CAPÍTULO XV: ¿QUIEN ERES TU?

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«Él ha vuelto»«Él ha vuelto»«Él ha vuelto»

No podía quitar esa puta frase de mi cabeza, sabía perfectamente a quien se refería mamá. Pero no, ¡¡Joder!!, Que el no puede estar aquí... Cerca...

-mamá dime que no es
cierto -tartamudee, pero ella solo me miraba con lastima-¡DIMELO!

-Lukas... Amor... Tranquilízate, se que es dur...

-¡como mierda quieres que esté tranquilo! -la interrumpí-mamá sabes que él me hizo mucho
daño -cerre mis ojos, no quería llorar.
-lo sé, pero tenemos que estar juntos, el no se puede acercar a nosotros. Menos a ti...

Se acercó y me abrazó, no correspondí. Toda mi mente estaba trabajando, recuerdo tras recuerdo. Hasta qué pasó el peor, el que más desearía olvidar, el que produce mis pesadillas cada noche desde pequeño. Es el único recuerdo que me hace sentir un asco de persona.
«¡escuincle!»

Flashback (1)

-¡escuincle! -grito mi padre-¡ve y tráeme una cerveza!

-pero papi, estoy jugando con los carritos.

-¡no te pregunté sanguijuela. Es una orden! y no me digas papi -se burlo-que yo no tengo hijos y menos un hijo maricon como tú.

«maricon» que quería decir esa palabra, siempre me lo he preguntado, se que es una grosería porque mamá me lo dijo. No lo escuché y seguí jugando con los carritos.

-¡¿no me harás caso?! -me dio un Zape en la cabeza que dolió demaciado.

Mi madre me dijo que nunca tendría que llorar delante de él, pero yo solo tenía siete años. Mi párpado se movía con nerviosismo y sin más las lágrimas salieron.

-¡ahora lloras maricon!, ¡venga que con la hostia que te daré se te quitará todo lo mariposon!

Me tomo entre sus gruesos brazos y yo solo trataba de zafarme, pero se me hacía imposible. Mis lágrimas comenzaron a salir como si de un funeral se tratase y mamá no estaba en casa.

-¡mami ayúdame! -grite como si me pudiera escuchar, necesitaba que mi heroína estuviera en casa, pero ella estaba en su trabajo para mantenernos a mi y a papá.

Fin flashback (1)

Me solté de mi madre, no me fijé pero mis ojos estaban cristalinos.

-mamá ahora tengo que ir a por Tom, no haré que nada, ni nadie arruine mis ánimos de ir.

Sin más salí de casa y comencé a caminar al hospital escuchando música. Iba por la calle y había un puesto de flores, me acerque y compre rosas azules, las favoritas de Thomas.
Al llegar al edificio espere a que Karen entrará, tardó unos veinte minutos en llegar.

-hola Lukas.

-hola.

¿siempre lleva gafas negras?, Su vista se fue a las rosas que estaba en mis manos, ella solo se limitó a sonreír.

-bonitas rosas.

Entramos a la visita, esta vez no hubo problema. Cuando la guardia me vio hizo un ademán de que me tenía en la mira, sonreí por lo divertido que me parecía.
Hay estaba nuevamente, frente a la persona que amo.

-es mi idea o se ve m...

-mejor -dije sonriendo con Karen al mismo tiempo.

Los días pasaban y yo cada día iba a visita, después del insti claro. Con Karen siempre nos juntábamos a la misma hora para ver a Thomas y yo me tenía que ir antes de que James llegará, lo más duro de cada día era despedirme de él y que no me respondiera. Las semanas pasaban, estaba tardando demasiado en despertar. Un día de visita llegamos con Karen y encontramos una rosa blanca en la mesilla con una tarjeta. "te quiere, tu amigo" eran las palabras escritas, pensé de quien podría ser y supuse que José lo vino a ver. Cada día las rosas aparecían con abundancia y todas con una nota diferente, todas eran blancas. Con Karen nos preocupamos y preguntamos a los administradores del lugar, pero nadie sabía de quién se trataba.

El tema que había hablado con mamá ya no estaba presente en mi cabeza, solo podía pensar en que algún día Thomas volviera a abrir sus bellos ojos.

-voy al baño, enseguida vuelvo -dijo Karen.

Cuando salió de la habitación dejándome a solas con Tom, acerque mi silla a la camilla y conmece a acariciarle la mejilla.

-bebe, te necesito... Aquí... Conmigo... Lamentó tanto el día que peleamos, me siento tan culpable de que ahora estés así -lamí mi labio con nerviosismo-Te quiero como nunca he querido, la he cagado... Y muchas veces -volví a la realidad y me di cuenta que el no me escuchaba, era ridículo que le diera un discurso de amor ahora, ¿por que no lo hice antes?.

Tome su mano y la besé. Dos de sus dedos comenzaron a moverse. Grité el nombre de Karen varias veces pero no venía. Sin previo aviso los bellos ojos verdes de mi amado se abrieron de golpe, al igual que la puerta.

-¡thomas, amor, despertaste! -grite emocionado, él tenía su mirada perdida, como si no entendiera nada, confundido. Como un adolescente perdido.

Ahora sí mire a la puerta y Karen solo está hay... Parada, sin decir nada, sus manos tapaban su boca, se le veía sorprendida.

-Lukas ve, ¡llama al
doctor! -reacciono

Corrí por los largos pasillos llamando a un doctor, sin percatarme mi cuerpo se estrelló contra otro más grande y fornido. Subí mi vista y me encontré con James.

-¡¿que mierda haces tú aquí?!

-¡no hay tiempo de disputas James, hay que llamar a un doctor que Thomas despertó!

Mire a Karen por quita vez, está tenía un cara de preocupación, James le gritaba por lo bajo, probablemente por mi culpa. El doctor aún examinaba a Tom, cuando por fin salió a la sala y vi como se acercó a los padres, ellos solo asentían. Sin más se fueron con el doctor a la habitación.

Me quedé esperando un largo rato, caminaba de un lado a otro y mi sonrisa no se quitaba. Cuando por fin sentí que unos pasos se aproximaban a mi, volteé y Karen me hizo un ademán con el dedo de que la siguiera.

-james está muy enfadado conmigo. Esto es lo último que puedo hacer por ti, mi esposo no quería pero yo le dije que era necesario -me dijo antes de abrir la puerta.

Thomas estaba sentado en la camilla hablando quién sabe que con su padre, cuando notó que la puerta se abrió miró hacia donde yo estaba.

-hola -sonrió.

-hola -sonrei tímido.

-¿quien eres tú?

¡Gracias por leer *-* ∞!

amor de un adolescente perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora