6. Desaparecidos

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Una hora... Hace una hora que Alessa se está ahogando en el pacifico. ¿Y si alguien ha entrado en pánico y la ha ahogado intentando permanecer a flote? ¿Y si no ha podido quitarse el cinturón? ¿Y si no ha sobrevivido a la caída? Una hora... Hace una hora que el avión de a estrellado y nadie va a ayudarles... Noto como el suelo da vueltas.

-¡Sara!- Gritan cerca de mí. Noto algo frió que choca contra mi cara.- ¡Por favor un medico! ¡Un med...!


Abro los ojos en un sitio que no conozco y cojo aire como si me fuera la vida en ellos. Algo me agarra las manos, luchó contra ello.

-Alessa, Alessa.- Repito.

-Tranquila cielo, tranquila.- Dice mi madre.- Estas en casa, estas en casa

-El aeropuerto... ¿Ha sido un sueño?- Digo mirando a mi madre con esperanzas.

-No cielo. No ha sido un sueño. - Dice acariciándome el pelo.- Descansa un poco cielo, has tenido un ataque de ansiedad en el aeropuerto y tus amigos te han traído.

No puedo descansar, se que si cierro los ojos me atormentaran imágenes y pesadillas del vuelo.

-¿Donde están?- Le pregunto. - Los chicos...

-Se han ido ahora mismo. Yo... Lo siento muchísimo cielo, se que la querías. Pero no cometas el error de perder la esperanza.

-Gracias mama.- Le digo llorando.- Yo... No sé qué hacer... Me siento tan impotente...- Puede parecer una estupidez, pero hace mucho que no me sincero con mi madre como ahora.

-Lo sé cariño, lo sé. Sé que debe de ser duro pero lo mejor es esperar a que ellos hagan algo. Nosotros no podemos hacer nada...

-Mama... ¿Puedes traerme un té?

-Claro cielo.- Dice dándome un beso en la cabeza.- Te subiré un té rojo.

-¡No!- Digo demasiado alto.- Uno rojo no, cualquiera menos rojo.

No puedo quitarme de la cabeza los últimos momentos que pase con ella, hablamos de la película de risa, el té rojo, la apuesta... No puedo quedarme sola, todos los pensamientos, las imágenes, todos vuelve. Llamo a Vero, lo coge casi al instante.

-¿Sara?

-¿Vero estas con los chicos?

-Sí, vamos en dos coches. ¿Qué tal te encuentras?

-Yo... ¿Crees que tendrás muchas cosas que hacer? Es que... Yo... N-No puedo estar sola, todo...- Empiezo a llorar de nuevo.- Siento ser tan débil...- Digo entre sollozos.

-Ahora mismo vamos. Y ¿débil? No estás siendo débil, es normal que tengas esta reacción.

-¿De verdad?

-Pues claro, Sara. Eres mucho más fuerte de lo que creía. - Se queda un rato en silencio.

-¿Vero?

-Joshua acaba de tener una idea. ¿Qué te parece si nos quedamos a dormir todos con sacos de dormir? Así no estarás sola y te apoyaremos si tienes una pesadilla.

-¿De verdad? ¿No les importaría hacer eso?

-Somos una familia, ¿recuerdas?- Oigo a Joshua decir.- Y nos apoyamos en momentos feos.

-Gracias... Muchas gracias.

-Ana y yo iremos ahora, los demás ir a por los sacos.- Oigo decir a Mark. Justo en ese momento mama sube con un té verde.

-Mama... ¿Pueden quedarse a dormir los chicos? Sé que son muchos pero...

-No digas mas, pues claro que pueden quedarse, ahora mismo necesitas compañía.

-Gracias mama, de verdad.


Minutos más tarde

Ana y Mark aparecen en casa con una gran mochila llena de dulces, regaliz, y alcohol, mucho alcohol. Me apropio la botella de ron y cuando llega Vero me convence de que coma algo para que no me siente mal. Por suerte mama no se asoma para mirar como estamos. Joshua duerme a los pies de mi cama, hecho un ovillo sobre Mark. Sobre la alfombra, Dani y Max acaban con las últimas gotas de alcohol. Yo estoy entre Vero y Ana.


A la mañana siguiente

Noto como algo me aplasta.

-Mierda Joshua, la vas a despertar.- Oigo. Abro los ojos para ver a Joshua tirado sobre mí. Me encuentro con los ojos de Mark.

-Hola... Perdona, no quería despertarte.

-No pasa nada.- Mark esta vestido mientras que los demás siguen durmiendo.

-Estas vestido...

-Oh. Si. Me he levantado antes para deshacerme de las botellas antes de que tu madre despierte.

-Es verdad... Gracias.

-No es nada. Y en cuanto a este.- Dice mirando a Joshua con cariño.- Cuando he vuelto ya estaba ahí.

-No importa.- Digo saliendo de la cama.- ¿Vamos a ver las noticias?

-Claro, vamos.


Quince minutos después

Empiezo a desesperarme, ya deberían haber dicho algo del accidente. Mark me da un plato de tostadas, no tengo hambre pero me obligo a comer por ellos... Por Alessa. Los demás bajan en cuestión de minutos.

-Me has abandonado. - Se queja Joshua.

-¿Yo? He salido un momento y cuando he vuelto estabas sobando a las chicas. - Oigo el sonido del beso y me concentro en la tele. Afortunadamente no se dan muchos mimos delante de mí cosa que realmente les agradezco. Entonces veo la noticia del avión. Subo el volumen. No dan nueva información pero si dicen que ya se puede ir a reconocer a las víctimas. Salto del sofá y subo corriendo a vestirme, bajo en segundos con cualquier cosa puesta.

-Vamos, tenemos que ir.

-¿Y Nicole?- Dice Vero.

-Seguirá dormida, le dejare una nota.- Digo cogiendo papel y boli y escribiendo un resumen.

Max conduce rápido pero seguro, no tardamos en llegar. El lugar es improvisado, una gran carpa de tela tapa los cadáveres mojados. Camino a paso rápido frente a ellos, buscando la cara que tanto amo entre el mar de muertos. No esta... ¡Gracias al cielo no está! Cojo una gran bocanada de aire. Me acerco a los chicos y cuando vea a una del lugar pasar me pongo delante de ella.

-¿Donde están los supervivientes? ¿En qué hospital?

-Han sido repartidos según su gravedad, algunos han sido ingresados en Rusia.

-¿Sabría donde han ingresado...?

-Lo siento, yo no tengo acceso a esa información.

-Gracias de todas formas.

Enciendo el móvil, busco los hospitales que hay y a donde la han podido llevar pero hay demasiados.

-No te preocupes Sara, Alessa está bien.- Me dice Ana.

-¿Y si está entre los desaparecidos? - No puedo parar de pensar en lo peor que le haya podido pasar.

¡Ámame Como Yo te Amo! ¡2! - Diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora