Capítulo 23

24.7K 2.1K 387
                                    

—¿Te has preguntado alguna vez si existe alguien que tenga agujas clavadas en el corazón más profundas de lo que alguna vez podrá sacar?

—Posiblemente sí, pero no entiendo porque no dejarlas salir.

—Es más que un simple trauma. A veces hay cosas que duelen tanto y ni siquiera eres el afectado principal. Sólo imagina que tu dolor no es comparable al de él ——Louis levantó la cabeza del pecho de Harry y sus adormilados ojos azules tomaron un tinte curioso.

—¿A qué te refieres? —el cabello castaño se ladeó con el gesto de un pajarillo interesado con mirada azucarada.

—No me toca contar la historia, porque no es mía. En algún momento entenderás todo, pero —Harry suspiró y negó con un gesto derrotado. Se veía tan apagado al tener que forzar sus recuerdos que, Louis deseó por un segundo que no los dejara volar— una parte me pertenece a mí.

El ojiazul entendía que no debía presionar, pero también sabía que su boca curiosa diría algo y lo arruinaría, por lo que decidió recostarse nuevamente en la calidez de Harry y se dejó envolver por el ambiente tenuemente iluminado en naranja por la chimenea. El pecho de Harry subía y baja con lentitud moviendo su pequeño cuerpo al compás de su melodioso respirar.

—Hace un par de años, un poco antes de terminar la universidad, el caos era normal en la vida de élite. Fiestas, drogas, y excesos era lo único que existía para todos. Nuestro pasatiempo era saltar de cama en cama, teniendo de premio el poder alardear. Esa vida era la única que conocíamos. Uno de nosotros se metió con la persona equivocada, con una familia con más poder del que podría manejar. Sedujo a la primogénita omega, la reluciente joya de la familia —Harry bufó hastiado—. No vio venir que ella estaría obsesionada con él, y fue en el peor momento donde ocurrió eso. Su empresa familiar estaba volviendo a resurgir después de la tragedia y el caos que ocasionó uno de sus miembros. Su familia era de renombre, importante y con poder, sin embargo, no fue suficiente para callar a la de ella. Lo amenazó con llevarlo abajo estando tan inestable en más de un sentido, esa perra era sucia y no iba a dudar en cumplir su amenaza, su familia era ruin y el gen lo traía en las venas.

El cuerpo diminuto de Louis cubierto por la camisa de Harry y las medias enrolladas en sus delicados tobillos como calcetines de muñeca, permanecía en total serenidad encima del tonificado e igualmente desnudo cuerpo de Harry. Sus lánguidas extremidades permanecían sobre puestas en el molde exacto, eran como fragmentos hechos a medida. Piezas de serie única.

Expectante y al mismo tiempo reconfortante, sus sentidos estaban sedados con el olor de Harry y el suave murmullo de su pecho en satisfacción por tener a su omega con él. Las manos entrelazadas a los extremos eran vistas con luz centellante de aquellos ojos encendidos de inclinante veneración.

—Todos le dieron la espalda cuando los necesitó —Harry aclaró su voz y quitó sus ojos de sus manos. Si las seguía viendo, sabía que se quedaría ensimismado con la belleza de los pequeños dedos resguardados por los suyos—. Pero yo no pude hacerle lo mismo, erramos todo lo que teníamos. Así que hice algo terrible, y lo peor es que no me arrepiento.

—¿Qué sucedió? —Louis dedujo de inmediato quien era él, aquel al que Harry protegió.

—Derroqué a esa familia utilizando las medidas más sucias. El nombre de mi familia tiene beneficios, así que los aproveché y los desprestigié tanto que tuvieron que irse. Fue la única forma de que ella lo dejara de dañar.

La mano lenta que acariciaba su espalda lo hacía sentir seguro y por más cosas ruines que Harry hubiera hecho en su pasado, Louis jamás lo despreciaría, porque ahora él tenía lo mejor. Tenía su presente y por más egoísta que sonara, él sería su futuro.

Trágicamente Omega|Larry Stylinson|OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora