»11 años atrás«–sophi abre... No hagas tanto ruido cariño... Tenemos que sorprenderlo...
Decía la madre del pequeño Thomas, era un 31 de octubre cuando el ojiverde cumplía 6 años. Él niño estaba con sus ojos entreabiertos esperando a que su familia entrará por esa puerta, él sabía que lo querían sorprender. Pero claro no sería del todo sorpresa porque su pequeña hermana le había dicho lo que harían.
–¡sorpresa! –gritaron ambas mujeres al entrar.
Thomas se hizo el sorprendido, ya que el prometió a su hermana que no la delataría por haberle contado sobre su sorpresa. Sonrió feliz cuando comenzaron a cantarle, vio a su madre y hermana, pero alguien faltaba.
–¿y mi padre donde esta? –pregunto después de apagar la seis velas puestas en la tarta.
–ay cariño, él tiene mucho trabajo. Pero dijo que te desea un muy feliz cumpleaños.
A Karen se le partía el corazón mentirle de esa forma a su hijo, pero más doloroso sería decirle que su padre olvidó su cumpleaños. El día transcurrió normal, Sophie y Thomas jugaban con sus nuevos disfraces que saldrían a pedir dulces en el pequeño pueblo que vivían. Eran las 7:35 PM cuando salieron de casa con sus pequeñas calabazas, pasaban casa por casa con su madre cuidándolos, a ella le hacía muy feliz ver a sus pequeños divertirse. Todas las casas en ese lugar eran muy rústicas, habían personas que las adornaban con telarañas y chucherías de Halloween.
Volvieron a casa a las 8:00 PM, los niños estaban muy felices ya que traían dulces en todas partes. Thomas y Sophie se sentaron en el sofá enfrente de una pequeña tele, la encendieron y enseguida aparecieron películas con temáticas de terror, a su madre no le gustaba que vieran esas cosas porque después tendrían pesadillas. Les apagó la televisión y los niños reclamaron por aquello.
–no me gusta que veáis esas cosas –dijo severa la madre.
–pero mamá si ya estoy grande –le hizo un puchero el ojiverde.
Karen tomo asiento en medio de sus dos hijos, sacando un dulce de estos para saborearlo.
–no quiero que tengáis pesadillas –los abrazo.
–vale... –dijeron al unísono.
–os quiero pequeños –le dió un beso a cada una en la frente–ahora vayan a dormir, es muy tarde para que los niños estén despiertos. Pero primero cepillen sus dientes
–¡pero mamá es Halloween! –chillo Thomas, su madre le puso su mirada y este resignado asintió.
Su madre fue primero a darles las buenas noches a su hija para luego ir donde el cumpleañero.
–buenas noches pequeño –lo acobijo y le dio una beso en la coronilla.
–mamá, ¿por que mi padre no me saludó?
–ya te dije, tiene mucho trabajo.
–no es cierto, el ya no me quiere.
–no digas eso amor. El te adora solo que trabaja demaciado para darnos lo mejor.
El castaño asintió y se acomodo para dormir. Eran exactamente las 9:05 PM y su esposo aún no llegaba de "trabajar", ella sabía perfectamente que no estaba haciendo eso, ya hace un tiempo comenzó a sospechar de que su marido la engañaba. La brisa de la noche corría solo se veían a algunos niños pasando por las casas, pequeñas y frágiles gotas comenzaron a caer desde el cielo.
Karen cerró la puerta principal y se dejó caer sobre un sillón, pasaron unos minutos y el cansancio le gano quedándose domirda. Un chirrido de la puerta la hizo despertar solo había pasado media hora desde que cayó al sueño. Siguió los pasos que iban a la habitación matrimonial, hay fue donde encontró a su marido.
–¿donde estabas?
–por hay –dijo este quitándose la corbata.
–¿donde estaba James?, lo estuve esperando toda la tarde para que saludara a nuestro hijo por su cumpleaños... O que ¿lo olvidó?
Pregunto indignada Karen. Comenzaron a gritar entre ellos, pero lo que no sabía era que Thomas espiaba detrás de la puerta, él quería el saludo de su padre. Lo puso muy triste el enterarse que su papá no estaba interesado en él.
–lo olvide que más da, es solo un día común y corriente. A mi nunca me celebraron un cumpleaños –dijo James.
–no puedo creer lo que estás diciendo. Soporto que me engañes con otras mujeres, pero que olvides el día que nació thomy...
–¿sabias que te engañaba?
–¡claro que lo se, hace un tiempo me di cuenta! Y me das asco...
–¡y que esperabas, si desde hace cinco meses que no hacemos nada!, ¡tu eres una inservible!
Karen completamente dolida por lo que escucho salir de la boca de su marido no aguanto y le dio una fuerte cachetada. James posó su mano en la mejilla, él era un hombre de mente muy cerrada, fue criado de esa manera, nunca se tendría que dejar golpear por una mujer, su madre le enseñó que el tiene que poner mano dura si su mujer es rebelde y eso lo practico en ese momento.
–¡no me vuelvas tocar ni un pelo nunca más en tu miserable vida!
Tomo a su mujer del cabello arrastrándola por los suelos a la cama. Thomas aún seguía del otro lado y se asustó bastante al escuchar los estruendosos gritos de su madre, le daba miedo entrar a la habitación.
–Thomas –se sobresaltó el pequeño al escuchar a su hermana, quién venía bostezando–¿por que mamá grita?
–no lo sé Sophie, pero será mejor que volvamos a dormir.
–vale... Pero ¿duermes conmigo? tengo miedo.
Thomas asintió y camino con su hermana a la habitación, aún preocupado por lo que pasaba con sus padres.
Los gritos y llantos de Karen no cesaban, su marido la dio vuelta brutalmente subiendo el vestido y bajando las bragas de ella.
–¡James te arrepentirás de esto!
–¡de lo único que me arrepiento ahora es de de haberme casado contigo!, ¡ahora dame lo que quiero!
Sin más preámbulos James comenzó a embestir a su mujer, las embestidas eran muy bruscas, y solo se escuchaban los gemidos y jadeos de James en la habitación. Literalmente Karen se sentía muerta, ni lágrimas podía derramar luego de un rato.
–deja de llorar –dijo James dándose la vuelta para dormir.
El cuarto quedó completamente oscuro, las gotas de la lluvia se sentían caer sobre el tejado de la casa acompañando los malos pensamientos de Karen.
Al día siguiente su marido ya no estaba en la cama, se levantó mirando su rostro al espejo y noto como su mejilla tenía una leve moradura la cual la tapo con base al igual que la del ojo, y también se puso unos lentes negros para tapar lo hinchados que estaban. Sirvió el desayuno a sus pequeños y se sentó frente a ellos mirándolos.
–mami –dijo tom–¿por que usas gafas?
–porque me gusta usarlas.
–vale... ¿te cuento un secreto?
La mujer asintió y el ojiverde se acercó al oído de está.
–cuando yo sea grande quiero una novia igual a ti.
–eh yo también quiero saber tu secreto –chilló Sophie.
Los pequeños comenzaron a pelear y su madre solo podía sonreír por lo que había dicho su hijo. Algo que le ayudo para seguir luchando de los maltratos de su marido durante muchos años.
¡Gracias por leer *-* ∞!
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amor de un adolescente perdido
Teen FictionThomas Harris. Nueva ciudad. Nueva casa. Nuevo instituto. Nuevos amigos. En fin, vida nueva y un amor no correspondido. Thomas se enamora de Lukas y por el destino o cosas clichés de la vida terminan juntos, pero James, el padre de Thomas no los dej...