16. El bar

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-Como plata liquida...- Digo con tristeza y añoranza. De repente un montón de recuerdos vienen a mi cabeza. Sonrió pero se me escapa una lágrima.

-Te necesito...- Le susurro a la luna. Por favor ayúdame a encontrarla. Pienso. Por favor, la necesito.


A la mañana siguiente

Cuando despierto Joshua le esta rogando a Mark que le deje dormir cinco minutos más. Miro al cielo, el sol ha sustituido la luna. Cuando pienso en ello me parece algo infantil pero es algo que mi madre me enseño hace mucho tiempo. Es un deseo que solo se puede pedir una vez, por eso tiene que ser algo importante y para mí no hay nada más importante que Alessa.

-Joshua nos hemos dormido. Ya es la hora de comer y pronto llegaremos a Stanbury.

-¿Cuanto falta?- Les pregunto con voz adormilada.

-Unos diez minutos, el tiempo justo para recogerlo todo.

Asiento. En ese momento alguien toca la puerta.

-Ya casi estamos en Stanbury, ¿habéis recogido todo?- Oigo a Ana decir.

-Si.- Digo con voz aun dormida.- ¿Donde nos vamos a quedar?

-Ayer a la noche encontramos el teléfono de una especie de posada bastante barata y muy bien equipada. Ya he reservado.

-Bien.- Dice Mark.- Cuando bajemos llamare a un taxi.


Horas más tarde

La posada no está nada mal, es limpio y el personal es muy amable, más incluso que el de muchos hoteles. Es increíblemente barato así que nos hemos decidido por tres habitaciones. Me ha costado convencerles de que me dejen dormir sola pero lo he conseguido.

Cuando dejo todo el pesado equipaje me siento en la cama y suspiro. Alessa... Lo siento tanto... Estas huyendo de mi porque te hice daño, ¿verdad? Lo siento tanto... Niego con la cabeza. Cuando antes salgamos antes la encontraremos. Respiro hondo y me pongo una máscara de felicidad. Salgo de la habitación, Ana y Joshua me agarran cada uno de una mano y me llevan a un restaurante cercano.

Es muy tarde y para cuando acabamos de comer miro por la ventana y vuelvo a ver la luna en el cielo. Ha oscurecido sin que me diera cuenta. Miro fijamente la luna, me recuerda a ella. La oscuridad la rodea pero aun así ella sigue brillando. Es justo como ella. Aun cuando su infancia ha sido horrible, y su adolescencia mucho más dura y difícil que la de los demás ella sigue adelante.

Vuelvo a recordar cuando me dijo que yo era su pilar, el motivo por el que sigue aquí. Tengo un mal presentimiento, me duele el pecho y se me revuelve el estomago.

-Por favor. - Rezo de nuevo en bajito. - Que no haya hecho ninguna tontería.

-¿Pedimos postre? -Pregunta Joshua.

-¿Es que acaso puedes comer más?

Dejo de escuchar. Me duele la cabeza y mi estomago sigue revuelto. Cuando se acerca el camarero le pido una manzanilla, los demás se piden algo llamado "Muerte de chocolate" que es un brownie de chocolate rodeado de mousse de chocolate y encima chocolate fundido. Me recuerda a Alessa.

Se me hace un nudo en la garganta. Intento pensar en otro cosa para no llorar, justo en ese momento me dan mi manzanilla y me concentro en ella. No quiero pensar en nada más así que aprieto las manos contra la taza caliente.

Esta tan caliente que me quema pero así al menos no pienso en Alessa, el dolor de la quemadura es muy diferente a la agonía que siento cuando recuerdo que ella no está junto a mí y que eso es por mi culpa.

Después del postre y de pagar los chicos proponen ir a un bar que han oído por la calle y que el camarero nos ha recomendado. Acepto rápidamente, me vendrá bien un poco de alcohol. El bar está un poco lejos y es enorme, las luces de neón se ven desde lejos.

Dentro el aire acondicionado nos refresca y me sorprendo al ver que el ambiente es completamente diferente. Mesas medianas pero con mucha separación entre ellas, el suelo de madera, la gran barra... Me gusta este sitio. Nada mas acercarnos a la barra todos pedimos una cerveza.

A mí no me gusta la cerveza pero aun así me la acabo primero. Los chicos hablan y hablan, yo me canso de esperar y pido mi primera copa. El alcohol me arde cuando baja por mi garganta pero de alguna manera es placentero.


Un rato después

No sé qué copa es esta... He perdido la cuenta. Inclino el vaso y noto el sabor del alcohol de nuevo, es como si me hubiera acostumbrado al sabor así que pido algo aun más fuerte. No sé qué ocurre a mí alrededor, no sé donde están los chicos ni si seguirán aquí. Solo miro como el camarero pone delante de mí mi copa, hecho un buen trago, noto la boca adormilada y el fuerte sabor del alcohol me hace cerrar los ojos.

De alguna forma es como si Alessa estuviera aquí, oigo su fina risa junto a mí. Lo que hace un unas lagrimas empiecen a derramarse, cada vez mas y mas rápido. Aparto la copa torpemente y golpeo la frente en la barra para llorar con cierta privacidad.


Minutos después

No sé cuánto tiempo ha pasado. Me da igual. Ella no esta aquí, y ella es la única que puede llenar en agujero en mi alma.

-¿Mal de amores? - Una voz grave dice frente a mí. Levanto la vista para ver al camarero secando un par de vasos. Cuando ve mi cara saca un paquete pequeño de clínex y me lo entrega. Me limpio antes de contestarle. Intento hablar pero mi voz suena horrible así que simplemente asiento.

-Yo...- Digo al fin.- He sido una estúpida.

El camarero asiente como si comprendiera. ¿Cuántas historias le habrán contado? Es joven así que no muchas, pero parece tener experiencia.

-¿Habéis cortado?- Dice dejando ese vaso y cogiendo otro.

-Algo así... Le dije que se fuera y que no volviera...

-Y lo hizo.

-Y-Yo no me esperaba que lo hiciera.

-No te he visto nunca por aquí, ¿de dónde eres?- Frunce el ceño.

-No soy de aquí. Hemos cogido un tren hasta aquí.

El camarero asiente.

-Como la otra que estuvo aquí y se fue con mi hermano.

-¿Como pude ser tan estúpida? Ella es todo lo que siempre he querido y yo...- Vuelvo a golpear la cabeza contra la barra. Como el camarero no dice nada levanto la vista. Me está mirando fijamente.

-¿Ella?- Dice.

-Sí. Sé que es raro pero mi pareja es una chica.

El camarero sonríe.

-Ojala todos lo admitieran así de rápido.

Saco el dinero.

-Voy a pagarte ahora porque sino...- Digo torpemente. El camarero asiente y se dirige a la caja.

-¿Qué es eso?- Exclama Max y señala junto a la caja.

-Oh esto.- El camarero mira en la misma dirección. - Son fotos del aniversario, lo celebramos hará ya unos días.

-¿Puedo verla?

-Sí, claro.

Todos nos acercamos a Max, yo me tropiezo con el taburete y me caiga, alguien me agarra y me muevo entre la Ana y Mark para ver algo.

-¡Es ella!- Oigo a Joshua.- Esta chica.- Señala a una chica de la esquina.- ¿Sabes quién es?

Acerco mi cara a la foto, el alcohol ha hecho que tenga la vista algo borrosa y no veo bien. Abro los ojos como platos. ¿Qué...? ¡Es ella! Estaba saliendo por la puerta justo cuando tomaron la foto.

¡Ámame Como Yo te Amo! ¡2! - Diferentes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora