entre sus pechos.
RandomSangre oriental y española. Un ángel con ganas de ser demonio. Un silencio entre gritos.