Hogar, maldito, hogar.

17 0 0
                                    

Bajamos por una escalera interminable, que nos condujo a un pasillo, parecido al de una universidad y a cada lado hay habitaciones, la mía era Balam, lo mismo que en mi llave.

Al llegar a la habitación que supongo, será mi casa, me detengo frente a la puerta y observo; como un universitario recién ingresado. Judá no tardo en aparecer, y se recargo en el muro a lado de la puerta, la postura que tenía me hacía pensar lo más sucio que puedas imaginarte e hizo algo que me flaquear las rodillas; Tomo su cabello y lo hizo hacía atrás, un mechón travieso se quedo en su frente, pero la belleza inaudita de su ser me hizo perder cualquier sentido de cordura.

Se dio cuenta de que lo miro y se río y con tono burlón, dijo:

-Esperas que yo abra la puerta?.-Eso me hizo recordar, que la llave se guardaba en mi gabardina. La saque y ya no quemaba, entonces la introduje en el picaporte y con miedo que hacía que mis manos temblaran la gire, un crujido recorrió la puerta y se abrió. Dudo mucho en entrar, no sé que hay detrás de esa puerta, no sé si estoy preparada para esto. Judá se desespero y empujo la puerta y dejo ante mi vista, cuatro paredes pintadas de gris opaco, una cama, un colchón sin cobijas, un buro y miles de kilos de soledad.

Entré y me sentí una aguja en un pajar, la habitación no era grande pero la cantidad de soledad que siento se ha acumulado aquí me hace sentir ahogada. No hay nada a lo que aferrarse, no hay nada que te recuerde tu vida pasada, tu segunda vida siendo humano. Judá se sienta en la cama y una estampida de rechinidos comienza a salir, me hace sentir miedo; cruza las piernas y me mira, riéndose, no me he movido de donde estoy y simplemente observo detenidamente mi perdición. No hay ventanas, es entendible, porque estamos bajo tierra, estamos encerrados entre tierra y más tierra, lo que hace que el calor sea más intenso. 

 Doy un paso hacía adelante y acepto lentamente mi realidad, avanzó tentativa hasta Judá y me siento a su lado en mi nueva cama, y ambos observamos la puerta abierta y la pequeña habitación, el silencio es tan penetrante que podrías escuchar como una alfiler cae al suelo. Aunque no deba aceptarlo, estoy ansiosa por saber que es lo que quiere hacer Judá o que es lo que quiere decirme, cuando me habla es inevitable que mis hormonas no sufran un ataque de energía; es inevitable no sentir un éxtasis cada que me ve.

No puedo seguir con este silencio, entonces le pregunto:

-Tu también tuviste una habitación como esta cuando llegaste?-Se lo pregunte sin mirarlo, el contacto visual con él es una de las cosas que más hacen que mis piernas flaqueen.

-Si, pero cuando llegué aquí, no había cama, teníamos que dormir en el suelo.-Dijo, serio. Las cosas se ha ido modificando durante el tiempo va pasando, si Judá ha podido superar la etapa difícil es casi pan comido que yo lo haga. Me sorprende la tranquilidad con la que habla de su miserable vida en este mundo, es como si por más difícil que fuera vivir aquí no logrará lastimarlo ni siquiera un poco; a veces pienso que cuando existe un silencio entre nosotros, la mente de Judá se atiborra de recuerdos dolorosos y hacen que su mirada se endurezca. Necesito romper el silencio:

-¿Qué es lo que tenías planeado hacer? lo menciono el gran señor-Dije, con inocencia claramente intencional.

-Zoe, no finjas que no sabes, no finjas ser tonta, lo eres.-Dijo, maldita sea su jodida forma de ser amable.

-Si sólo te la pasarás siendo un imbécil, puedes irte, no me interesa.-No me salía ser insensible. Se levanto, recorrió mi dormitorio con la mirada y al final acabo posando sus penetrantes ojos en mi. Odio la facilidad con la que utiliza su mirada para hacerme dudar de mi resistencia. Con mirada suspicaz, dijo:

-Levántate.-Fue más una orden que una invitación. Lo hice porque quiero saber como terminará esto. Continuo:

-Acércate, tonta, tengo que decirte todo paso a paso?-Dijo, maldito indiferente sin corazón. Me acerque, molesta, tratando de intimidarlo pero claramente se que nunca lo lograré.

 Estamos lo suficientemente cerca para sentir como su respiración choca con mi cara, su aliento tiene una combinación embriagante a menta y puro, de sólo imaginar lo sexy que se vería el puro entre sus labios, enloquezco. Sus manos rozaron mi gabardina y sentí como una descarga eléctrica me recorrió completa, mi ser se ha vuelto susceptible a cualquier contacto que venga de él. ¿Porqué tarda tanto?¿Porqué demonios no hace algo, muero de ansias? Y entonces en un intermedio que tuvo mi cuerpo después de la descarga eléctrica que me causa su ser, Judá me tomo por el rostro y presiono sus labios contra los míos, me estaba besando algo que esperaba que hiciera desde hace tanto tiempo. Cuando me beso pude sentir el infierno. Me llevo en un par de segundos a todos los lugares prohibidos que siempre he evitado hasta que llegue aquí, es justo ahora cuando entiendo que las personas sucumbimos al pecado. 








un ángel entre sus pechos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora