Es lunes por la mañana, tengo que ir a mi nuevo instituto en la ciudad de Madrid, tan solo hace dos días nos mudamos con mis padres y hermana.
Esto de cambiarse de casa y ciudad nunca me ha gustado, ya que tenía que hacer nuevos amigos y en ese aspecto, para mi no era tan fácil; soy un poco tímido. Tengo 16 años, soy un chico de pelo castaño, corto y mis ojos son color verde. Mi contextura es delgada y mi altura es mediana, 1,70. A mi edad es algo típico que tus padres pregunten "¿cuando la novia?", Yo nunca respondo a esa pregunta, ya que el amor aún no es mi interés.
Son exactamente las 8:00AM, me levanté rápidamente, me duche y me puse lo más cómodo de mi armario, o mejor dicho algo con lo que yo me sintiera satisfecho, consiste en una playera blanca, un vaquero rasgado en las rodillas y mis típicas e infaltables converse negras.
–¡sophie!, Rápido, que llegaremos tarde si te sigo esperando –grite, ella es mi hermana, vamos en el mismo instituto y es un año menor que yo.
–que ya voy, ¡eres muy alterado! –dijo bajando las escaleras, alzando los ojos en blanco.
Al llegar al instituto mire a mi alrededor, y pude apreciar a todos esos estudiantes en sus respectivos grupos. Ah mierda, solo espero conocer a alguien amable y ya.
–tom, iré a socializar –dijo sophi llamando mi atencion, (¿por que para ella es tan fácil?) Claro, es lo contrario a mi. Por cierto mi nombre es Thomas, pero con que me digan Tom me basta–tu deberías hacer lo mismo, bueno ciao hermanito –me lanzó un beso.
Nervioso comencé a caminar a mi primera asignatura, y sin darme cuanta por lo distraído que soy, tropecé con un chico.
–L-lo siento –dije nervioso, la idea no era tener problemas el primer día. El chico nisiquiera me tomo en cuenta y siguió su camino, «uff, que bien».
Seguí mi camino a la clase de biología, pero al parecer he llegado tarde porque el profesor ya estaba dentro explicando actividades, le di tres golpes a la puerta con mis nudillos y todos en el aula voltearon a mi.
–emm.., hola, ¿puedo pasar? –pregunte.
–¿eres nuevo o algo? –me pregunto el profesor, yo asentí lentamente–bien, pasa, pero para la próxima llega a la hora o si no te irás a dirección.
Volví a asentir temeroso y camine hasta el único puesto vacío, que era al lado de una chica pelinegra con su flequillo rubio, que buen look. Que buena suerte tuve al no presentarme, ¡gracias hombre calvo!. Me senté al lado de la pelinegra dejando mi bolso a un lado. Espero que ella me hable, porque yo no lo voy hacer, encerio mi timidez me lo impide.
–no le hagas caso –me dijo la chica.
–¿a-a quién? –pregunte sin entender.
–a míster bernz –dijo sonriendo apuntando al profesor, que si tenía un parecido a míster bernz de los Simpsons.
–vale... –le sonreí.
–oh, disculpa por no presentarme, soy Sam –me tendió la mano.
–yo soy Tom –le correspondi el saludo.
–bueno Tom, como ahora soy la única persona que conoces aquí, ¿te apetece luego acompañarme a la cafeteria?.
–s-si, claro –respondi contento.
Al termino de la clase del sñ. Bernz, haci es como decidí llamarlo, con Sam fuimos a comer algo a la cafetería, cuando llegamos ella se acercó a una mesa con 3 chicos y nos presentó.
–nuevo, chicos. Chicos, nuevo.
–hola, soy matthias, pero solo dime Matt –dijo el primero, un chico con gafas grandes y una gorra de lana, parece majo.
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amor de un adolescente perdido
Teen FictionThomas Harris. Nueva ciudad. Nueva casa. Nuevo instituto. Nuevos amigos. En fin, vida nueva y un amor no correspondido. Thomas se enamora de Lukas y por el destino o cosas clichés de la vida terminan juntos, pero James, el padre de Thomas no los dej...