21. La celda

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-Bien.- Dice Ana rompiendo la atmosfera de Mark y Joshua. - Deberíamos ir ya, no tenemos mucho tiempo.- Respiro hondo.

Voy a por ti, Alessa.

Los chicos sacan pistolas, y artilugios que no conozco. Lo ponen todo sobre la mesa del salón y repasan lo que parecen claves silenciosas, es decir, con gestos. Intento memorizarlos pero son demasiados.

-No te preocupes.- Dice Mark a mi lado.- Yo iré contigo así que no tienes que aprendértelo todo corriendo.

Asiento. Menos mal... Mi corazón late a mil por hora aunque aun no hayamos salido, la expectación de ir por ella, de estar juntas al fin... No puedo esperar.

-Vale, todo listo. Vayamos.- Dice Joshua.

-Yo seré la guía.- Dice Ana. Joshua y Mark asienten y cogen cada uno una mochila llena de artilugios. Me hacen cambiarme de ropa y que me ponga todo negro, para ocultarme mejor. Una vez listo nos dirigimos a las motos.

El viaje se me hace interminable, quiero llegar a ella ya. El viento en la cara me ayuda a despejarme y eso es genial. Cuando estamos llegando, Max, que va delante, hace un gesto y todos apagan las luces. Por un momento entro en pánico, ¡nos vamos a chocar! Pero el golpe nunca llega, Joshua se desvía por un camino secundario.

-Todo controlado.- Me dice con una sonrisa. Suelto el aire que estaba manteniendo. Entonces veo la fabrica, lúgubre, vieja y espeluznante.

De repente Joshua desaparece y Mark me agarra del brazo. ¿Cómo demonios se mueven tan rápido en plena noche? Mark me guía hasta una zona y espera a que los demás también se coloquen. Veo como hace señas y saca la pistola. Algo se mueve alrededor del edificio rápidamente. Ana.

-Vamos.- Me dice Joshua. - Ve detrás de mí.

Asiento y cuando se levanta me pego a él, miro a todas partes, nerviosa. Somos los segundos en entrar, Joshua es el último. Va solo pero noto como Mark mira hacia el varias veces, igual que Joshua que mira repetidamente hacia nosotros.

Noto como Mark suspira y nos movemos a una zona donde tenemos que estar de cuclillas. Oigo voces, cuando veo que Mark va a abrir la puerta donde están le detengo. El me mira con cara rara.

-Hay dentro hay gente, puedo oírles.- Mark parpadea sorprendido.

-¿En serio?

Asiento.

-Joder, creíamos que solo Alessa tenía el oído tan fino...- Mientras lo dice hace gestos a los demás para advertirles. No estamos solos. Noto como Mark camina más cautelosamente, y yo intento no hacer ruido y pisar poco a poco por sea caso.

De repente Mark me tapa la boca con la mano y me pega a la pared. Entonces lo oigo, pasos. La persona que viene, carga un arma. Pasa delante de nosotros mientras solo presta atención a su arma. Desaparece detrás da la puerta. Mark quita la mano de mi boca y se mueve rápido, intento seguirle pero tengo que ir despacio para no tropezar o caerme de bruces al suelo. El se da cuenta y me ayuda un poco.

Por fin, veo unas escaleras pero Ana niega con la cabeza. Recorremos un gran pasillo, y después otro. Mi corazón sigue palpitando demasiado rápido, mi respiración también es un caos. Ella esta aquí, ella esta aquí.

Rodeamos una habitación sin entrar a ella y veo como Ana levanta algo del suelo. Todos entran rápidamente, yo vacilo un poco. Esta muy oscuro.

-Vamos, te agarrare desde abajo.- Dice Mark antes de saltar. Cojo aire y pienso en Alessa para darme valor. Salto y me tapo la boca para no gritar. Me caigo. Me caigo. Pienso, pero entonces unas manos me agarran y me ponen de pie.

Sigo a Mark por los oscuros y húmedos pasillos, pisando poco a poco y despacio. ¿Donde estamos? Un rato después veo la parte trasera de las escaleras. Donde deberían estar las paredes hay celdas antiguas, pero con fuertes barrotes de hierro oxidado. Son húmedas, sucias y con un olor fétido horrible, parece haber millones de celdas. Pero solo una que importe.

La veo, la veo al fin. Tiene las manos sobre la cabeza, atadas a unas cadenas que le aprietan. Las cadenas le obligan a estar de puntillas para llegar al suelo. Tiene la cabeza caída hacia delante, no puedo verle la cara. Tiene la toalla puesta, pero esta ennegrecida y rota en varios lugares.

Su pelo esta húmedo y horrible alrededor de su cabeza. Esta muy pálida y me inquieto cuando veo que no se mueve. ¿Esta respirando? No lo pienso y voy hacia ella, justo en ese momento algo suena arriba y Mark vuelve a agarrarme para echarme hacia atrás.

Alguien baja con un arma, no le veo la cara pero si la espalda. Giro la cabeza y parpadeo varias veces. Alessa... ¡¿No está?! ¡¿ Qué demonios?! La persona también se sorprende y abre la celda. Justo cuando se acerca al lugar donde estaba ella, algo se desliza contra el cuello del hombre. Oigo un crujido y el cuerpo sin vida del hombre cae. Alessa cae encima de él.

Veo como intenta levantarse pero se tropieza, tose y escupe sangre. Le cuesta respirar, cuando me acerco a ella, apenas mantiene los ojos abiertos. La toco y se tensa, abre los ojos y se prepara para atacarme pero se paraliza cuando ve que soy yo. Ella está muy fría, y mojada. Parece no tener fuerzas, y está muy débil.

-Estoy aquí mi vida.- Le digo mientras la siento y me quito la chaqueta para ponérsela. Ella lucha por mantenerse consciente. Agarro uno de sus brazos y lo paso sobre mis hombros. Me levanto y la mantengo de pie junto a mí. Le tiemblan las rodillas. Me mira fijamente, incluso cuando otra persona con un arma baja y Mark lo noquea ella no deja de mirarme. Creo que intenta mantenerse de pie para ayudarme...

-Vamos nosotros primero. - Esperar un poco.- Dicen Mark y Joshua antes de subir las escaleras desaparecer. Ana se queda con nosotras. Ana abre su mochila y me da un aparato redondo.

-Si por alguna razón nos separamos y te ves en un apuro, aprieta esto y tíralo. Creara una nube de humo, tapate la boca y la nariz para respirar mejor.

Asiento, y lo meto en el bolsillo.

-Tardan... Demás...- Alessa intenta hablar pero parece que le duele demasiado y no puede acabar la frase.

-Iré a mirar.- Dice Ana. Se detiene junto a la puerta, parece estar valorando algo.- Sera mejor que vayamos juntas.

Alessa se esfuerza en subir las malditas escaleras, veo como le duele, contrae la cara cada vez que dobla las rodillas. Una vez arriba Ana abre la puerta y nos muestra la batalla campal pero silenciosa que se ha armado.

Nada más abrir la puerta alguien dispara hacia nosotras pero Alessa nos empotra a Ana y a mí contra la pared, la bala pasa donde antes estaban nuestras cabezas. Rápidamente Ana abre fuego, Alessa me mantiene contra la pared, de repente noto como cae así que la agarro como puedo y la siento en el suelo. Mierda, ¡ella está muy débil! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡¡YA!!

¡Ámame Como Yo te Amo! ¡2! - Diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora