CAPÍTULO XXI: DECEPCIÓN

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NARRA THOMAS

“recuerda este momento para siempre Thomas, porque este momento es solo de nosotros dos”

¿por que Julián diría eso?, ¿era Julián no? Miles de preguntas recorrían por mi cabeza, estaba más que confundido con lo que acababa de pasar. Después de un rato aún seguía sentado en la cama, me decidí por buscar a Julián y preguntarle porque hizo aquello, encerio fue muy extraño, pero... Me gustó.

Salí del cuarto y camine por el pasillo, cuando bajaba por las escaleras choqué con una pelirroja, que iba bastante tomada y Julián le seguía o eso creo...

–¡ten más cuidado inútil!  –dijo la chica.

–lo siento, ¿julian?

–¡Thomy!, ¿Qué haces aquí?

–te buscaba... ¿quien es ella?

–N-nadie.

–hola, soy Molly –se presentó la chica.

–hola, yo soy Tho...

–Thomas, si lo sé.

–ya Molly ve por hay que yo quiero estar a solas con mi novio.

–¿novio?, Tks.

–¡ya vete!

La tía bajo las escaleras, algo ¿enojada?

–y ¿que hacias aquí Tom?

–pues ya te lo dije, te buscaba.

–te dije que esperaras, que iría por unos tragos.

–un momento... ¿Entonces tú no eras el de la habitación de allá...?

–¿de que me hablas Thomas? 

Entonces lo entendí, no era Julián ese, pero entonces... ¿quien coño era?

–nada... Solo olvídalo. ¿Bebamos unos tragos ahora?

Julián asintió y bajamos para ir a la cocina. Cuando llegamos tome una botella de vodka y la puse frente a sus ojos.

–quiero beber de esto.

–vale... Dámela –tendio su mano.

–no, tranquilo yo te sirvo, tu solo siéntate y espérame.

Suspiró y yo fui a por vasos, tome dos que estaban en el mesón y comencé a echarle el líquido. Miré nuevamente donde Julián, no estaba pendiente de lo que yo estaba haciendo, era perfecto. Saqué la bolsita con el polvo que me dio José y le puse solo un poco, revolví y volví donde Julián sin sacar mi mirada de su vaso para no confundirme.

–ten –le tendí el vaso, se lo tomó de un solo sorbo.

La noche seguía, todo el mundo bailaba y estaba vuelto loco, era el mejor cumpleaños que había celebrado, nunca antes había hecho una fiesta o algo con amigos, mi padre no me dejaba.

A Julián se le veía agotado, seguí bailando con él sin parar, hasta que...

–Thomas me siento algo cansado.

–¿quieres que nos vayamos?

–si.

Me despedí de los chicos y volvimos a casa con Julián. Estaba todo oscuro, tropezamos torpemente cuando nos empezamos a besar, noté que no era el mismo beso de antes, este me desagrada.

–shhu... No hagas tanto ruido –tape la boca de mi acompañante cuando comenzó a reír.

Asintió aún riendo, caminamos hasta mi habitación y nos tendimos en mi cama sin dejar de besarnos, quité el antifaz de mis ojos y le quité el de él, ahora si podía ver sus escalofriantes ojos negros.

amor de un adolescente perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora