amor de un adolescente perdido

CAPÍTULO X: JUGUEMOS CON FUEGO

Cuando llegue a casa estaba todo en silencio, supuse que Thomas aún no llegaba, espero que todo haya salido bien. No puedo entender como la madre de Tom soporta que James le pegué, pero sus razones tendrá, ¿miedo? Tal vez.

Camine hasta mi cuarto, antes de abrir la puerta escuché como murmuraban dentro. Giré la manilla de la puerta y me llevo una gran sorpresa al ver a-a Julián...

–¡¿que mierda haces tú en mi casa?! –grite, no soportó a este payaso, joder.

–tranquilo Luka –¡no, no me ha llamado de ese modo!.

–¡no me llames de esa manera! –dije entre dientes, odio ese puto sobrenombre.

–vale, no quiero pelear. Solo traje a Tom porque lo encontré casi desecho en la calle, y quise ayudar.

–vale.

–pero nunca pensé que me traería a tu casa... –sonrio.

–vale –un raro silencio inundó la habitación, miradas con el venenoso de Julián me traían malos recuerdos.

–vale, de todos modos yo ya me iba, adiós tomi –le acarició la cabeza.

–adios y gracias Julián –murmuro Thomas.

Paso por mi lado y el olor a cigarro paso fugazmente quedándose impregnado en mi nariz, lo seguí hasta la salida de la casa, aunque el se sabe perfectamente el camino.

–yo ya me se el camino –volvio a sonreír.

–¡joder!, ¿No te cansas?, No quiero que me sigas –abri la puerta brusco.

–¿alguna vez has escuchado esa frase de: tu pasado te persigue?, Pues yo te seguiré siempre, me diviertes Lukas –se volteó a mirarme altanero, malditos ojos negros maliciosos, Julián es veneno puro.

–por favor solo aléjate de el –suplique.

–no lukas, yo quiero lo que tú quieres –sonrio malicioso–¿aun crees que soy tóxico? –rio como maniaco y se fue.

–¡estas enfermó! –le grite y cerré la puerta de golpe.

Maldito imbécil, como lo odio. Volví a la habitación con Thomas. Antes no había mirado su rostro, estaba todo golpeado, la mejilla roja, un ojo casi morado y su labio inferior partido, pero le habían quitado toda la sangre. Mire la mesilla y estaba el botiquín, Julián lo curo.

–¿me contarás qué pasó o quieres descansar? –le pregunté tirándome a su lado en la cama.

–solo diré que no solucione nada –sonrio y se quejo de dolor en la mandíbula–descansa conmigo.

–vale –me acerque a el y lo rodeé delicadamente con mi brazo–ah por cierto Samantha hará una fiesta el viernes, ¿iremos juntos?.

No recibí respuesta alguna, alcé mi vista a su cara, estaba dormido.

NARRA THOMAS

Es viernes y vamos a una fiesta en casa de Samantha, mi labio y mi mejilla aún están algo dañadas. Me vestí con los típicos vaqueros, rasgados y mis converse negras, de torso me puse una playera blanca con un estampado de Adidas.

–tom, ¿estas listo? –pregunto Lukas.

–si –me volteé a mirarlo, que guapo esta, me quede embobado mirándolo; llevaba una playera gris oscuro, encima una chaqueta de cuero negra, y para abajo sus vaqueros gastados y las converse igual de gastadas.

–¿vamos? –me saco de mi trance dándome una tierna sonrisa.

–s-si –dije avergonzado.