Me tumbe en la cama con Durazno, daba gracias a que Subaru me cubrió.
Me puse una camiseta vieja naranja que era de un perrito como Durazno y unos pantalones anchos, largos, viejos y llenos de pelotillas negros. Me fui a dormir, aunque era un decir ya que no podía pegar ojo. Pasaban los minutos y no despegaba la mirada del techo.
Sin darme cuenta dormí, aún que solo por un par de horas. Di un par de vueltas, miré la hora, las cuatro menos veinte; no aguantaba más en la cama así que me levanté y me dirigí a la cocina a por un vaso de leche caliente.
Salí del ascensor, iba descalza y mis pasos se escuchaban en la soledad de la habitación. Bajé las escaleras despacio, crucé la barra y me situé delante de la nevera. La abrí y cogí la leche. Del armario saqué una taza y eché el líquido y lo metí en el microondas. Me apoyé en la encimera esperando a que terminase...
-Megu-nee, ¿qué haces despierta?-una voz melosa me asustó.
Casi me caigo del susto, pero alguien me agarró y me sostuvo por la cintura. En la oscuridad no veía mucho pero al tener un pelo tan largo acariciándome el cuello me dio la pista para saber que era Hikaru.
-¿Estas bien?-preguntó algo preocupado.
-Sí, solo estaba algo adormilada...-respondí en sus brazos.- ¿Acabas de llegar desde Italia?
-Sí, no me esperaba mejor compañía al volver ~.- volvió a su tono de mujer.-Aunque mañana estaré en la editorial todo el día...
-Bueno, yo ya me iba a la cama... Solo iba a tomar ese vaso de leche.
-¿Insomnio?
-Algo así, Hikaru-nii.
El pitido del aparato nos interrumpió. Cogí el vaso con cuidado de no quemarme y me senté en la barra. Hikaru encendió la luz de la cocina y se agachó a coger algo que beber.
Iba vestido de mujer, su maleta estaba en el rellano de las escaleras. Reconocía que travestirse de mujer lo favorecía, incluso reconozco que iba mejor que yo. Hikaru era muy sexy también como hombre, ya que sabía como tentar a las mujeres... Todavía dudo que él esté enamorado de mí, supongo que Hikaru es tan excéntrico que no me imagino una declaración de su parte...
Él sacó una copa vertiendo un whisky que Ukyo tenía guardado y se sentó a mi lado.
-¿Quieres que te eche?-preguntó señalando la botella.
-No, nunca he pensado en beber alcohol.
-¿Ni siquiera si te ayuda a dormir?-preguntó con un tono ligeramente burlón.
Le miré durante unos segundos valorando los pros y los contras.
-Solo un poco.-accedí.
Hikaru se sonrió y echó a la leche un chorro de aquella bebida.
-Bueno, bueno, la hermana responsable se revela ante sus sobreprotectores hermanos.-rió.- Un brindis, ¡Por la revolución ante la autoridad!
Tontamente le seguí el juego y levanté el vaso junto al de él. Luego bebimos de un trago el contenido. No pude evitar arrugar mi cara ante el fuerte sabor del "ingrediente secreto".
-Es mejor beber en compañía, ¿no crees?-dijo sin inmutarse.
-Me arde la garganta...-me quejé.
-Eso es una buena señal, te llevo a tu cuarto, no sea que te desmayes por el pasillo...
El travestido me levantó con cuidado de mi asiento y me sujetó firmemente. Me acompañó hasta mi cuarto, ahí ya me sentía algo desorientada. No tenía resistencia alguna al alcohol.
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La Hacker de los Asahina
FanfictionViene de un colegio/reformatorio, es hija de un temido hacker, ahora muerto por un "accidente"; su apariencia torpe resulta ser su tapadera perfecta. Miwa-san, ¿crees que es bueno juntarla con tus hijos? Los Asahina, Ema y la ardilla no son de mi cr...