1. Arañazos

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-¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!- Gimo cada vez que me embiste. Los asientos de cuero suenan cada vez que nos movemos. Alessa me mira fijamente, la excitación en sus ojos me deja sin aliento.

Hace movimientos circulares dentro de mí, dándome nuevas sensaciones que hacen que me arquee. Le araño la espalda cuando siento como se acerca el orgasmo, ella gruñe y me muerde el labio.

-¡S-Sara!- Noto la tensión en su voz. Echo la cabeza hacia atrás mientras gimo del enorme placer, ella grita mi nombre haciendo que mi orgasmo sea mayor.

Respiro con dificultad y ella cae sobre mí.

-Te he arañado... otra vez...- Digo con voz entrecortada. Le acaricio su suave pelo.

-Si...- Responde ella contra mi clavícula.- Y ha sido genial.

Noto como me muerde un poco, rápidamente me retuerzo y empiezo a reír. Me incorporo un poco, lo suficiente como para apoyarme en la puerta cerrada. Alessa pone las manos a ambos lados de mi cabeza, es decir, en la ventana empañada del coche.

-¿A dónde crees que vas?- Dice levantando una ceja y con voz seductora. Me muerdo el labio inferior y le acaricio la cara. Noto como baja todas las defensas cuando le da un repaso a mi cuerpo. Bien.

Me lanzo a su cuello, no se lo espera y caigo sobre ella. Apoya sus codos donde puede.

-Tu... Estas muy juguetona últimamente. - Dice a la vez que se incorpora y acabo sentada a horcajadas sobre ella. Me besa, explorando mi boca y jugando con mi lengua mientras sus manos pasean por mi cuerpo. Yo le enredo aun más el pelo. Nos separamos para coger aire.

-Se suponía que veníamos a ver ardillas.- Frunce el ceño y me acaricia la cara con ternura.- ¿Que estás haciendo conmigo?


Unas horas después

Aparco mi precioso Tesla en el garaje y me giro hacia Alessa, no puedo evitar un gran bostezo. Hace solo un par de días que me he mudado a su casa y no hemos dormido precisamente... Se me quita el sueño cuando veo algo saltar a la cabeza de Alessa.

-¿Que demon...?- Dice ella al notarlo. Mira fijamente el espejo retrovisor.

A mí me da un ataque de risa cuando veo la ardilla en su cabeza. Saco el móvil y le saco una foto, el flash llama la atención de la ardilla que me mira fijamente.

Me salta encima y grito un poco de la sorpresa, me choco con la puerta abierta al echarme hacia atrás y caigo al suelo de bruces. La ardilla salta sobre mí y corre hacia el bosque. Alessa se acerca a mí mientras intenta no morir de risa. Rio en el suelo y ella cierra la boca.

-¿Te has hecho daño?- Dice arrodillándose junto a mí.

-No.- Digo pero ella me coge en brazos y cierra la puerta del coche con la pierna.

-Apuesto a que te has hecho daño.

-Apuesto a que solo querías cogerme en brazos.

-Menos mal que no he apostado nada...

Sonrió mientras me lleva a casa. Sube las escaleras de tres en tres, ¿cómo puede subir así conmigo en brazos? Me deja en la gran y lujosa cama con dosel, cosa que me encanta y ella lo sabe.

Va al baño donde veo el gran espejo frente al lavabo con nuestros cepillos de dientes y más allá la gran bañera negra que es exactamente igual a la que tiene en su familia. Pensar en ello hace que tiemble, lo que ocurrió después de esa noche... No quiero recordarlo.

¡Ámame Como Yo te Amo! ¡2! - Diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora