NARRA LUKASLa mañana esta fría, con neblina que cubre toda la carretera por donde vamos con Thomas. Él está dormido en el asiento copiloto, la verdad salió de madrugada de su casa para que James no se interpusiera en su camino. La ruta por donde vamos es la más cercana para llegar al lugar esperado. Es una casa solitaria en una playa, que probablemente ahora parezca abandonada, ya que hace años que no voy con mi madre.
─Thomas... ─le acaricie la mejilla─. Amor, ya hemos llegado.
Froto el puño de sus manos en los ojos, para luego abrirlos y darme una tierna sonrisa somnolienta. Me estiré sobre el dándole un corto beso en la comisura de los labios y Salí del auto para ver que tal estaba la casa. Se veía igual que hace unos años, la diferencia es que unas enredaderas crecían por las paredes de esta, espere a que Tom saliera del auto para poder entrar juntos.
Subimos unos pequeños escalones, los cuales estaban llenos de polvo, levante la punta del tapiz y tome la llave que estaba bajo el; recuerdo que mi madre siempre la dejaba hay por seguridad o algo así. Al abrir la puerta una nostalgia enorme invadió mi pecho, recordar cada momento vivido en esta casa me hacía sentir muy feliz, ya que era el único lugar donde podíamos estar en paz, sin la presencia de Rick.
─pues pasa cariño ─me hice a un lado.
Él entro a la casa, mirando todo su alrededor. No me extrañaría que pusiera una cara de desagrado, la verdad yo también la pondría, esta todo lleno de polvo, las escaleras que están a un costado de la entrada se ven de color gris, sin mencionar todos los muebles que hay.
─si quieres, puedes ir a dormir, mientras yo limpio todo esto ─dije.
─no Lukas, yo no vine a dormir. Venga que los dos limpiamos y así terminamos más rápido.
Golpeo sus palmas y enseguida pusimos manos a la obra.
Tom comenzó a balbucear una canción, luego de eso todo era bromas y juegos mientras limpiábamos el lugar, pero después de todo valió la pena, volvió a ser como antes, incluso se veía mucho mejor que en mis recuerdos.
─¿tú los hiciste? ─pregunto mi novio, cuando limpiábamos mi habitación. Me voltee a ver de que se trataba y eran unos dibujos que estaban pegados a la pared, arriba de mi escritorio.
─si, ¿te gustan?
─claro... ─sonrió─. ¿Quién es Erick? ─pregunto apuntando un dibujo donde salían dos niños tomados de la mano, que en la parte de arriba de sus cabezas estaban escritos sus nombres. Luck y Erick, amigos por siempre.
Ese dibujo definitivamente no era de mi propiedad, lo había hecho él, Erick...
─¡Lukas, Erick, venid a cenar! ─grito mi madre.
─¡ya vamos!
─ya puedes ver... ─dijo mi amigo.
Al fin podía sacar las manos de mis ojos para ver la sorpresa que había hecho para mí. Quité las palmas de mis manos y abrí los ojos lentamente, encontrándome el tierno dibujo de él.
─¿te gusta?
─claro, esta hermoso ─bueno, para mí lo era.
─siempre seremos amigos ─se abalanzo dándome un abrazo.
─¡se les enfriara la comida! ─volvió a gritar mamá.
─¡que ya vamos! ─dijimos al unísono.
─y pues... ¿Quién es? ─me sacó del recuerdo.
─mi mejor amigo.
─¿que ha pasado con él? ─rasco su nuca.
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amor de un adolescente perdido
Ficção AdolescenteThomas Harris. Nueva ciudad. Nueva casa. Nuevo instituto. Nuevos amigos. En fin, vida nueva y un amor no correspondido. Thomas se enamora de Lukas y por el destino o cosas clichés de la vida terminan juntos, pero James, el padre de Thomas no los dej...